Aún cuando el mundo de la innovación en la industria automovilística ha estado históricamente dominado por figuras masculinas, las mujeres han ido dejando una huella indeleble en este campo a lo largo de las décadas, aunque muchas veces sus aportes fueron ocultados.
Esto es tan así, que poco se sabe de nombres como Mary Anderson, Margaret Wilcox, Florence Lawrence, Stephanie Kwolek, Margaret E. Knight o Bertha Benz —quienes aportaron con diversos desarrollos técnicos o de seguridad vial—, como tampoco de June McCarroll o Dorothy Levitt, que contribuyeron a cambiar la forma en que se interactúa con los vehículos. Todas fueron mujeres que demostraron que no hay límites cuando se trata de la creatividad y la innovación.
Hagamos un breve repaso sobre los aportes que cada una de ellas hicieron en este área, algo que para muchos, seguramente, resultará sorprendente por lo conocido que son hoy sus inventos y lo desconocidas que son ellas.
Mary Anderson (1866-1953, Estados Unidos). Fue una mujer independiente: promotora inmobiliaria, ganadera y viticultora. Un día de tormenta de 1902 se encontraba de visita en Nueva York y, viajando en tranvía, vio que el conductor debía bajarse cada poco tiempo a quitar la nieve y la suciedad del parabrisas para poder ver, algo que hacía perder el tiempo a todos los ocupantes del transporte público. Fue su momento eureka, ya que se le ocurrió elaborar un mecanismo que permitiera despejar los vidrios desde adentro del vehículo. Así invento el primer limpiaparabrisas, que patentó en 1903.
Margaret Wilcox (1838-1912, Estados Unidos). Esta rara avis fue ingeniera mecánica cuando los estudios universitarios, y mucho más los vinculados a las áreas técnicas, eran un ámbito vedado a las mujeres. Si bien aportó varios inventos, el que tuvo relación con la movilidad fue el sistema de calefacción, que utilizaba el calor producido por los motores de combustión interna de los automóviles para dirigir el aire caliente al habitáculo. Esta creación fue la base para el control de temperatura de los vehículos modernos.
Florence Lawrence (1886-1938, Canadá). Fue antes que nada actriz, y de gran éxito, aunque por varios motivos, entre ellos un accidente en un set de filmación, su carrera se eclipsó rápidamente, cuando tenía tan solo 29 años. Pero el objetivo de traer su nombre a esta nota fue el invento que la vinculó con los automóviles, ya que creó el primer indicador de cambio de dirección para vehículos, es decir, el antecedente de la actual luz de giro, aunque por entonces no era una luz, sino un dispositivo conectado al guardabarros trasero del coche que, cuando el conductor pulsaba un botón, activaba un brazo que subía o bajaba indicando la dirección de giro del coche. Luego desarrolló también una señal de freno en la que un brazo con un cartel que decía STOP se desplegaba cuando el conductor pisaba el pedal para detenerse. Lawrence no patento sus inventos, del que usufructuaron las empresas de automóviles de la época.
Stephanie Kwolek (1923-2014 Estados Unidos). Esta química de origen polaco fue la inventora de un material conocido popularmente por su nombre comercial, Kevlar, que es el poliparafenileno tereftalamida, una fibra más ligera y resistente que el acero, que se utiliza en los neumáticos. Es tan alta su resistencia que incluso se usa para la fabricación de chalecos antibala.
Margaret E. Knight (1838-1914, Estados Unidos). Fue una inventora autodidacta. Originaria de una familia muy pobre debió trabajar desde niña, primero en una fábrica de algodón y luego en un gran número de otras actividades. Es más conocida por haber inventado la máquina para producir bolsas de papel de fondo plano, pero también desarrolló varios componentes para motores rotativos en la década de 1900. Su invención más notable en este campo fue el motor de automóvil de válvula de manga. Además, a los 74 años, desarrolló un motor para vehículos avanzado, conocido como el motor Knight-Davidson.
