25 recetas dulces y saladas para celebrar el Día del Amigo, rápidas y fáciles de preparar

El Día del Amigo se celebra en Argentina el 20 de julio gracias a Enrique Ernesto Febbraro, un odontólogo, profesor y músico nacido en Buenos Aires. Febbraro se inspiró en la llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio de 1969, un evento que él consideró un símbolo de unión y hermandad entre las personas. Proponiendo esta fecha como día de la amistad, envió miles de cartas a diferentes países explicando su idea y recibiío numerosas respuestas positivas. Con el tiempo, su propuesta se oficializó en Argentina para destacar valores como la solidaridad.

Desde entonces, el 20 de julio se celebra el Día del Amigo en Argentina, convirtiéndose en una de las fechas más queridas y esperadas del año, en la que se programan planes y actividades con quienes más queremos, para seguir fortaleciendo los vínculos afectivos y recordar la importancia de los amigos en la vida diaria.

Este año, el Día del Amigo cae sábado, un excelente día del fin de semana que invita a realizar eventos tanto el viernes a la noche, como el sábado mismo. A continuación, te compartimos las recetas más fáciles de realizar para compartir con tus amigos, tanto si te toca ser anfitrión como invitado.

Es un postre suave y esponjoso, ideal para acompañar el café. Se elabora con una base de masa quebrada y un relleno de ricota, huevos, azúcar y esencia de vainilla. Se hornea hasta que esté dorada y firme. Es una receta clásica de la repostería italiana, apreciada por su textura cremosa y su sabor delicado. Podés encontrar la receta de torta de ricota acá.

Son versátiles y fáciles de hacer. La masa básica se compone de harina, huevos, leche y una pizca de sal. Se cocinan en una sartén caliente hasta que estén dorados por ambos lados. Pueden servirse con ingredientes dulces, como miel y frutas, o salados, como queso y jamón. Podés encontrar la receta de panqueques acá.

Son un clásico de la repostería americana. Esta receta rápida y fácil se prepara mezclando chocolate derretido, manteca, azúcar, huevos y harina. Se hornea hasta que la superficie esté crujiente y el interior húmedo. Perfectos para un postre o merienda deliciosa. Podés encontrar la receta de brownies acá.

Son pequeños pasteles individuales, fáciles y rápidos de preparar. La masa se elabora con harina, azúcar, huevos, manteca y esencia de vainilla. Se hornean en moldes individuales y se decoran con frosting, frutas o chispas de chocolate. Ideales para fiestas y celebraciones. Podés encontrar la receta de cupcakes acá.

Las tortas fritas criollas son un tradicional bocadillo argentino. La masa se hace con harina, grasa de vaca, sal y agua. Se estira, se corta en círculos y se fríe hasta que estén doradas y crujientes. Se suelen espolvorear con azúcar y se acompañan con mate. Podés encontrar la receta de tortas fritas criollas acá.

La focaccia es un pan italiano esponjoso y aromático. Se elabora con harina, agua, levadura, sal y aceite de oliva. La masa se amasa y se deja fermentar, luego se extiende en una bandeja, se cubre con aceite de oliva, sal gruesa, romero y otros ingredientes al gusto, como aceitunas o tomates cherry. Se hornea hasta que esté dorada y crujiente. Ideal para acompañar comidas o como base para sándwiches. Podés ver la receta de focaccia acá.

El falafel es una croqueta de garbanzos especiada, típica de la cocina del Medio Oriente. Para una versión rápida y fácil, se mezcla garbanzos triturados con ajo, cebolla, perejil y especias, se forman bolitas y se fríen hasta que estén doradas. Perfecto para servir en pan pita con ensalada y salsa tahini. Podés encontrar la receta de falafel acá.

Son un snack crujiente y delicioso. Se preparan cortando la cebolla en anillos, que se sumergen en una mezcla de harina, leche, huevo y especias. Luego, se fríen hasta que estén dorados. Son ideales para acompañar hamburguesas o como aperitivo. Podés encontrar la receta de aros de cebolla acá.

El hummus es una crema de garbanzos suave y nutritiva. Se elabora triturando garbanzos cocidos con tahini, ajo, jugo de limón y aceite de oliva. Se sazona con sal y comino. Esta receta rápida y fácil es perfecta para acompañar panes planos o como dip para vegetales. Podés encontrar la receta de hummus de garbanzos acá.

Los nuggets de pollo son un favorito de los niños y adultos. Para una versión casera rápida, se corta el pollo en trozos, se rebozan en harina, huevo y pan rallado, y se fríen hasta que estén dorados y crujientes. Son ideales para acompañar con salsa barbacoa o mostaza. Podés encontrar la receta de nuggets de pollo acá.

