La gastronomía argentina tiene un nuevo motivo de orgullo y su creatividad brilla más que nunca en lo alto de la escena culinaria global. Es que en un emocionante desenlace, los maestros pasteleros Matías Dragún y Lucas Carballo lograron conquistar la Copa América de Pastelería. Este triunfo los convirtió en los grandes abanderados del continente para el próximo Mundial de Pastelería en Francia, programado para enero de 2025.
La competencia tuvo lugar martes 11 de junio en la ciudad de Nueva Orleans, Estados Unidos. Seis países del continente, incluyendo Argentina, Paraguay, Colombia, Canadá, Chile y México, compitieron arduamente para determinar quiénes tendrían el honor de participar en el prestigioso evento mundial que se llevará a cabo en Lyon.
Argentina, representada por el llamado Equipo Pampa, que se conformó en este caso con Dragún y Carballo, y fue liderado por el coach Mariano Zichert, se alzó con el primer lugar. En una contienda de casi seis horas, los participantes debieron presentar 16 postres de degustación, dos piezas artísticas y un buffet completo.
Así, el trabajo incluía tres postres helados con purés de frutas, tres piezas de pastelería, ocho postres de restaurante con máquina de soufflé de chocolate caliente, una obra de arte de azúcar, un trozo de chocolate artístico y un buffet con las piezas artísticas realizadas.
En segundo y tercer puesto quedaron Paraguay y Colombia, respectivamente, mientras que Chile recibió una Wild Card. Los puntajes del jurado reflejaron la ardua competencia: Argentina lideró con 2338 puntos, seguida de Paraguay con 2090, Colombia con 1976, Chile con 1877, México con 1797 y Canadá con 1604 puntos.
La edición de 2024 introdujo nuevos desafíos para los participantes. Los candidatos debieron revisitar un clásico de la pastelería francesa: el París-Brest. Este postre emblemático, elaborado sin moldes ni congelación, permitió al jurado evaluar las capacidades técnicas de los competidores. El pâte à choux se preparó en el escenario, frente a los espectadores, en un horno ventilado en lugar del tradicional horno de cubierta. Los equipos innovaron y reinventaron este pastel para impresionar al jurado.
Además, la prueba de postres de restaurante evolucionó para incluir un soufflé de chocolate caliente. Este postre, servido y degustado “al minuto” como en un restaurante, requería al menos dos texturas y temperaturas diferentes. La integración del soufflé caliente de chocolate añadió una nueva dificultad, obligando a los candidatos a demostrar precisión y creatividad.
El objetivo de estas nuevas especificidades era impulsar la exploración de nuevos territorios emocionales, ya fueran gustativos, técnicos o visuales. Los pasteleros tuvieron que adaptarse y superar estas pruebas con gran habilidad y dedicación.
En diálogo con Infobae, y con la emoción aún a flor de piel, Dragún resaltó: “Las sensaciones son muchas: es de felicidad, de agradecimiento, de merecimiento, porque venimos trabajando hace más de seis meses para esto. Fuimos muy fuertes, muy seguros de lo que hacíamos. No es que esperábamos ganar, pero estábamos muy seguros. Yo, la verdad, no miraba a los otros equipos, no decía ‘uy, este equipo es más fuerte que el otro’. Sabía que había buenos equipos, pero realmente fuimos a lo nuestro. No vi nada de la competencia que no fuera lo que hicimos nosotros y fuimos tan concentrados que el resultado, esa concentración y ese trabajo de muchas prácticas, dio resultado”.
“El sentimiento más grande es el de agradecimiento por el equipo, que es enorme, que trabaja incansablemente y que no se ve en las fotos. Hay dos personas trabajando en un box, que levantan el premio y reciben la medalla, pero en realidad el trabajo y el reconocimiento es para un montón de gente”, contó Dragún.
Y sumó: “La pastelería argentina está en un momento de mucho crecimiento. Los profesionales cada vez hacen mejores cosas. En esta etapa, en los campeonatos, uno ve una parte de la pastelería que no es la real de siempre, pero creo que Argentina tiene muchas posibilidades para estar dentro de los mejores países del mundo. Hay muy buenos profesionales y cada vez hay más productos de muy buen calibre, que ayudan a que podamos seguir creando”.
A su turno, Carballo le dijo a Infobae: “Durante la competencia, uno va pasando por muchas emociones: estrés, nervios, alegría, felicidad, presión, las entregas y el reloj que avanza. Hay que tener todo impecable y hacer todas las presentaciones en tiempo y forma. No obstante, al final predominaron las sensaciones de felicidad, alegría y orgullo. En una competencia de esta altura, representar a tu país es algo inigualable”.
“Para el mundial se necesita el doble o el triple del esfuerzo que hicimos ayer, pero estamos confiados. Esa confianza nos da tranquilidad, lo que hace que las expectativas sean buenas y altas. El equipo tiene ganas de entrar en el top cinco del mundo. En la última Copa del Mundo quedamos dentro de los diez mejores, salimos novenos. Ahora, la idea es superar ese puesto, entrando dentro de los mejores siete o cinco del mundo, lo que sería un logro muy valioso y alto para Argentina”, remarcó Carballo.
Dragún ha trabajado en restaurantes, hoteles y escuelas de cocina durante más de 20 años y tiene su propia firma de helados artesanales. Sus pergaminos incluyen el Campeonato Nacional de Helado Artesanal en 2018 y el tercer lugar en la Coppa del Mondo della Gelateria en Rimini, Italia, en 2020.
Carballo, por su parte, comenzó su carrera a los 17 años. Con más de una década dedicada a las artes culinarias, ganó el Campeonato Nacional de Pastelería en 2019 y el Campeonato Latinoamericano de Helado Artesanal en 2022. Además, colaboró con la selección de Argentina y la selección de Uruguay durante la última Exposición del Mundial de Helado, Confitería y Panadería Artesanales.
Néstor Reggiani, capitán del Equipo Pampa, expresó su orgullo al recibir los elogios del comité francés organizador de la Copa del Mundo. “Destacaron el respeto hacia los productos, los sabores, el trabajo en equipo, la higiene y la presentación de nuestra mesa, a la que calificaron como perfecta”, comentó Reggiani, quien además integra la Cámara de Confiterías de la Asociación de Hoteles Restaurantes Confiterías y Cafés.