La Fundación Tzedaká organizó el martes 7 por la noche su cena benéfica anual en la ciudad de Nueva York que congregó a más de 200 personas en el Moise Safra Center, un destacado centro comunitario del upper east de la ciudad.
El evento logró reunir tanto a argentinos que residen en la ciudad como a estadounidenses interesados en apoyar los objetivos solidarios de la organización.
El propósito central es “reunir fondos para hacer frente a las crecientes necesidades de nuestra comunidad en Argentina en el contexto de crisis actual”, según destacaron desde la Fundación.
La velada contó con la presencia de Pablo M. Piñeiro Aramburu, Cónsul General de Argentina en Nueva York; Natalia Acevedo, Vicecónsul; Ariel Zwang, Director General del American Joint Distribution Committee; Charles Rose, Senior Program Officer of The Claims Conference, además de representantes de distintas empresas y entidades sociales, lo que reafirma el amplio respaldo a las iniciativas desarrolladas por la Fundación.
Este notable apoyo estuvo dirigido tanto a las metas a largo plazo de la organización como a sus proyectos inmediatos y demostró una fuerte conexión entre la comunidad argentina en el extranjero y las causas humanitarias.
El evento comenzó con un cocktail en un rooftop con vistas a la ciudad, donde los invitados pudieron conversar y reencontrarse en un ambiente relajado y cálido alrededor de la solidaridad.
Posteriormente, en otro piso se realizó el segmento institucional de la noche que se inició con la proyección de un video que mostró la realidad de las personas más vulnerables en Argentina.
El presidente de la Fundación, Javier Suez, abrió el encuentro agradeciendo a los asistentes por su activo compromiso y generosidad al acompañar a la Fundación y compartió algunos de los desafíos que tiene la organización para dar respuestas a las necesidades urgentes que se presentan cada día.
En los últimos meses, la demanda de ayuda creció en un 25%, dijo Suez, y muchas de las nuevas familias admitidas son personas que habían sido beneficiarias en algún momento, que pudieron salir del sistema de la Fundación, pero que hoy vuelven porque no logran salir adelante.
Posteriormente, la Fundación representada por su presidente y su secretaria general Karina Mindlin, hizo entrega de una distinción especial al American Joint Distribution Committee, una organización que acompaña a la Fundación desde hace muchos años apoyando sus programas sociales y también sus proyectos de innovación y mejora continua. Ariel Zwang, CEO de la organización, recibió la distinción.
Harry Santa Olalla, un especialista en subastas de recaudación para organizaciones sociales fue quien condujo una subasta de interesantes experiencias gastronómicas y turísticas donadas especialmente, seguida por una acción durante la cual los presentes realizaron donaciones para sostener proyectos concretos de la Fundación.
El momento central de la noche fue la entrega de reconocimientos a las personas elegidas para honrar este año: Sandra Justin y los hermanos Nicolás y Federico Kogan, personas muy valiosas para la organización y cuyo compromiso se extiende en el tiempo y en las fronteras, colaborando con la Fundación desde hace largos años.
El reconocimiento es un cuadro, una obra de arte creado por un destacado artista plástico argentino, Pedro Roth, quien además es sobreviviente del holocausto y activo participante del programa de ayuda a sobrevivientes que la Fundación desarrolla.
Ambos homenajes fueron presentados por Betina Rosental, directora ejecutiva de la Fundación Tzedaká, que expresó la importancia del vínculo de la Fundación con ambos y sus destacados aportes al desarrollo de la misma, especialmente en la ciudad de Nueva York.
El presidente de la Fundación y su secretaria general fueron los responsables de la entrega de los cuadros.
Para finalizar, Ari Priven jazan del templo Bnai Jeshurun entonó algunas entrañables melodías como Gracias a la Vida, que en ese contexto resonó con especial significación como cierre de una noche donde se renovó el lazo de amistad y compromiso.
La Fundación Tzedaká se dedica a apoyar a las partes más vulnerables de la comunidad mediante iniciativas sociales y educativas. Su nombre, que significa justicia y solidaridad, refleja su compromiso con la restitución del derecho de cada persona a vivir con dignidad.
Esta entidad fue establecida en 1991 dentro de la comunidad judía y, desde entonces, ha contribuido significativamente al progreso del país, mejorando las condiciones de vida de numerosos argentinos en situación de riesgo o vulnerabilidad.
Su enfoque principal es combatir la pobreza, implementando un modelo de trabajo en red único en Argentina, caracterizado por una intervención integral y multidisciplinaria, que ofrece soluciones efectivas a la población.
La fundación combina el esfuerzo de profesionales y voluntarios para llevar adelante programas de asistencia integral, educación y salud. Destaca por implementar el único programa de asistencia a sobrevivientes de la Shoá en el país, y fortalece su impacto mediante la colaboración con organizaciones sociales, el Estado y el sector privado en su área “Tzedaká y la Sociedad”.
Dicha red social moviliza a más de 600 voluntarios, alrededor de 6.500 donantes y casi 100 profesionales en diversas disciplinas.
Los Centros Tzedaká ofrecen una variedad de programas y servicios para atender las necesidades de la comunidad. Algunos de los Centros Tzedaká y sus áreas de enfoque son: Centro Tzedaká Amijai; Centro Tzedaká Bialik; Centro Tzedaká Icuf; Centro Tzedaká Lamroth Hakol; Centro Tzedaká Macabi; Centro Tzedaká Oeste Shalom; Centro Tzedaká Scholem; Centro Tzedaká Sholem Buenos Aires y Centro Tzedaká Sur (Kehilá Dr. Herzl)
Fotos: Enrique Shore