Los bastones de papa y mozzarella son un snack delicioso y fácil de hacer. Se preparan envolviendo bastones de muzzarella con tiras de papa rallada. Se fríen hasta que estén dorados y crujientes por fuera, y el queso se derrite por dentro. Perfectos para una merienda o como aperitivo. Podés encontrar la receta de bastones de papa y muzzarella acá.

La pizza casera de muzzarella es un clásico que nunca falla. Se prepara con una masa de harina, agua, sal y levadura. Se extiende la masa, se cubre con salsa de tomate, abundante muzzarella y se hornea hasta que el queso esté derretido y burbujeante. Ideal para una noche de pizza en casa. Podés encontrar la receta de pizza casera de muzzarella acá.

Las brochettes de pollo son una opción deliciosa y saludable para asados o parrilladas. Se preparan cortando pechugas de pollo en cubos y marinándolos en una mezcla de aceite, limón, ajo y especias. Los cubos se ensartan en brochetas junto con vegetales como pimientos, cebolla y champiñones. Se cocinan a la parrilla hasta que estén dorados y jugosos. Podés ver la receta de brochette de pollo acá.

Los zapallitos rellenos son una opción nutritiva y sabrosa. Se preparan vaciando los zapallitos y rellenándolos con una mezcla de carne picada, cebolla, ajo, tomate y arroz. Se hornean hasta que los zapallitos estén tiernos y el relleno cocido. Se pueden gratinar con queso para un toque extra de sabor. Podés ver la receta de zapallitos rellenos acá.

El risotto de hongos es un plato cremoso y reconfortante. Se prepara sofriendo cebolla y ajo en aceite de oliva, añadiendo arroz arborio y desglasando con vino blanco. Se incorpora caldo caliente poco a poco mientras se remueve, agregando hongos frescos y secos. Al final, se mezcla con manteca y queso parmesano para obtener una textura cremosa y rica en sabor. Podés ver la receta de risotto de hongos acá.

Las albóndigas caseras son un plato versátil y nutritivo. Se hacen mezclando carne picada con pan rallado, huevo, ajo, cebolla y especias. Se forman bolas y se cocinan en salsa de tomate. Se pueden servir con pasta, arroz o como relleno de sándwiches. Podés encontrar la receta de albóndigas caseras acá.

El pionono salado es un rollo de masa esponjosa relleno de ingredientes salados. Se prepara con una base de pionono, que se rellena con jamón, queso, lechuga y mayonesa. Se enrolla y se corta en rodajas. Es ideal para servir como entrada o en fiestas. Podés encontrar la receta de pionono salado acá.

Las hamburguesas caseras son fáciles de hacer y mucho más saludables que las compradas. Se preparan mezclando carne picada con ajo, cebolla, pan rallado y huevo. Se forman las hamburguesas y se cocinan a la parrilla o en sartén. Se sirven en pan con tus condimentos favoritos. Podés encontrar la receta de hamburguesas caseras acá.

La bondiola de cerdo al horno es un plato sabroso y jugoso. Se marina la bondiola con especias, ajo y vino, y se hornea lentamente hasta que esté tierna y dorada. Se puede acompañar con papas asadas o ensalada. Podés encontrar la receta de bondiola de cerdo al horno acá.

Los ñoquis de calabaza son una alternativa deliciosa a los tradicionales. Se preparan mezclando puré de calabaza con harina y huevo. Se forman pequeñas bolitas que se hierven hasta que suben a la superficie. Se sirven con salsa de manteca y salvia o tomate. Podés encontrar la receta de ñoquis de calabaza acá.

El flan casero es un postre clásico y fácil de hacer. Se elabora con huevos, leche y azúcar. La mezcla se cocina al baño maría hasta que esté firme y se sirve con caramelo. Ideal para terminar una comida con un toque dulce. Podés encontrar la receta de flan casero acá.

El tiramisú es un postre italiano cremoso y elegante. Se hace con capas de bizcochos humedecidos en café, una mezcla de mascarpone, huevos y azúcar, y se espolvorea con cacao en polvo. Se refrigera antes de servir para que tome consistencia. Podés encontrar la receta de tiramisú acá.

El cheesecake es un postre cremoso y delicioso. Esta versión rápida se hace con una base de galletas trituradas y una mezcla de queso crema, azúcar y huevos. Se hornea hasta que esté firme y se puede cubrir con frutas o mermelada. Podés encontrar la receta de cheesecake acá.

El carrot cake es un bizcocho húmedo y especiado. Se prepara con zanahorias ralladas, harina, azúcar, huevos y especias como canela y nuez moscada. Se hornea hasta que esté dorado y se suele cubrir con frosting de queso crema. Podés encontrar la receta de carrot cake acá.

La mousse de chocolate es un postre suave y aireado. Se hace mezclando chocolate derretido con yemas de huevo y azúcar, y luego incorporando claras batidas a punto de nieve. Se refrigera antes de servir para que tome la textura adecuada. Podés encontrar la receta de mousse de chocolate acá.