El invierno trae consigo el desafío de mantener el calor en los hogares mientras las temperaturas exteriores descienden. En esta temporada, es fundamental adoptar estrategias efectivas para conservar la calidez dentro de los espacios habitables. La búsqueda de métodos eficientes para aislar el frío y retener el calor se convierte en una prioridad, ya que no solo contribuye al confort, sino también al ahorro energético.
La capacidad de mantener la calor en el hogar no solo contribuye a la comodidad diaria, sino que también tiene un impacto significativo en la eficiencia energética de la vivienda.
Reducir la pérdida de temperatura a través de ventanas, puertas y paredes no solo disminuye los costos de calefacción, sino que también ayuda a minimizar la huella ambiental al requerir menos recursos energéticos para mantener condiciones interiores adecuadas durante la temporada de frío.
Durante la época invernal, el frío afecta no solo al exterior, sino también a los ambientes internos del hogar. Esto se debe a que a través de las aberturas (puertas o ventanas) puede ingresar viento frío y bajar la temperatura de la casa. Además, se debe contar con una buena aislación térmica de techos, pisos y paredes para evitar que el calor generado por la calefacción se escape hacia el exterior.
Qué puedo hacer para mantener mi casa caliente durante el invierno
Existen diversas maneras de retener el calor generado por la calefacción en el hogar con el fin de sobrellevar los meses más fríos del año y ahorrar en gastos innecesarios de energía y gas.
1. Permitir el ingreso de luz solar
La luz solar desempeña un papel crucial en el mantenimiento del calor dentro del hogar. A través de las ventanas expuestas al Sol, los rayos ingresan y calientan naturalmente los espacios interiores. Proporcionan de esta manera una forma gratuita y renovable de retener la calidez de la casa. Este efecto contribuye a la reducción de la utilización de los sistemas de calefacción durante el día, lo que aumenta la eficiencia energética del hogar y reduce los costos asociados. En el momento en el que empieza a caer el Sol se recomienda volver a cubrir las ventanas para conservar la calidez generada.
2. Incorporar doble vidriado hermético a las aberturas
Si se está pensando en cambiar las aberturas del hogar, se debería considerar el colocar doble vidriado hermético (DVH). Es una tecnología avanzada en la fabricación de ventanas y puertas que ofrece significativas mejoras en el aislamiento térmico y acústico de los espacios interiores. Consiste en la combinación de dos paneles de vidrio separados por una cámara de aire deshidratado y sellados herméticamente para evitar la entrada de humedad y la formación de condensación.
Este diseño reduce considerablemente la transferencia de calor a través de las ventanas, y mantiene el interior más fresco en verano y más cálido en invierno. Además de su eficiencia energética, el DVH ayuda a minimizar el ruido exterior con el fin de crear un ambiente más tranquilo dentro del hogar o edificio.
3. Mantener cerradas las puertas de los ambientes que no se utilicen
Cerrar las puertas de las habitaciones que no se están utilizando ofrece varios beneficios clave para mantener la temperatura del hogar. Esta práctica ayuda a concentrar el calor generado por sistemas de calefacción en áreas específicas, lo que reduce la dispersión hacia espacios no ocupados. Al limitar la circulación del aire caliente, se logra una mayor eficiencia en el uso de la energía.
4. Ventilar los ambientes
La Dra. Stella Maris Cuevas, médica otorrinolaringóloga, explicó en una nota de Infobae que siempre se deben ventilar los ambientes cuando se estén utilizando medios de calefacción que consistan en la combustión de gas, ya que si se encuentran mal colocados podrían generar una combustión incompleta y emitir monóxido de carbono, cuyos efectos pueden ser letales.
Por otro lado, el mantener un flujo de aire en los ambientes también es beneficioso para ayudar a prevenir el contagio de enfermedades transmitidas por vía respiratoria. La falta de ventilación es una de las razones por las cuales aumentan los casos de infecciones respiratorias, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
5. Tapar filtraciones con burletes
Una solución económica para solucionar las filtraciones de las aberturas son los burletes. Estos objetos, generalmente fabricados con materiales como goma, silicona o espuma, ayudan a sellar las brechas y espacios entre marcos y superficies para evitar que ingrese aire frío desde el exterior y que se pierda calor desde el interior. Este sellado efectivo contribuye a mantener una temperatura interior más estable y reduce la necesidad de utilizar sistemas de calefacción con mayor intensidad.
6. Cortinas gruesas
La utilización de cortinas gruesas es un método esencial para mantener el calor dentro del hogar durante los meses fríos. Estas cortinas están diseñadas con materiales densos que actúan como barreras adicionales contra las pérdidas de temperatura a través de las ventanas. Al colocarse correctamente, ayudan a bloquear corrientes de aire frío y a retener el calor generado por la calefacción.
7. Calefacción que sea ajustable
Es importante que todos los dispositivos utilizados para calefaccionar el hogar puedan regularse, ya que mantenerlos prendidos al máximo constantemente genera un gasto innecesario de recursos. Además, es esencial el poder adaptar el uso a las necesidades personales, como también el apagarlo cuando no se esté utilizando el ambiente donde se encuentra el artefacto.
Qué materiales son más útiles para aislar el frío
Desde el Ministerio de Economía recomiendan la utilización de materiales como “lana de vidrio, poliestireno expandido, celulosa”, ya que cuentan con una resistencia alta a la transferencia de temperatura, lo que significa que no conducen el calor hacia el exterior y pueden aislar los hogares de manera más efectiva. Todos ellos se colocan dentro de las paredes.
La lana de vidrio es un material ampliamente utilizado en el aislamiento térmico de los hogares debido a sus excelentes propiedades para retener el calor. Este material se compone de fibras finas de vidrio que atrapan el aire en pequeños espacios, lo que ayuda a reducir la transferencia de temperatura a través de las paredes, techos y suelos.
Por otro lado, el poliestireno expandido (EPS) es conocido por su ligereza y estructura celular cerrada. Este material compuesto principalmente por plástico ayuda a conservar el calor y contribuye a mantener una temperatura interior estable. El EPS se utiliza ampliamente en la construcción debido a su eficiencia energética, resistencia a la humedad y durabilidad, lo que lo convierte en una opción popular para mejorar la eficiencia térmica de las construcciones y minimizar los costos asociados con la calefacción y refrigeración.
Finalmente, la celulosa es un material que se aplica en el aislamiento térmico de los hogares debido a su efectividad y características sostenibles. Se obtiene principalmente a partir de papel reciclado tratado con aditivos ignífugos para mejorar su resistencia al fuego. Se instala generalmente como un relleno suelto en los suelos, techos y paredes para crear una barrera eficaz contra la transferencia de calor.