Si bien técnicamente hasta el 21 de marzo, según el calendario, estamos en verano, lo cierto es que la vuelta de las vacaciones y el comienzo de las clases marcan el inicio formal de las actividades del año y el tiempo al aire libre se acota. Lejos quedaron las tardes de pileta y las largas horas bajo el sol, que tanto bien hace para la síntesis de la vitamina D, pero que puede dañar la piel si la exposición no es con protector solar y en los horarios recomendados.
“En el verano nos exponemos a los rayos solares, al calor, la deshidratación y el cambio de dieta; todo esto repercute en el cuerpo y por lo tanto también en la piel”, comenzó a analizar consultado por Infobae el médico especialista en cirugía plástica y reparadora Alfredo Romero (MN 105550), quien resaltó que “si bien la piel suele tomar tomar un color bronceado agradable, la exposición prolongada y sin protección a los rayos ultravioleta, puede dañarla, generando la aparición de descamación, manchas y arrugas marcadas”.
Este proceso, según explicó el experto, “es definido como elastosis solar”, y sucede cuando “la radiación ultravioleta del sol rompe el tejido conectivo, compuesto por colágeno y fibras de elastina, que se encuentra en la capa más profunda de la piel”. Como resultado, “el sistema de contención y elasticidad de la piel se pierde y ésta se torna fina, arrugada y con manchas”.
Raúl Banegas es médico cirujano plástico (MN 79300) y miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (Sacper). Consideró que “de todos los factores que dañan la piel, como el cigarrillo, la mala alimentación, el mal cuidado de la piel, etc, sin duda el sol es uno de los más nocivos”. “Porque es el que más perjudica el colágeno natural de la piel, por eso una vez pasado el verano, la clave será volver a estimular la producción de colágeno”.
En opinión del médico dermatólogo de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) Christian Sánchez Saizar (MN 97.895), “termina el verano y sin dudas el primer paso es la consulta con el dermatólogo para recuperar la piel, hidratarla y tratar las manchas provocadas por la exposición al sol”. Y tras destacar que “el cuidado más importante los 365 días del año es el protector solar, independientemente de que esté nublado o no”, reconoció que “las manchas pueden aparecer por diferentes razones, entre ellas las hormonales, y el sol es casi siempre el gran responsable”.
La buena noticias “es que la mayoría de las manchas, al igual que la falta de hidratación en la piel se pueden tratar y recuperar con tratamientos específicos para las necesidades de cada piel, por eso en esta época del año es fundamental hacer una consulta para establecer una rutina de cuidado y un plan de renovación”.
En este punto, la médica cirujana Cristina Sciales (MN 66.744) resaltó que “como se ve, en verano la piel se ve expuesta a diferentes agresiones, se vuelve más frágil y sensible y uno de los síntomas más significativos es su deshidratación”. Y en ese sentido, añadió que “además de la radiación UV, la ciencia ha descubierto un nuevo enemigo para la piel: la radiación de luz visible (en forma de luz azul visible de alta energía)”.
“Este tipo de radiación es perjudicial porque ataca todos los componentes celulares: lípidos, proteínas y ADN -sostuvo-. Los daños se producen a largo plazo, de ahí la absoluta necesidad, en términos de salud, de protegerse lo antes posible y durante toda la vida”.
¿Cuáles son las necesidades de la piel post verano?
“La clave será la consulta y el diagnóstico para armar un plan de tratamiento integral para cada tipo de piel”, comenzó a desarrollar la médica especialista en cirugía plástica y estética Griselda Seleme (MN 80033), acerca de las alternativas que ofrece la medicina estética para recuperar la piel luego de los meses de verano.
En la mirada de Sciales, “el primer paso para una buena recuperación es la exfoliación, porque renueva la piel eliminando las células muertas”. Y tras considerar que “la hidratación de la piel es fundamental, ya que después de estar expuesta al sol durante el verano o pasar mucho tiempo en el agua, la piel pierde hidratación y es importante recuperarla”, remarcó que “las cremas hidratantes son los aliados perfectos en esta época, siempre teniendo en cuenta el fototipo”.
