“La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva”, proclama la UNESCO. Por eso, todos los 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación, para destacar el papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo.
“Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos”, afirma la entidad.
En busca de esos objetivos, se realizó el informe “Brechas de género: desde la escuela al mercado laboral”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Ivana Templado (FIEL), Martín Nistal y Leyre Sáenz Guillén. El documento detalla algunos hechos que se verifican en varios estadios del sistema educativo, tanto argentino como internacional, examinando las disparidades de género desde la educación primaria hasta los ingresos en la edad adulta, elementos que conforman y contribuyen a entender el panorama más amplio. Para esto se utilizaron datos provenientes de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el Relevamiento Anual, las pruebas Aprender y datos del Sistema Araucano.
Los resultados justamente evidencian que se mantienen las brechas existentes y la disparidad de género se extiende desde la educación primaria hasta los salarios en la edad adulta.
Según el informe, a pesar de que las mujeres terminan en mayor proporción la secundaria y la universidad, el salario de ellas es entre un 22% y un 27% menos que el de los hombres. En 13 de 15 disciplinas universitarias y profesorados, las egresadas mujeres ganan, en promedio, menos que los egresados varones.
Los datos del estudio
Las mujeres suelen tener mejores resultados en Lengua que los varones, tanto en primaria como en secundaria. Mientras que los varones obtienen mejores resultados en Matemática que las mujeres. Además, las mujeres logran terminar en mayor proporción la secundaria que los varones (79% y 68%, respectivamente en 2023) en el grupo etario entre 25 y 29 años. Sin embargo, al analizar las trayectorias completas a través del Índice de Resultados Escolares, que combina tiempo y “forma”, se observa que 14 de cada 100 varones llegan al final de la secundaria en tiempo y forma, mientras que en las mujeres esto desciende a 12 de cada 100.
Ivana Templado, co-autora del informe afirmó que “a las mujeres les va mejor en lengua y a los varones en matemática. Este es un hecho, un dato ampliamente aceptado. La pregunta es ¿por qué lo naturalizamos? Hoy sabemos que biológicamente no hay diferencias cognitivas de partida asignables al hecho de haber nacido varón o mujer. Pensar en políticas educativas que reviertan dicho sesgo es una forma de reducir a futuro esta y otras fuentes de desigualdad, que a su vez, redundaría en un uso más eficiente de los recursos humanos del país”.
Al analizar las distintas disciplinas universitarias y profesorados, se muestra que en 13 de 15 disciplinas las mujeres graduadas son más que los varones. El 83,4% de los graduados de Psicología son mujeres, seguido de las carreras de Letras e Idiomas con 82,9%. Por el contrario, en las disciplinas de las Ingenierías e Industrias hay mayormente graduados varones, representando el 74,7% y 64,8%, respectivamente.
A nivel país las mujeres ganan, en promedio, entre un 22% y un 27% menos que los varones (2016-2023). Las únicas dos excepciones se dan en Ciencias de la Información y de la Comunicación, donde las mujeres ganan 1% más que los varones, y en Química donde este número asciende al 6,3%. En el otro extremo, las mayores diferencias salariales a favor de los varones se dan en las disciplinas Paramédicas y Auxiliares de la Medicina, y en Economía y Administración, donde las mujeres ganan, en promedio, 21% y 17,2% menos que los varones, respectivamente.
María Edo, profesora e investigadora del Departamento de Economía de la Universidad de San Andrés, aseguró que “hace medio siglo las brechas de género en el mercado laboral se explicaban fundamentalmente por menores niveles educativos de las mujeres y discriminación entre los empleadores. Hoy en día la mayor parte de la diferencia se debe a cuestiones relativas a la maternidad. ¿Revela esto una verdadera preferencia de las mujeres o es el reflejo de un estereotipo cultural? Responder a esta pregunta resulta crucial tanto en términos de equidad como de eficiencia. Este informe representa un paso importante en esa dirección”.
Miguel Aguirre, Director de Ingeniería Electrónica del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), dijo que, “si bien los estudios indican que hay una cierta tendencia de las mujeres a prevalecer en materias “blandas”, mientras que los varones suelen destacarse en matemáticas, debe considerarse que esas cifras son promedios, que no implican que las mujeres deban evitar carreras científicas como Ingeniería. Por el contrario, como sociedad debemos alentar a que cada individuo, independientemente de su género, pueda realizar su sueño y desarrollar una vocación”
Destacó también que, “considerando que las carreras tecnológicas son muy necesarias para el desarrollo de nuestro país, es imprescindible llegar a una paridad de oportunidades y recompensas, lo que lentamente se va logrando. Hoy en día son cada vez más las instituciones y empresas que tienen programas especiales para ayudar a las mujeres que quieren dedicarse a carreras STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics o ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)”.
“Ayudemos a que todos los jóvenes encuentren apoyo en todo su entorno, familias, profesores, profesionales, incluso hasta los directores de carrera de las universidades, ellos sabrán orientarlos y apoyarlos, ¡que ningún estudiante se quede con ganas de seguir su vocación!”, concluyó.