Las 10 esculturas más extraordinarias del mundo

Las esculturas son testigos mudos del genio humano y la habilidad artística que trascienden épocas. Desde la majestuosidad y detalle de la escultura de San Bartolomé, hasta la escultura viviente en los jardines perdidos de Heligan, estas obras maestras son manifestaciones vívidas de la capacidad humana para moldear la piedra, la arcilla y el metal en formas que perduran por siglos.

Cada escultura, ya sea antigua o contemporánea, cuenta una historia única y evoca emociones profundas en quienes las contemplan. No solo embellecen el entorno, sino que también invitan a reflexionar sobre la conexión entre el arte, la naturaleza y la cultura a lo largo de la historia. En esta lista se muestran algunas de las esculturas más extraordinarias del mundo.

La representación del semidios hindú tardó 10 años en completarse debido a su gran porte y finos detalles. Con 61 metros de largo, 46 metros de ancho y 21 metros de alto, es considerada como la escultura de un pájaro más grande del mundo. Se encuentra ubicada en Kerala, India, y fue diseñada por el escultor Rajiv Anchal quien supervisó el proyecto desde su comienzo hasta su finalización.

No es tan solo una increíble estatua, sino que también desde 2017 funciona como centro de turismo y parque llamado “Jatayu Earth’s Center”. En sus alrededores se pueden realizar actividades como un paseo en teleférico para observar la escultura en todo su esplendor y las maravillosas vistas a más de 300 metros por sobre el nivel del mar, jugar paintball, escalar paredes y hasta tirarse en tirolesa.

La diosa de la compasión y la misericordia, Kannon, se encuentra esculpida en una obra de 100 metros de alto que fue inaugurada en la ciudad japonesa de Sendai, en el año 1991. En ese momento fue considerada como la estatua más alta del mundo, aunque su puesto fue ocupado por otras posteriormente.

Se alza sobre el barrio de Izumi-ku y se puede acceder a su interior para contemplar estatuas más pequeñas de la diosa. Además, está disponible un ascensor que llega hasta su parte más alta para admirar una vista inigualable del paisaje.

San Bartolomé fue uno de los 12 apóstoles, y sufrió un terrible final al ser desollado vivo como castigo por haber convertido a la fe Cristiana al entonces rey de Armenia. Esta escultura creada en el siglo XVI por el escultor Marco d’Agrate se encuentra expuesta en la Catedral de Milán. Muestra el cuerpo del apóstol en carne viva con detalles anatómicos precisos que resaltan las venas y las fibras musculares.

Además, lo que parece ser una tela que lo cubre, es en realidad su piel. Se lo suele representar junto a su piel despellejada en varias obras, las cuales incluyen una pintura en la Capilla Sixtina llamada “El Juicio Final”.

Los jardines perdidos de Heligan, en Cornualles, albergan una rica belleza natural, la cual es decorada por esculturas como la “Mud Maid”, o “Doncella de Barro”. Se trata de la figura de una mujer dormida y cubierta por vegetación que asemeja un vestido y cabello. Se dice que es una “escultura viviente”, ya que las plantas que la recubren cambian de estación a estación y le brindan a la mujer un aspecto distinto según la época del año.

Fue realizada por los hermanos Pete y Sue Hill a fines de la década de 1990, y continúa siendo un ícono representativo en los jardines debido a su encanto único.

Esta intrigante estatua de 15 metros realizada con acero inoxidable brilla con la luz del día y durante la noche es iluminada con luces LED para que no pierda su gran significado. Su nombre completo se traduce a “La dignidad de la tierra y el cielo”.

En ella se encuentra pasmada la imagen de una mujer indígena sosteniendo un manto de estrellas, representativo de los pueblos nativos Lakota y Dakota, quienes se encuentran en Dakota del Sur, Estados Unidos. Fue realizada por el artista Dale Claude Lamphere en el año 2016 con la finalidad de que la escultura sirva como símbolo de respeto hacia aquellas culturas.

La impresionante escultura que encarna a los montes Apeninos se encuentra a la vera de un estanque en Florencia, dentro del Parco Mediceo di Pratolino (Villa Demidoff). Su elaboración se llevó a cabo a finales del siglo XVI por el escultor Giambologna y tiene alrededor de 10 metros de altura.

Previamente, se encontraba rodeada de otras esculturas de bronce que poco a poco fueron siendo retiradas debido a que las condiciones naturales las deterioraron. Sin embargo, el Coloso se mantuvo firme y se mezcló con la vegetación que lo rodea, lo cual le brinda un aspecto aún más espectacular.

El rey Arturo, ícono de la literatura inglesa, sale de los libros y se personifica en esta escultura de bronce ubicada en la que se cree que fue su tierra natal, Cornualles.

Sin embargo, su nombre oficial es Gallos. La figura de más de 2 metros fue inaugurada en el año 2016, y el escultor Rubin Eynon fue el responsable de su intrincado diseño que se encuentra situado en el sitio cercano al castillo de Tintagel.

Esta icónica obra se realizó en representación al político Sardar Vallabhbhai Patel, quien fue el primer viceprimer ministro que tuvo la India entre 1947 y 1950, y a su vez luchó por la independencia del país. Su construcción comenzó en el año 2013 y finalizó 5 años después.

Actualmente, es la estatua más grande del mundo, con 182 metros de alto por sobre el río Narmada y se la puede observar desde el puente que la une con una de las carreteras principales, el cual también formó parte del proyecto, o desde la estructura que la soporta desde la parte inferior.

Sumergida en las profundidades de la bahía San Fruttuoso se encuentra una estatua de bronce de 2.5 metros de alto que simboliza a Jesús con sus brazos extendidos hacia el cielo.

La idea de realizarla y posicionarla en el mar fue del instructor de buceo Duilio Marcante en honor al precursor Dario Gonzatti, quien fue el primer italiano en utilizar una escafandra autónoma para sumergirse y falleció durante una inmersión.

Fue instalada a 17 metros de la superficie en el año 1954 y su diseño fue realizado por el escultor italiano Guido Galletti. Representa paz y es una obra para conmemorar a todos aquellos quienes fallecieron en el mar.

Esta escultura fue tallada en piedra y encarna a Buda Maitreya, un futuro salvador de la religión budista. Cuenta con 71 metros de altura y su construcción se realizó en el siglo VIII durante la dinastía Tang a las orillas de la confluencia de los ríos Dadu, Min Jiang y Qingyi en Sichuan, China.

Sus 28 metros de ancho se encuentran rodeados de naturaleza y camuflados entre las montañas. El escenario que conforma es realmente impresionante. Se la puede observar desde la plataforma que se ubica a sus pies o desde un barco al navegar por el río.