¿Qué significa procrastinar y por qué puede convertirse en un hábito?

Posponer tareas importantes es una conducta común que, a largo plazo, puede generar ansiedad y estrés. Entender las causas subyacentes es clave para superar este comportamiento y evitar que se repita en el futuro

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La procrastinación ofrece un alivio momentáneo, pero contribuye a la presión creciente por cumplir con plazos inminentes (Getty)
La procrastinación ofrece un alivio momentáneo, pero contribuye a la presión creciente por cumplir con plazos inminentes (Getty)

La procrastinación es un fenómeno común que afecta a muchas personas, e implica posponer tareas y responsabilidades como solución temporal, pero que, en realidad, resulta en una acumulación de tareas incompletas. Comienza con simples demoras que luego se convierten en un patrón recurrente. Esto impacta en la productividad y el bienestar.

Puede manifestarse de diversas formas, y sus ejemplos son tan variados como las personas que la experimentan: posponer la entrega de informes importantes, dejar para último momento el estudio para un examen académico, evitar comenzar proyectos grandes y complejos, entre otras.

Se suele presentar en actos aparentemente inofensivos, como distraerse con redes sociales, realizar tareas menores que no son urgentes, o reorganizar el espacio de trabajo en lugar de abordar la labor pendiente.

Cada uno de estos comportamientos que generan una sensación de alivio momentáneo pueden parecer productivos, pero en realidad contribuyen a la presión creciente por cumplir con plazos inminentes y a la ansiedad a largo plazo. Esto puede afectar no solo el rendimiento laboral o académico, sino también el equilibrio personal.

¿Qué es la procrastinación?

La procrastinación afecta el rendimiento y el estado anímico a largo plazo, ya que genera estrés y ansiedad (Getty Images)
La procrastinación afecta el rendimiento y el estado anímico a largo plazo, ya que genera estrés y ansiedad (Getty Images)

Según expertos del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, “la procrastinación es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables”.

Eso significa que se decide postergar una tarea que genera descontento y, en cambio, se realizan acciones menos urgentes, pero que causan cierto bienestar.

¿Por qué procrastino?

Las causas pueden ser varias según cada persona y el trabajo a realizar. Por un lado existe el miedo al fracaso, las inseguridades y la ansiedad que genera la idea de fallar. Esto puede generar la postergación de la tarea que causa esos sentimientos.

La psicóloga y escritora Beatriz Goldberg, especialista en crisis individuales y de pareja, comentó en Infobae que “los temores para avanzar inhiben y hacen postergar, porque en el fondo uno tiene muchos miedos. Miedos para avanzar. La procrastinación es tirar para adelante una acción, aparentemente con fines conscientes o inconscientes. Siempre vas a encontrar excusas para retrasar una acción: porque no se puede, porque no es el momento. A veces son situaciones externas y a veces son internas”.

La falta de motivación y la ausencia de objetivos claros también pueden llevar a la procrastinación (Imagen Ilustrativa Infobae)
La falta de motivación y la ausencia de objetivos claros también pueden llevar a la procrastinación (Imagen Ilustrativa Infobae)

Por otro lado, la falta de motivación, que la acción a realizar no sea placentera, el no tener objetivos claros y no saber distinguir la mejor manera de empezar también pueden ser motivos de la procrastinación, según explican desde en Centro de Recursos Académicos de la Universidad de Harvard. Es importante saber reconocer la razón para poder lograr un abordaje más efectivo y modificar la manera de encarar las tareas frustrantes.

Además, en el momento en el que se evaden las sensaciones negativas que evoca la tarea a realizar, se siente un alivio temporal que, a su vez, alimenta las motivaciones para no llevar a cabo la acción, similar a una “recompensa”. Si no se rompe el círculo vicioso, puede continuar y repetirse en el tiempo, lo que afecta seriamente al rendimiento y al estado anímico. Esto puede tener consecuencias físicas, ya que el organismo somatiza el estrés.

En un estudio, especialistas en psicología concluyeron que “la procrastinación puede entenderse mejor como una forma de falla de autorregulación que implica la primacía de la reparación del estado de ánimo a corto plazo y la regulación de las emociones sobre la búsqueda a largo plazo de las acciones previstas”.

