El término “lifting” durante años estuvo asociado a “caras estiradas”, y procedimientos con resultados artificiales, poco naturales.
En el imaginario de las personas, la cirugía estética era sinónimo de “resultados que se notan”. Pero eso es cosa del pasado.
La medicina estética actual, con el avance en el conocimiento de la anatomía y el proceso de envejecimiento, transformó la cirugía facial y evolucionó hacia técnicas innovadoras que buscan efectos naturales.
“Hoy un resultado satisfactorio en una cirugía estética no se tiene que notar”. Así comenzó a explicar a Infobae la médica especialista en cirugía plástica y estética y miembro titular de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y Estética (SACPER) y de la American Society of Plastic Surgery Griselda Seleme (MN 80.033) los alcances del deep plane, la técnica más novedosa en rejuvenecimiento facial.
¿En qué consiste el deep plane?
Técnicamente, el deep plane facelift, o lifting facial del plano profundo, apunta a reposicionar los músculos -de allí el término “profundo”- más que a estirar la piel, como hacían las antiguas técnicas.
“Con el conocimiento de la anatomía y del proceso de envejecimiento, modificamos las técnicas antiguas de cirugía por otras más modernas”, precisó la experta, que también es miembro titular de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires y miembro de la International Society Plastic Surgery (ISAPS).
Y si bien resaltó que “cada paciente es diferente y tiene necesidades individuales, y es por eso que los procedimientos se personalizan”, destacó que “actualmente se trabaja el componente muscular (deep plane) de los tejidos faciales y, por el reposicionamiento de los tejidos profundos, se mejora la piel”.
“Al ejercer la tracción sobre los músculos, la piel no se ve estirada y las cicatrices suelen evolucionar en general de manera casi imperceptible”, remarcó Seleme acerca del motivo por el que los resultados de las nuevas cirugías no son evidentes. “Además, otra ventaja es que al trabajar sobre planos profundos también hay menos moretones en el post operatorio”, sumó.
Este no es un punto menor, en una época en la que hombres y mujeres no sólo trabajan dentro y fuera de casa, sino que además estudian y se capacitan, y tienen una apretada agenda social, en la que no hay tiempo para extensos tiempos de recuperación.
Y si bien Seleme reconoció que “es la piel la que da la impresión de haber cedido”, insistió en que “en realidad son las estructuras profundas las que presentan flacidez y es esta característica la que necesita ser corregida”.
Quiénes eligen esta cirugía
“En general, los pacientes son hombres y mujeres de mediana edad, que no buscan verse más jóvenes sino quitar de la cara el cansancio, verse más frescos y armoniosos para su edad”, describió la cirujana a su paciente promedio.
En esa línea, Seleme remarcó que “hoy la edad cronológica no es lo que define la decisión de una cirugía sino que tiene que ver más cómo uno está y cómo quiere verse”. Pero si de establecer un rango etario se trata, señaló que generalmente a partir de los 45 años, entre los 50 y los 60 años, es el momento de la vida para realizar este tipo de procedimientos.
Bien sabido es que, como suele decirse, los 60 de hoy en día son los 40 de antes. Hoy las personas tienen una expectativa de vida mucho mayor, y cuando la apariencia no acompaña la energía y vitalidad con que los adultos en la actualidad enfrentan la vida, la medicina estética ofrece alternativas para que puedan verse y sentirse mejor.
El motivo del momento en que la mayoría de las personas consultan, según argumentó la especialista en cirugía plástica y estética se debe a que “a esa edad se pierde la definición del óvalo facial, las líneas mandibulares, comienza a aparecer el surco nasogeniano más marcado, al igual que las comisuras también se empiezan a marcar más, y es por eso que la clave será reposicionar esos tejidos para verse más fresco y natural”.
“No se trata de cambiar sino de vernos mejor, más frescos”, insistió la experta.
Cómo el deep plane ayuda a revertir el paso del tiempo
Con el paso del tiempo, las facciones de la cara se modifican, y en palabras de la experta en medicina estética “son varias las causas que influyen en el envejecimiento, como la genética, el estilo de vida, la excesiva exposición al sol, la alimentación y la estructura ósea, entre otras”.
“Los factores fundamentales que producen el envejecimiento son la caída de los músculos faciales y la pérdida de volumen y grosor de los tejidos blandos y la piel de la cara -precisó Seleme-. Esto crea pliegues, que producen sombras en la cara que nos hacen parecer cansados, con aspecto de tristeza o con más edad de la que tenemos o nos sentimos”.
En simultáneo, “cambia la forma del rostro, que pasa de triangular en la juventud a cuadrada”, sumó la especialista en referencia a lo que se conoce como “pérdida del óvalo y definición del rostro”.
De hecho en algunos países denominan “zoom dismorfia” al fenómeno por el que, a partir de la pandemia y el hecho de tener muchas reuniones por videollamada, las personas comenzaron a poner el foco en la apariencia de su rostro.
“Con todo el peso de los tejidos hacia delante, la mandíbula comienza a perder su contorno, y esto hace que algunas personas parecen de más edad de la que tienen”, argumentó la experta.
La importancia de consultar especialistas certificados
Como se vio, el lifting facial es un procedimiento quirúrgico, por lo tanto, para realizarlo Seleme destacó que “es muy importante consultar con un especialista certificado, realizarlo en una clínica que esté habilitada, y que el profesional solicite el prequirúrgico para evaluar que el estado de salud de la persona sea el adecuado para someterse a un procedimiento de este tipo”.
Acerca del tiempo de recuperación de una cirugía facial de este tipo, la cirujana señaló que “puede variar según distintos factores, como la capacidad de cicatrización individual, pero por lo general con estas técnicas de lifting profundo después de 15 días la persona puede retomar las actividades del día a día”.
“Hoy nos encontramos frente a una nueva era en la cirugía estética facial, que sin duda representa la evolución en el campo del rejuvenecimiento facial y revolucionó por completo el concepto de lifting facial mostrando resultados en los que la naturalidad de los rasgos es la marca distintiva”, concluyó Seleme.
Que las personas estén a gusto con la imagen que les devuelve el espejo, y a la vez despreocupadas porque los efectos de las nuevas intervenciones pasan inadvertidos para el entorno es, sin dudas, uno de los grandes logros del deep plane, que llegó para dejar atrás los típicos rostros operados de antaño para transformar de manera más amable los efectos del paso del tiempo.