La Met Gala 2024, que tendrá lugar el próximo 6 de mayo, anunció la temática de la emblemática exposición del Instituto del Vestido del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York de esta edición. Este año la muestra se titula “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion” (Bellas durmientes: el nuevo despertar de la moda), y promete ser una de las más poéticas y vanguardistas de la historia.
Con eje en tres temas, tierra, mar y cielo, la muestra exhibirá 250 piezas, que incluyen piezas de los grandes nombres de la moda, obras contemporáneas y valiosas obras históricas textiles, las cuales, dada su fragilidad, serán presentadas de manera innovadora para despertar todos los sentidos de los visitantes.
El desafío de esta edición de la muestra radica en cómo estas prendas se “despertarán” ante los ojos y el resto de los sentidos del público, usando tecnologías inmersivas inéditas. Así, la vista, el oído, el olfato y el tacto tendrán un rol central, dejando atrás la idea de una muestra tradicional.
Según Andrew Bolton, curador jefe del Instituto de Vestuario Anna Wintour del Met, la intención de la exhibición es darles vida en su “último aliento” a estas piezas, ofreciendo una experiencia multisensorial. ¿Cuáles son las claves que destacan de la muestra?
El abrigo en flor por Lowe
Entre los aspectos más destacados se encuentra un abrigo diseñado por Jonathan Anderson (copresidente honorario de la Met Gala 2024) para Loewe. ¿Por qué es una de las piezas más curiosas de la muestra? Este abrigo está plantado literalmente con avena, centeno y hierba, dentro de un invernadero instalado en el museo, el cual simboliza el ciclo de vida y muerte de la exposición.
La obra se expondrá durante la primera semana cuando esté en plena floración y luego será sustituido por una versión seca. Según dijo Bolton, “crecerá y morirá a lo largo de la exposición”.
Historias olfativas
Otro elemento innovador es la colaboración con la artista olfativa Sissel Tolaas, quien ha capturado las esencias históricas de las prendas para recrear sus historias olfativas. Porque, se sabe, los olores cuentan historias de vida y de costumbres y la ropa es capaz de absorber esos pequeños fragmentos de la vida impregnados en las prendas.
Tolaas realizó lecturas moleculares de las prendas, captó y trazó las fragancias con las que están impregnadas. Esta artista tenía un objetivo: crear una conexión entre el espectador y las piezas expuestas, a través de “la historia olfativa de la prenda”, según explicó Bolton.
El sonido de la moda
En otra época, las damas se colocaban hojas de periódico entre las capas de crinolina para acentuar el sonido que hacían sus faldas. Aunque eso ya no suceda en la actualidad y haya perdido valor, la ropa sigue genera sonido. Para Bolton, el sonido específico de un vestido en movimiento, el que determina su tejido. ¿Qué sucede? De acuerdo a cómo haya sido su acabado, la prenda genera una vibración más estruendosa o suave.
Los curadores, basados en esta idea, decidieron confeccionar una réplica del famoso vestido cubierto de cáscaras de cannolic blanqueadas que Alexander McQueen confeccionó para la legendaria colección VOSS, primavera-verano 2001.
Dado que llevar el original a la muestra era demasiado arriesgado, los curadores recuperaron el mismo tipo de conchas recogidas por el emblemático diseñador en una playa de Norfolk, en Inglaterra. Para el sonido, grabaron el efecto acústico en una sala insonorizada de la Universidad de Binghamton.
Prohibido no tocar
El escaneo 3D jugará un papel crucial subvirtiendo la norma museística de no tocar las piezas, al replicar detalles de la textura de obras significativas. En esta edición de la muestra, por ejemplo, se puede tocar un delicado corpiño jacobino del siglo XVII. Así, los visitantes podrán experimentar la complejidad de sus adornos a través del tacto indirecto.
Los adornos sofisticados de esta prenda se reprodujeron en papel pintado, que cubrirá por completo la sala donde se expondrá, para sentir su complejidad textil sin tener culpa.
Como en la Bella Durmiente
En una fusión entre el arte y la conservación, algunas prendas históricas, demasiado frágiles y delicadas para ser expuestas de forma tradicional, son ahora presentadas en urnas de cristal, evocando la imaginería de “La Bella Durmiente” en su sueño eterno. Este método no solo preserva su estructura, sino que también añade una dimensión metafórica a la exhibición y promueve una revitalización simbólica a través del afecto y la apreciación del público.
La decisión de ubicar estas prendas en un descanso protegido responde a la necesidad de salvaguardar su integridad física, imposibilitadas de sostenerse en soportes convencionales como maniquíes o perchas debido a su estado vulnerable.
Esta estrategia curatorial amplifica la conexión emocional entre el espectador y la pieza, alentando una reflexión sobre la temporalidad y el cuidado del patrimonio cultural.
Para la edición 2024 de la Met Gala, el tema elegido ha sido “El Jardín del Tiempo”, inspirado en la obra literaria de 1962 del reconocido autor J.G. Ballard. Este concepto invita a los participantes a explorar una amplia gama de posibilidades en cuanto a la moda, anticipándose a que la alfombra roja se vea inundada de atuendos adornados con motivos naturales, tales como flores y elementos botánicos.
Como fuente adicional de inspiración para el evento más prestigioso en el mundo de la moda, el Met ha optado por compartir con los invitados la pintura The Old Gateway del pintor inglés Thomas Edwin Mostyn, una obra que retrata un idílico y florido jardín junto a una figura femenina ataviada en un vestido azul. Mostyn, cuyas obras datan de finales de la época victoriana y principios del siglo XX, es célebre por capturar la esencia de jardines soñadores y románticos, lo que sin duda se alinea con la temática propuesta para la gala.
Según declaró Andrew Bolton, la mente detrás de la conceptualización de esta temática para la Met Gala a Vogue, la elección de este cuadro y el tema en general, buscan rendir homenaje a la belleza y diversidad de la naturaleza.