Cada 29 de abril, Argentina conmemora el Día del Animal, en honor a Ignacio Lucas Albarracín, abogado y pionero en la defensa de los derechos de los animales en el país, fecha que marca su fallecimiento. Esta fecha, sin dudas, adquiere una relevancia única en una época donde la familia multiespecie gana cada vez más adeptos.
Los perros y gatos constituyen un elemento esencial de la identidad argentina. Un estudio de KANTAR del año pasado, a escala nacional, mostró un incremento en la adopción de mascotas en los hogares argentinos, donde son vistas como miembros de la familia, asignándoseles un presupuesto para su alimentación de calidad y para satisfacer sus diversas necesidades.
Según este relevamiento, ocho de cada 10 argentinos poseen al menos un animal de compañía en su hogar. Según el informe, el 63% de las mascotas llega a las casas por adopción. Si bien los perros ocupan el primer puesto en el hogar, los gatos ganan cada vez más terreno.
Poseer un perro o gato tiene beneficios comprobados para la salud humana. Los animales brindan compañía y contribuyen significativamente al bienestar emocional, impactando positivamente en la salud de las personas.
Existen numerosos estudios que demuestran la importancia de las mascotas, especialmente para los adultos mayores. Incluso en situaciones críticas, como con el Alzheimer u otras formas de demencia, se ha observado que la presencia de un animal puede tener un efecto calmante durante episodios de ira.
El Prof. Dr. Juan Enrique Romero, médico veterinario, especialista en Educación Universitaria, Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología, ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam) y docente Universitario en varias universidades argentinas, brindó a Infobae, 5 claves para cuidar a los animales de compañía.
1. Cuidar su salud
Para cuidar la salud de un perro o de un gato, “es sustancial el control periódico, sobre todo cuando supera los dos tercios de su esperanza de vida”, comienza explicando Romero. “Entendiendo por esperanza de vida del perro pequeño, los 15 años; del perro mediano, los 13, 14 y del perro gigante o grande, en los 11, 12 años”, agrega.
Cuando llega a los dos tercios de esa edad debe haber controles cardiológicos, salvo específica indicación del médico veterinario de confianza y controles de sangre, “de la misma manera que nos hacemos nosotros a determinada edad. Eso puede prevenir enfermedades”, suma Romero.
2. Las vacunas
“La segunda cosa súper importante para tener en cuenta en un animal de compañía son las vacunaciones y tener libre de parásitos externos e internos al animal. La vacunación de rabia es todos los años, toda la vida del animal, sobre todo en ambas puntas del camino, es decir, en el cachorro y en el adulto mayor”, agrega el experto.
“La vacunación séxtuple, que involucra moquillo, hepatitis, enfermedad de los ojos azules, parvovirosis, se debe hacer todos los años, toda la vida del animal. La vacunación de giardia y de tos de las perreras, que en realidad es tos de los criaderos, cada seis meses sería el ideal”, dice Romero.
Ahora bien, ¿qué pasa con la desparasitación externa? “Es un tema interesante para tener en cuenta, ya que las pipetas a base de permetrina en el perro, nunca en el gato con esta droga que es tóxica, debería realizarse una vez por mes colocando estas pipetas. Y en el gato las pipetas propias del gato, no las del perro que no las comparte. Los comprimidos no tienen efecto de repelencia. Y si utilizamos comprimidos sabemos que siempre será una fase complementaria de nuestro accionar”, agrega Romero.
Con respecto a la desparasitación interna, el análisis periódico en un animal que no tiene contacto con niños o con zonas de peligro es ideal. “Y si está en contacto con niños chicos o en zonas de peligro de cierto tipo de parásitos, será una vez por mes”, dice Romero.
3. El juego
El tercer factor importante para lo que significa la calidad del vínculo con los animales de compañía, podría ser perfectamente el juego. “Los perros y los gatos juegan. Y juegan exactamente igual que nosotros en cuanto al significante que el juego tiene para nuestras vidas”, explica el experto.
“Y el significante para nuestras vidas del juego es imitar de pequeños, lo que en la vida adulta vamos a hacer. Los perros juegan a la escondida por la acechanza y la emboscada, juegan al poli ladrón, al ladrón poli a correrse, intercambiando los roles, y los perros juegan a toma y traiga, tirándole una pelota o un palo, para que te lo traiga, sobre todo algunas razas que lo tienen inserto de manera muy importante en su vida”, agrega sin dejar de dar un consejo:
“Si queremos recuperar en ese tome y traiga una pelota o cosas por el estilo, lo mejor es jugar con dos pelotas, porque cuando te trae la pelota que le tiraste con la mano derecha, para él ya es una presa muerta y por eso la va a retacear, porque es de él. Entonces aparece la codicia por la de la mano izquierda, que le hacés picar y va a soltar seguramente la pelota”.
4. El paseo
“El paseo tiene que ver con leer el diario, digo yo. Porque por más que tengas un fondo de 50 metros, pasear con el perro involucra que sepas qué está ocurriendo con el vecindario, desde el punto de vista canino. Hay un mundo, una percepción del entorno muy específica que es la percepción del entorno canino, o la percepción del entorno felino. Y eso hace que la exploración sea algo imprescindible”, dice.
“De la misma manera que nosotros chusmeamos en las redes las noticias o las leemos sobre papel, el perro necesita enterarse a través de los olores, lo que pasa en el vecindario”, ejemplifica Romero.
El perro tiene 1 millón de veces más olfato que el ser humano. “La superficie olfativa que tiene el perro es la superficie de su cuerpo en membrana olfativa plegada en el hocico, que cada centímetro cuadrado tiene cuatro veces más células. Multiplica todo eso y te da 1 millón. Los perros construyen imágenes olfativas y son capaces de discriminar perfectamente los olores, cosa que nosotros no hacemos. Los perros son universitarios de posgrado en el olfato, mientras que nosotros estamos en el jardín de infantes”, agrega Romero.
5. El Afecto
“Eso lo la más importante, el afecto, que encierra todos los cuidados que podamos tener. Porque para nosotros, para nuestro perro, para nuestro gato, somos la referencia en un mundo que ha sido construido por este mono desnudo que se llama ser humano”, dice Romero.
Y cierra: “De tal manera que la demostración de amor, el afecto, el simple acariciar el animal o demostrarle de alguna manera el afecto, saludarnos a la mañana con el abrazo de lobo, dirigirle una mirada o una palabra, creo que cierra perfectamente. Y me parece que este es el mejor consejo para el festejo del Día del Animal”.