“Fui feliz hasta que él se fue. No me importaba que, hasta ese momento, pasáramos días hablando lo justo y necesario. Esperaba con ansías que él se relajara del trabajo y saliéramos a pasear, o programáramos un viaje. Yo siempre fui la que demostró el amor, la que estuvo siempre bancando sus problemas, la que cuidaba de que su apariencia fuera impecable. Siempre fui así desde el principio de la relación. Y también creía que él era así, medio corto para decir, para expresar el amor, excepto esos pocos instantes de felicidad plena. Por eso me sorprendió cuando me dijo “me voy”. Y entre mis lágrimas asomaba la perplejidad de su reacción. Nunca me hubiera imaginado esa decisión, con tanta firmeza, sin charlas previas. Y ahora que está con otra, a pocos meses de separados, me pregunto qué no vi, de qué no me di cuenta, qué hice mal”.
¿Qué son las relaciones asimétricas comprometidas o RAC?
Las relaciones asimétricas comprometidas se definen como vínculos desiguales que sostienen la relación por tiempo prolongado. El modelo de unión está signado por las diferencias en el compromiso, siendo uno el que marca las pautas de la relación y luego se desentiende, como si la inercia y el “no innovar” fueran la marca distintiva. Esta descripción es conocida como el “Principio del menor interés”, según el sociólogo William Waller (1938)
“Esa persona es capaz de dictar las condiciones de asociación cuyo interés en la continuación del asunto es menor”. El compromiso asimétrico se asocia con relaciones de menor calidad, además del sufrimiento que conlleva para la persona que más se involucra. También se ha demostrado que las relaciones que comienzan siendo asimétricas tienen más probabilidades de seguir siéndolo e incluso con el paso del tiempo se recrudece la desigualdad.
Los estudios demuestran (Revista de Relaciones Sociales y Personales, año 2017) que las parejas que se van a convivir y tienen hijos, sin tener muy en claro los planes futuros y el estilo de relación, tienen más probabilidades de crear relaciones asimétricas duraderas sostenidas por la inercia (no replanteo del tipo de unión).
Trasfondo familiar y formas de apego
Se ha demostrado que provenir de familias inestables o de padres divorciados aumenta las probabilidades de bajo compromiso en las relaciones ya que dudan de sí mismos y reprimen su participación conyugal para no sufrir. El otro punto a tener en cuenta es cómo funciona el apego. Existen dos tipos de apegos que son disfuncionales (provocan problemas en las relaciones):
1-El apego evitativo
2-El apego ansioso
El apego evitativo se define por el miedo o la dificultad para expresar las emociones con el fin de mantener la seguridad y la confianza personal. La persona con apego evitativo es más reservada, desconfiada, delega solo aquello que considera menor o no idóneo (expresión emocional). Se saben seguros en temas administrativos, ejecutivos, pero les cuesta actuar en cercanía manifestando sentimientos. Este tipo de apego sostiene la relación como si esta fuera una secuencia de actos repetitivos. Les da miedo el cambio, los cuestionamientos, descreen de las terapias de pareja, no saben qué hacer con los planteos de su pareja o de los hijos.
Si en el caso anterior se evitan situaciones nuevas y se defiende lo conocido como sinónimo de comodidad y seguridad conyugal, el apego ansioso provoca que uno de los miembros de la pareja busque permanentemente complacer, con la idea de que cuánto más haga, más posibilidades tendrá de retener al otro. La persona con apego ansioso cuida, defiende, está atenta, recuerda las fechas de aniversario, sabe lo que al otro le gusta y no le gusta. Sin embargo, bajo esta aparente armonía, subyacen muchos malestares que no se pueden decir.
¿Tener muchas parejas vuelve más inestable el compromiso?
Varios estudios sobre relaciones amorosas indican que haber tenido varias experiencias amorosas previas que terminaron en separación, puede bajar el compromiso ulterior. El amor, la pasión, las ilusiones del comienzo, los proyectos que no se cumplieron, la ruptura, son experiencias que dejan huella en la subjetividad de los amantes, con el consiguiente estado de alerta frente a una nueva posibilidad amorosa. El uso de las aplicaciones para conocer gente agrega un factor para tener en cuenta: la exposición y la frustración.
Muchas personas están cansadas de exponerse a contactos que comienzan con todos los bríos para luego hundirse en la decepción. En algunos casos, conocerse cara a cara, revela una verdad que la virtualidad distorsionaba u ocultaba; por otro lado, haber pasado por varios fracasos, alerta a la persona frente a rasgos o actitudes del otro que pueden ser un escollo para la continuidad. Y no es un tema de género. Tanto hombres como mujeres adultas, con experiencias previas de rupturas, están más alertas y decididos a no tolerar nada que se parezca a algún dato oscuro del pasado.
Un estudio amplio publicado en la revista Family Process (2018) sobre RAC concluye que a las parejas que se sostienen en forma asimétrica:
1- Les cuesta evaluar alternativas de cambio, es decir, se reciclan dentro del mismo sistema con los mismos códigos.
2- Se unen por sistemas de apego evitativo o ansioso.
3- Las diferencias financieras (el manejo del presupuesto) se establece como un patrón rígido que no amerita cambios.
4- Los antecedentes de haber atravesado otras relaciones favorecen a la asimetría.
5- Esta forma de unión puede aparecer desde el comienzo mismo y mantenerse a lo largo del tiempo (Principio del menor interés).
6- La inercia es la dinámica que subyace en las RAC.
7- La inercia se acrecienta cuando las parejas tienen hijos o no han definido con cierta claridad los proyectos vinculares.
8- La influencia de las modelos familiares de origen tiene una influencia muy fuerte en la construcción de los estilos propios de relación.
9- Tener una relación asimétrica no implica postergar el desarrollo personal (como sucede con los vínculos exclusivamente dependientes), se refiere al modo de relación amorosa en el que uno se juega por la relación más que el otro.
10- Las parejas asimétricas concurren a terapia cuando se agotan las alternativas de sostén y surgen los conflictos propios de la asimetría. Este tipo pareja tiene más probabilidades de modificar sus conductas que aquellas uniones en las que ambos tienen bajo compromiso, más cerca de la disolución que del encuentro.
*Walter Ghedin, (MN 74.794), es médico psiquiatra y sexólogo