Y agregó: “Es un buen momento para aprovechar la consulta dermatológica para revisar manchas o lunares, y si se detecta algún cambio o daño sospechoso en la piel, poder realizar un diagnóstico adecuado”.
Para Banegas, uno de los secretos será “activar y estimular la producción de colágeno”.
Siete tratamientos innovadores para recuperar y renovar
- Renovar la piel
Romero recomendó combinar una limpieza profunda con eliminación de piel afectada, más un láser fraccionado en modo de microabrasión, con plasma rico en plaquetas, cuyo principios activos penetran en la piel por las micro aberturas del láser. El resultado es una piel de aspecto luminoso, terso y saludable.
- Bioestimular, para hidratar en profundidad
“Sin duda los bioestimuladores son una nueva categoría en la medicina estética -apuntó Banegas-. El ácido hialurónico ultrapuro genera un efecto superficial visible de brillo, hidratación, luminosidad, y también tiene un efecto más profundo de firmeza. Es un producto que vino para sumar, y otorga un efecto único con resultados favorables en los pacientes”.
“Se colocan en forma inyectable, no se requiere preparación previa, y brindan una gran mejora de la piel sin generar volumen”, aportó Romero, quien recomienda a sus pacientes “tres sesiones al año, depende si está enfocado al daño solar o también a combatir el envejecimiento”.
- Peeling, para eliminar impurezas
“Un tratamiento que siempre es un gran aliado en esta época del año es el peeling, indicado para renovar la piel, eliminar impurezas y recuperar luminosidad”, sostuvo Sánchez Saizar, quien remarcó que “el objetivo es renovar y recuperar la luminosidad, y el peeling es uno de los tratamientos ideales para arrancar el plan anual de cuidado facial”.
- Peeling de carbón activado
El innovador tratamiento consiste en el uso de una crema de carbono en diferentes diluciones sumado a la energía emitida por una fuente de luz láser que lo “barre”.
“El efecto combinado del activo más la energía lumínica ayuda a eliminar células muertas, estimular el colágeno y dar luminosidad”, precisó Seleme, para quien, “un buen complemento de los tratamientos con láser es la mesoterapia para lograr una buena hidratación de la piel”.
- Radiofrecuencia bipolar fraccionada para estimular la producción de colágeno
“La tecnología combina micro agujas recubiertas en oro y energía de radiofrecuencia para rejuvenecer y tensar la piel. Es una de las técnicas más efectivas para recuperar la tensión y remodelar las estructuras de soporte del rostro”, recomendó Banegas.
A lo que Sciales sumó: “Además de su efecto anti age por la activación del colágeno, el tratamiento es efectivo en la reducción de manchas y pigmentación, dando un aspecto uniforme a la piel. Se trata de un tratamiento no invasivo, seguro y efectivo, con resultados duraderos por varios meses”.
- Lifting sin cirugía
Se trata de la combinación de dos tratamientos (láser + luz infrarroja) de tecnología de alta gama en una misma sesión, que otorga a la piel luminosidad, suavidad y una sensación de “piel spa”, ideal para rostro y cuello.
“Es ideal para tensar y cerrar poros, con un efecto antiage”, describió Sciales, quien destacó que “es una tecnología aprobada por la FDA,que realmente hace milagros con la flacidez”.
“Su mayor virtud es tensar el óvalo facial y reposicionar el pómulo simulando un efecto lifting sin bisturí”, destacó la experta, quien enumeró entre sus efectos que “cambia el aspecto de la piel de forma determinante, debido a que estimula la formación de colágeno y elastina, pero sobre todo tensa y homogeniza la piel”.
- Radiofrecuencia monopolar + ultrasonido, para tensar y reafirmar
“Es una tecnología avanzada que puede ser indicada para tratamiento facial o corporal”, señaló Romero, quien explicó: “El dispositivo combina la radiofrecuencia monopolar y el ultrasonido para lograr una mejora profunda de los tejidos y la piel”.
“El calentamiento volumétrico 360 interrumpe la degradación de las fibras de colágeno viejas e inicia el proceso de formación de colágeno nuevo”, agregó Sciales.
Se recomiendan entre cuatro y seis sesiones según las necesidades de cada paciente.