Bertha Benz (1849-1944, Alemania). Fue pionera de la automoción e inventora de la pastilla de freno. Era la dueña de la fábrica de automóviles fundada por su esposo, Karl Benz, que fue creada gracias a su propia herencia. El carácter emprendedor y el genio de Bertha fueron clave para el crecimiento de la compañía. En agosto de 1888, esta mujer se convirtió en la primera persona en conducir un automóvil durante una larga distancia: 106 kilómetros a 40 km de velocidad máxima, un bólido para la época. Ese vehículo había sido inventado por su marido y fue el primero en la historia que se diseñó para ser impulsado por un motor de combustión interna. El viaje que hizo Bertha, junto a dos de sus hijos adolescentes, permitió perfeccionar la creación de Karl y catapultó a la fama esos vehículos. Como resultado se produjeron las primeras ventas para la empresa del matrimonio.
June McCarroll (1867-1954, Estados Unidos). Ya de por sí fue una distinta al haberse recibido y ejercido como médica en esos tiempos. En 1917 mientras se dirigía a su consultorio por una ruta del estado de Nueva York manejando su automóvil —otra rareza para una mujer de la época— la chocó un camión que se desplazo hacia la mano contraria de la carretera, aunque sin consecuencias importantes para la salud de McCarroll. Desde entonces inició una campaña para reclamar al gobierno que pintara la divisoria de carriles en las rutas para que los conductores distinguieran con claridad cuál era su camino. Su iniciativa en un comienzo no tuvo éxito, pero luego la idea fue tomada y difundida en todo el país.
Dorothy Levitt (1882-1922, Reino Unido). Esta pionera del automovilismo fue conocida como “La chica más rápida del mundo” y “La Piloto Automovilista Campeona del Mundo”. Fue la primera mujer en ganar una carrera de automóviles en 1903 y estableció varios récords de velocidad. Además, es reconocida por su contribución a los avances técnicos y de seguridad ya que sugirió el uso de un espejo para ver hacia atrás mientras se conduce, lo que finalmente llevó a la creación del espejo retrovisor.
Todo esto habla del aporte femenino a la industria y la movilidad, lo que no impidió que las mujeres quedaran relegadas, en la mayoría de los casos, a dejar el volante a sus maridos. Aunque poco a poco y con el paso de los años, se fueron incorporando a la conducción, continúan siendo una minoría en el tránsito y casi no son usuarias de determinado tipo de vehículos, como los más pesados, ya sea pickups u otros de mayor porte aún, destinados al trabajo, como los camiones o colectivos.
Una experiencia off road
En los últimos tiempos se han sucedido las iniciativas para la promoción de la inclusión de las mujeres en el mundo de un tipo de vehículos que tradicionalmente ha tenido una representación masculina casi exclusiva, como es el de las pickups.
Una de ellas se realizó en septiembre pasado y fue la llamada Travesía Nissan, una expedición pionera en la industria automotriz, al reunir a periodistas especializadas en movilidad de Argentina, Brasil, Chile y Perú en una travesía que recorrió más de 1.000 kilómetros de terrenos agrestes y desérticos, en la provincia de Catamarca. Esta iniciativa marcó la primera vez que una automotriz regional se aventuró en una propuesta de este tipo.
La experiencia, que celebró la diversidad, la igualdad y el espíritu intrépido de las mujeres formó parte del proyecto #Daring23 de la compañía japonesa, que está celebrando globalmente sus 90 años de historia. Con el despliegue de una flota de Nissan Frontier/Navara esa clínica off road reunió a mujeres profesionales que forman parte de World Women Car of the Year (WWCOTY) y de destacados medios de comunicación de los mencionados cuatro países de Sudamérica, quienes tuvieron la oportunidad de poner a prueba los vehículos en terrenos extremos y desplegar sus habilidades de manejo.
Durante cuatro días, una caravana recorrió más de mil kilómetros desafiando dunas, desiertos, montañas de más de 2.500 metros, pertenecientes a la sierra de Famatina, caminos de ripio y pendientes pronunciadas. Además de conquistar estos terrenos difíciles, la caravana se aventuró por un tramo de la emblemática Ruta Nacional 40, que serpentea a lo largo de la Cordillera de los Andes y que en total abarca más de 5.200 kilómetros de norte a sur en Argentina.
