¿Cómo hacer turrones de Navidad? Cuánto tiempo duran, con qué acompañarlos y cómo prepararlos en casa

En las mesas de Navidad, el turrón es una de las opciones dulces por excelencia para compartir en familia. En medio de las luces festivas y el intercambio de buenos deseos, este tradicional confite deleita al paladar con sus variadas texturas y sabores.

Lejos de ser una simple golosina, el turrón se teje en la trama de las celebraciones decembrinas como un elemento cultural indispensable y es un infaltable de la mesa dulce navideña.

Aquí tres recetas para preparar turrones en casa:

Ingredientes

- 500 gramos de maní pelado y tostado

- 400 gramos de azúcar blanca

- 1 cucharada de glucosa o miel de maíz (opcional)

- 1 cucharadita de esencia de vainilla

- 1 huevo blanco (la clara)

- 1 pizca de sal

Para la elaboración del turrón de maní, se inicia el proceso colocando en una olla a fuego medio el azúcar, la glucosa y una pizca de sal, esperando que se derrita gradualmente sin agitar en demasía, a fin de evitar que se cristalice. Se debe estar atento al cambio cromático del azúcar que, al tornarse dorado, requiere mover para conseguir un caramelo uniforme. De manera simultánea, se ha de batir la clara de huevo hasta que alcance una consistencia firme y aireada. Al obtenerse un caramelo de color dorado claro, se incorpora la esencia de vainilla con delicadeza.

A continuación, se añade el maní al caramelo, asegurándose de que se mezcle bien para que cada grano quede cubierto de forma homogénea. Es preciso actuar con prontitud para añadir la clara y se mueve suave con el objetivo de que la mezcla no se endurezca prematuramente y se mantenga el volumen del batido de huevo.

La mezcla se esparce en una bandeja que ha sido previamente engrasada o forrada con papel vegetal, dejando que se enfríe al aire libre o en refrigeración para acelerar el proceso. Una vez que el turrón esté sólido, se corta en las porciones deseadas y se almacena en un contenedor hermético, lo que preservará su textura crujiente hasta el momento de degustarlo.

Ingredientes:

- 250 g de chocolate negro para fundir

- 150 g de chocolate con leche para fundir

- 100 g de arroz inflado

- 150 g de almendras tostadas

- 75 g de mantequilla

- Una pizca de sal

Preparación

Primero, se parte el chocolate negro y el de leche en fragmentos pequeños y se los funde empleando la técnica del baño María o el microondas, pero prestando atención para evitar que se sobrecaliente y se queme. Mientras estas piezas se derriten y luego enfrían un poco, se colocan las almendras en una sartén a fuego medio, agitándolas regularmente, para que adquieran un tono dorado; una vez listas, se dejan reposar.

Tan pronto las almendras se han enfriado, se cortan en pedazos de tamaño considerable para conferir textura al dulce. La mantequilla, cortada en dados, se añade al chocolate derretido, mezclándose hasta su completa disolución, y se sazona con una pizca de sal. Luego, se introducen las almendras y el arroz inflado en la mezcla chocolatada, asegurando la distribución uniforme de ambos.

El conjunto resultante se vierte cuidadosamente en un recipiente alargado y plano, preferentemente revestido con papel sulfurizado (puede ser el llamado papel manteca o de aluminio) para evitar que se adhiera.

Con la ayuda de una espátula se nivela la superficie y se deja reposar a temperatura ambiente. Para finalizar, se coloca la pieza en refrigeración por un mínimo de cuatro horas, tras lo cual se procederá a desmoldar y segmentar en las porciones deseadas para su consumo.

Ingredientes

Para elaborar este dulce tradicional de almendras necesitarás los siguientes ingredientes, aunque tienes la opción de variarlo con otros frutos secos como pistachos o cacahuetes:

- 350 g de almendras

- 440 g de azúcar

- 125 mililitros de agua

- 50 g de glucosa

- 250 g de miel

- 2 claras de huevo

- 2 unidades de obleas para turrón

Preparación

Se comienza por tostar las almendras en el horno, extendiéndolas sobre una bandeja y calentándolas hasta que estén doradas. Paralelamente, se prepara el almíbar colocando azúcar, agua y glucosa en un cacerola a fuego lento, evitando remover la mezcla para permitir que alcance la consistencia deseada sin intervenir.

En otro recipiente, se calienta la miel a fuego suave. Mientras estos ingredientes se cocinan, se separan las claras de huevo y se reservan. Una vez que el almíbar comienza a mostrar pequeñas burbujas en su superficie, es el momento de batir las claras a punto de nieve. Se verifica la temperatura del almíbar y miel, y una vez listos, se vierten lentamente para continuar con el batido y así, obtener un merengue. Luego, se incorporan las almendras.

Finalmente, se extiende una capa de oblea sobre una superficie plana, se vierte sobre ella la mezcla y se cubre con otra oblea, presionando hasta conseguir el grosor deseado. Se refrigera hasta que el turrón se solidifique, después se corta con un cuchillo humedecido, dando la forma preferida para disfrutar en Navidad o cualquier otro momento del año.

El turrón de Navidad se suele consumir como postre o bien como un bocado para disfrutar en cualquier momento del día. Es tradicional servirlo al finalizar las comidas principales de las fiestas, como un exquisito colofón acompañado de otros dulces típicos como los polvorones, mazapanes o mantecados.

Este confite puede ser acompañado por bebidas tales como café, té o chocolate caliente, que realzan su sabor. En contextos más festivos, se puede disfrutar junto a una copa de cava, vino dulce o licor, que complementa su carácter rico y festivo. También es costumbre ofrecerlo junto a una selección de frutos secos o frutas escarchadas para crear un equilibrio entre sabores y texturas.

El proceso completo puede llevar entre 2 a 3 horas de trabajo activo en un día, pero las horas de reposo pueden variar entre 6 a 8 para que el turrón se compacte y seque adecuadamente antes de ser consumido. Por eso, se recomienda planificar con anticipación si se desea tener el dulce listo para una fecha específica.

Un turrón puede conservarse en la heladera (refrigerador) por un período que oscila entre uno a tres meses, siempre y cuando se almacene de manera correcta. Para mantener su frescura y textura óptima, se recomienda envolver el turrón en papel de aluminio o papel film y luego colocarlo dentro de un recipiente hermético.

Es importante evitar la humedad y los cambios bruscos de temperatura para prevenir que se ablande demasiado o que se cristalice. Aunque, de todos modos, se recomienda consumirlo en pocos días.