En la Michaela Community School, en el noroeste de Londres, una disciplina rigurosa y procedimientos inusuales aparentemente son la clave del éxito académico en un entorno de niños procedentes de sectores desfavorecidos de la sociedad.
Estrategias como la “Inclinación”, que exige la máxima atención de los estudiantes durante las clases, y rutinas estrictas que incluyen recitar poemas y discusiones organizadas durante el almuerzo, han atraído tanto elogios como críticas en el Reino Unido. Líderes del movimiento de disciplina estricta, como Michael Gove y Suella Braverman, apoyan estas técnicas por considerar que favorecen la movilidad social y la superación personal en jóvenes de entornos menos privilegiados, informó The New York Times.
Gove es un influyente secretario de Estado que anteriormente fue ministro de Educación, sostienen que los enfoques progresistas y centrados en los niños que se difundieron en la década de 1970 causaron una crisis de comportamiento , redujeron el aprendizaje y obstaculizaron la movilidad social. En tanto que Braverman es definida por NYT como una agitadora de extrema derecha. Es ex ministra de dos gobiernos conservadores y fue directora de la escuela Michaela.
Desde su apertura hace una década, la Michaela Community School, destaca por sus políticas de “cero excusas”, imponiendo un ambiente de aprendizaje altamente controlado, incluyendo “detenciones” por infracciones menores como tener el uniforme desordenado.
Defensores de esta política apuntan a la disminución de la movilidad social y el aprendizaje como consecuencias de métodos educativos más liberales implantados en los años setenta. Figuras como Martyn Oliver y Tom Bennett han incidido en el gobierno británico para promover estas líneas de disciplina en el sistema educativo. Mouhssin Ismail, un director de escuela, evidenció la calma y orden de los pasillos de su institución educativa y despertó así un debate sobre la efectividad y ética de tales prácticas.
A pesar de las críticas que relacionan estas prácticas con escenarios distópicos, hay testimonios dentro de la comunidad estudiantil que evidencian un grado de aceptación y gratitud hacia este modelo educativo, reveló el periódico neoyorquino. La filosofía de la escuela, encapsulada en su lema “trabaja duro, sé amable”, parece resonar entre muchos de sus alumnos. Los defensores de este modelo sostienen que para los niños de entornos económicos desfavorecidos, la escuela representa la única oportunidad de superación y acceso a un futuro mejor.
La implementación de estas políticas educativas subraya un debate más amplio sobre el equilibrio entre disciplina, libertad individual y derechos en el ambiente escolar, especialmente en comunidades con menos recursos. Más allá del éxito académico, emerge la pregunta sobre las implicaciones a largo plazo de un entorno educativo tan estructurado en el desarrollo social y emocional de los estudiantes.
La escuela secundaria Michaela en comparación con otras instituciones de financiamiento estatal, sobresale no solo por su número reducido de unos 700 estudiantes, sino también por su popularidad que atrae a aproximadamente 800 visitantes anuales, principalmente docentes interesados en su metodología. Este interés se ve reflejado en la solicitud que se les hace a los visitantes, según la cual deberán abstenerse de mostrar incredulidad cuando los alumnos expresan su satisfacción por la institución educativa.
La directora de Michaela, Katharine Birbalsingh, ha sido enfática en destacar este aspecto de la cultura escolar que contribuye a la atmósfera positiva del aprendizaje. Sin embargo, la aplicación de un enfoque de tolerancia cero hacia la disciplina ha suscitado debates entre profesionales de la educación. Mientras que algunos apoyan la rigurosidad del método, argumentando que facilita resultados académicos sobresalientes, otros educadores manifiestan su preocupación. El principal punto de discusión radica en la posibilidad de que tales medidas disciplinarias no solo afecten la independencia y el desarrollo del pensamiento crítico de los estudiantes, sino que también propicien efectos psicológicos adversos debido a sanciones severas por faltas leves.
“Es como si hubieran tomado [NdeR: la novela de George Orwell] 1984 y lo hubieran leído como un manual de instrucciones en lugar de una sátira”, dijo Phil Beadle, autor y profesor de secundaria británico galardonado, citó NYT. Para este experto, el tiempo libre y la discusión son tan importantes para el desarrollo infantil como los buenos resultados académicos. Le preocupa, dijo, que un “entorno de culto que exige total conformidad” pueda privar a los niños de su infancia.
En un reciente enfrentamiento legal que ha capturado la atención de numerosos sectores de la sociedad, La escuela Michaela se encuentra en el centro de la polémica tras la demanda presentada por discriminación por un estudiante musulmán debido a la prohibición del establecimiento de la práctica de los rituales de oración. Pero Birbalsingh defendió la medida y argumentó en redes sociales que la prohibición era crucial para garantizar “un entorno de aprendizaje exitoso donde los niños de todas las razas y religiones puedan prosperar”. Un alto tribunal aún está deliberando y debe emitir una decisión respecto al caso.
Los defensores del modelo estricto y algunos padres dicen que los niños con necesidades de educación especial prosperan en ambientes estrictos y predecibles, pero otros vieron a sus hijos con dificultades de aprendizaje tener dificultades en estas escuelas. Sarah Dalton, madre de un niño de 12 años con dislexia, citada por el mismo diario, dijo que en la escuela estricta su hijo tuvo excelentes resultados académicos, pero el temor del niño a ser penalizado por errores menores le generó un estrés insoportable y empezó a mostrar signos de depresión.
Lucie Lakin, directora de la escuela comunitaria Carr Manor en Leeds, que no sigue el modelo de tolerancia cero, dijo que se dio cuenta de que el enfoque se estaba extendiendo cuando un número creciente de estudiantes se matriculó en su escuela después de haber sido expulsados. Su escuela obtiene altos puntajes académicos , pero dijo que ese no es el único objetivo de la educación. “¿Estás hablando de que los resultados de la escuela son exitosos o estás tratando de formar adultos exitosos?”, preguntó. “Ese es el camino que debes elegir”, dijo.
En Estados Unidos, las escuelas que adoptaron enfoques estrictos similares fueron inicialmente elogiadas por sus resultados. Pero las crecientes críticas de algunos padres , profesores y estudiantes a mediados de la década de 2010 provocaron un ajuste de cuentas en el sector.