El recorrido incluyó paradas en lugares icónicos como Fiambalá, ciudad que alberga la Ruta Nacional 60 antes de adentrarse hacia Chile, conocida por ser sede del Rally Dakar en múltiples ocasiones. El grupo también visitó la Ruta del Adobe, un circuito de 50 kilómetros que destaca edificios históricos con paredes de ese antiguo material, incluyendo la Iglesia de San Pedro, de 1770, que fue declarada Patrimonio Cultural y Turístico en 2002.
Las Dunas de Tatón, una zona desértica caracterizada por impresionantes dunas, y el pintoresco pueblo de Las Papas, ubicado a 2.678 metros de altura en la base de la cordillera San Buenaventura, también formaron parte del recorrido. El Campo de Piedra Pómez, un área natural protegida en la provincia de Catamarca, ofreció un paisaje lunar con extensas acumulaciones de esa roca y otras formaciones geológicas únicas.
La expedición, dijeron los organizadores, enfatizó la diversidad de edades y nacionalidades presentes en el grupo. La intención de la convocatoria fue dar visibilidad a las mujeres en el mundo de la movilidad y también contribuir a que sus opiniones y experiencias se compartan en medios de comunicación y redes sociales.
Como la movilidad representa el acceso a variadas posibilidades personales y profesionales, la travesía buscó impulsar la igualdad y la diversidad. Además, se destacó el papel fundamental WWCOTY, el único jurado del mundo compuesto exclusivamente por mujeres expertas en la industria automotriz, con una audiencia combinada que supera los 500 millones de personas.
La participación femenina en el mundo de los autos
De acuerdo con datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), cerca de un tercio de las licencias de conducir emitidas en 2021 a nivel nacional correspondieron a mujeres, el número más alto desde 2010. De manera similar, en la Ciudad de Buenos Aires, hace dos años, casi 4 de cada 10 nuevos permisos fueron para mujeres, lo que representó la mayor proporción de los últimos 20 años. Esto significa que en la ciudad con mayor población del país sólo un 28% de mujeres sabe conducir. En cambio, entre los varones la cifra asciende a 8 de cada 10.
Una investigación sobre Movilidad y Perspectiva de Género realizada en 2021 por La Caja Seguros, en la que se consultó a 400 personas divididas entre hombres y mujeres en proporciones iguales de entre 18 y 60 años, de distintos puntos de Argentina, indicó que las mujeres comienzan a conducir a una edad promedio más alta que los hombres. Asimismo, detectó que el principal obstáculo para las mujeres que quieren aprender a manejar es el miedo (91% de los casos).
Aún así, este estudio parece indicar un cambio cultural en la percepciones sobre la conducción de las mujeres, históricamente estigmatizadas con la falsa idea de ser torpes a la hora de tomar un volante por su sola condición de género. Así, un 70% de los consultados dijo creer que las mujeres manejan igual de bien o mal que los hombres. Córdoba arrojó un dato destacado: Más del 75% piensa que las mujeres manejan igual o mejor que los hombres.
En cuanto al transporte público conducido por mujeres, una actividad que todavía espera un cambio en ese sentido, el estudio indicó que la mayoría de los entrevistados no tiene preferencia de género de quien maneja, aunque las mujeres encuestadas se sienten más seguras cuando es una mujer quien conduce.
El mismo trabajo afirmó que hay un aumento en el uso profesional de los vehículos por parte de las mujeres. Aún así, un trabajo llamado Principales Indicadores de la Seguridad Vial con Perspectiva de Género en Argentina, publicado en marzo de 2023 por el Ministerio de Transporte de la Nación, señaló respecto de las licencias vinculadas con el transporte de cargas y pasajeros que “se observa que las mujeres aún no acceden. Es decir que como actividad profesional se trata de una actividad que continúa siendo exclusivamente masculina”.
Dentro de la baja participación de las mujeres en la llamada Licencia Nacional de Transporte Interjurisdiccional, que es necesaria para trabajar en el traslado de cargas generales, mercancías peligrosas y transporte de pasajeros, las mujeres representan apenas el 0,6% del total. Entre esas pocas que han logrado un trabajo en esas áreas, la mayor ocupación se evidencia en el transporte de cargas generales (43%) y en el de pasajeros (48%). En tanto, el de mercancías peligrosas solo representan el 10% de ese pequeño 0,6%.