Esto también sucede ya que, según manifestó el psicólogo Hal Hershfield en una charla TED, las personas perciben a su “yo” del futuro como si fuese otra persona, y sus necesidades se consideran menos urgentes que los requerimientos actuales. Por eso, tienden a buscar la satisfacción inmediata antes que un alivio posterior.

¿Procrastinar es una cuestión de holgazanería?

Las personas tienden a buscar la satisfacción inmediata antes que un alivio posterior, lo que afecta la productividad futura (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las personas tienden a buscar la satisfacción inmediata antes que un alivio posterior, lo que afecta la productividad futura (Imagen Ilustrativa Infobae)

Si bien las personas suelen asociar el término “procrastinación” con “vagancia” u “holgazanería”, son conceptos distintos.

Mientras que la pereza proviene desde el deseo de no realizar la acción, el procrastinar tiene sus raíces en una cierta aversión hacia la tarea o hacia las emociones que provoca, pero se mantienen las motivaciones de completarla eventualmente. Además, esa postergación también conlleva sentimientos negativos en sí mismos, mientras que el simplemente no tener ganas de hacer algo no genera esa angustia.

La psicóloga Libia Goméz Altamirano, del área de Dirección General de Orientación y Atención Educativa, declaró en la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que “procrastinar se relaciona con alguien perezoso, sin embargo, no es un tema que tenga que ver con ser vago, sino con procesos más complejos relacionados con experiencias emocionales que provocan sentimientos de incapacidad”.

¿Cuál es la relación entre la procrastinación y las emociones negativas?

Procrastinar puede intensificar sentimientos de angustia y culpa, por lo que impacta negativamente en la salud mental (Imagen Ilustrativa Infobae)
Procrastinar puede intensificar sentimientos de angustia y culpa, por lo que impacta negativamente en la salud mental (Imagen Ilustrativa Infobae)

Como se mencionó previamente, el sentimiento negativo hacia alguna tarea en específico puede provocar la procrastinación. Pero, a su vez, el dejar todo para después también genera sensaciones de culpa en el momento que se posterga una acción y estrés cuando se debe, finalmente, realizarla sin más dilación.

Un estudio detalla la manera en la que el evadir deberes puede intensificar los sentimientos de angustia. La investigación fue realizada a partir del análisis de grupos de estudiantes y los expertos concluyeron lo siguiente: “En general, los hallazgos sugieren que la experiencia de pensamientos frecuentes relacionados con la procrastinación contribuye de manera única a mayores niveles de angustia y estrés psicológicos”.

Consejos para evitar la procrastinación

Superar la procrastinación requiere un enfoque consciente y estratégico para cambiar hábitos. La clave está en identificar y entender las razones subyacentes de por qué se posponen las tareas, y luego implementar técnicas efectivas para abordarlas.

Desde la Universidad de Melbourne, Australia, recomiendan ciertos pasos a seguir para romper el ciclo y evitar procrastinar. Primero establecen la importancia de ser menos exigentes con uno mismo, de no tener vergüenza de posponer algo mientras se realice a conciencia y se manejen bien los tiempos. Al liberarse de esas emociones negativas es más fácil reconocer los patrones y las motivaciones detrás de querer aplazar una acción. Gracias a eso, se pueden llevar a cabo estrategias para gestionar la situación.

Superar la procrastinación requiere entender las razones subyacentes y aplicar técnicas efectivas para cambiar hábitos (Getty Images)
Superar la procrastinación requiere entender las razones subyacentes y aplicar técnicas efectivas para cambiar hábitos (Getty Images)

También se deben sentar objetivos realistas, dividir las tareas en pasos para que el proceso sea menos abrumante y tener en cuenta que el perfeccionismo puede ser dañino. “Existe una diferencia entre una búsqueda sana de la excelencia y un esfuerzo inútil por alcanzar la perfección”, comentan desde la institución. Otra alternativa es el simplemente comenzar a hacer el trabajo sin darle tanta importancia a la sensación previa de motivación, ya que esta vendrá después, una vez que ya se inició.

Más allá de estas tácticas, se debe adoptar el método que sea más eficiente para cada uno. Por otro lado, el recompensarse a uno mismo por los logros puede ser un estímulo importante para continuar con la tarea y no dejarla para después.

Esto puede realizarse en forma de tiempo de descanso, ya que también es necesario para relajarse y tener un mejor rendimiento. Debido a que el ocio sería intencional, y no parte de la procrastinación, brinda emociones positivas sin angustia posterior.

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