Seis islas paradisíacas y poco pobladas para unas vacaciones de ensueño

En sitios remotos del planeta, el sitio World Travel reunió destinos donde disfrutar de una escapada tan lujosa como inédita. Cuáles son

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Existen recónditos lugares en el
Existen recónditos lugares en el planeta donde el hombre aún no intervino la naturaleza en los que pueden pasarse días de ensueño

Si de buscar sitios donde alejarse de todo se trata, el planeta tiene destinos inhóspitos a los que la mano del hombre (¿aún?) no intervino.

Se trata de lugares en los que sin haber mediado el avance de las civilizaciones a los que sólo se accede en avión y donde es posible disfrutar de una estancia placentera.

El sitio World Travel los reunió en un artículo para amantes de los viajes y del buen vivir.

1- Costa de los Esqueletos, Namibia

Desde las habitaciones del exclusivo
Desde las habitaciones del exclusivo albergue pueden verse las costas del Atlántico (Getty)

Pese a lo poco tentador del nombre, quienes vencen ese prejuicio y viajan a esta parte de la costa de Namibia siempre regresan con anécdotas inolvidables. Es que este destino en su mayoría desolado y árido, es rico en una vida silvestre única.

Para llegar, un piloto deja al turista lo más cerca posible del único albergue de la zona, desde donde un viaje de una hora lo separa de un campamento boutique en el desierto. En el camino, la vista se deleita con elefantes del desierto, jirafas y otras variadas especies de fauna y flora autóctona. Los creadores del peculiar albergue querían dejar la impresión de que éste había sido construido por náufragos que usaron elementos rescatados de un naufragio.

Las diez cabañas con que cuenta el complejo están lo suficientemente separadas entre sí para generar una sensación de intimidad sin sentirse realmente solo. Las habitaciones son sumamente acogedoras y cuentan con amplias terrazas que ofrecen vistas ininterrumpidas de la arena hasta el Océano Atlántico.

2- Isla Taketomi, Japón

Taketomi sorprende a sus visitantes
Taketomi sorprende a sus visitantes por su serenidad (Getty)

Ubicado en el extremo más occidental de Okinawa, el archipiélago alberga algunas de las islas más remotas de Japón. La isla Taketomi es la más llamativa de todas y ofrece a los visitantes un escape bien conservado de la ciudad impregnada de la cultura local, la tradición y su amor por el mar verde.

El único aeropuerto del archipiélago se encuentra en la isla Ishigaki, donde pueden aterrizar vuelos chárter privados. Desde allí, un ferry llevará a los huéspedes a la isla Taketomi propiamente dicha. Para aquellos que buscan desconectarse de cualquier tipo de dispositivo electrónico, les alegrará saber que las cabañas bien equipadas no cuentan con televisores, lo que garantiza distracciones mínimas durante su estadía.

La cocina local ocupa un lugar central en el restaurante del lugar, que tiene vistas a un jardín exuberante y bien cuidado. A pocos metros del complejo principal se encuentra la playa, que sorprende gratamente a los huéspedes por su serenidad y tranquilidad.

3- Isla Lagarto, Australia

En la Isla Lagarto, es
En la Isla Lagarto, es posible alojarse en la Gran Barrera de Coral (Getty)

Se trata de la isla turística del norte de Australia, donde no sólo se puede visitar la Gran Barrera de Coral, sino además hospedarse encima de ella. La isla es llamada así por la singular manera de acceder a ella, a través de una especie de lagarto amarillo mediante un vuelo privado desde el aeropuerto de Cairns en Queensland.

Es un vuelo panorámico de una hora que lleva a los turistas sobre la asombrosa Gran Barrera De Coral. Y si bien desde el aire es posible vislumbrar por primera vez el asombroso arrecife, nada se compara con verlo de cerca.

Dicen quienes la conocen que cada una de las 40 habitaciones, suites y villas elegantemente diseñadas del complejo están ubicadas a lo largo de la amplia Anchor Bay, con fácil acceso al albergue principal y a cualquiera de las 24 playas de arena blanca.

4- Islas Secas, Panamá

Dicen quienes concoen Islas Secas,
Dicen quienes concoen Islas Secas, que su vista del Pacífico es una de las más imponentes que existen (Getty)

Al oeste de Panamá, en el lado del Pacífico, el país cuenta con lo que muchos definen como un “paraíso”: Islas Secas. Se trata de un archipiélago de 16 islas que sólo puede hospedaje a 14 personas a la vez.

Si de exclusividad se trata, todo indica que es el sitio indicado. El albergue ofrece servicio directo de chárter aéreo privado desde la ciudad de Panamá, que lleva a los huéspedes a la isla en un rápido vuelo de 90 minutos a lo largo de la impresionante costa del Pacífico de Panamá antes de aterrizar en la pista privada de Islas Secas o, si así se desea, en el agua.

Además de hacer vida de playa, los visitantes pueden disfrutar de la intimidad de las varias casitas íntimas, cada una con su propia piscina, con techo de paja. Allí pueden relajarse y disfrutar de vistas incomparables del Pacífico.

5- Isla Privada Banwa, Filipinas

Si lo que se busca
Si lo que se busca es exclusividad pura, la Isla Privada Banwa es la opción ideal

Para una escapada inédita y silvestre pero que a la vez no resigne las comodidades de una vida cinco estrellas, existe la opción de alquilar la propia isla privada. Y para eso, la Isla Privada Banwa, ubicada en la región de Palawan en Filipinas, es la alternativa ideal.

Se trata de un extenso archipiélago de más de mil islas, pero ninguna es más remota o más prístina que Banwa, que de hecho ni siquiera puede encontrarse en el mapa. Dado lo remota que es la isla, llegar requiere de un viaje de dos horas en hidroavión desde Manila antes de ser transportado al propio paraíso personal.

Al llegar, el turista se encontrará con seis magníficas villas frente a la playa, cada una con su propia piscina infinita y terraza con jacuzzi a la orilla del agua. Todas ofrecen privacidad y vistas panorámicas.

El exclusivo centro de bienestar y el placentero restaurante que se abastece de sus ingredientes recién cazados y cultivados hacen de la isla un destino totalmente autosuficiente. Todo con el sonido de las olas y el susurro de las hojas como único marco.

6- Nosy Ankao, Madagascar

Bucear entre arrecifes, ver ballenas
Bucear entre arrecifes, ver ballenas y delfines y apreciar el atardecer sobre el Pacífico son algunas de las atracciones de Nosy Ankao (Getty)

Cuenta la leyenda que Nosy Ankao supo ser refugio para pescadores transeúntes y escondite para piratas que buscaban evadir la ley. Sin embargo, la isla, ubicada justo frente a la costa de Madagascar, es hoy un archipiélago protegido lleno de maravillas ecológicas.

Aunque puede ser complicado llegar a Madagascar, un avión chárter privado desde el cercano aeropuerto Diego Suárez llevará a quien desee adentrarse en la aventura a la isla en sólo unas horas.

Y pese a que la imponente naturaleza es lo que manda, quienes elijan este destino podrán alojarse en un lujoso eco-resort que combina lo mejor de una emocionante expedición de safari con la paz y tranquilidad propias de una escapada a la playa.

Las caminatas con lémures son una de las actividades únicas que pueden hacerse durante todo el año. Y si se llega a ver al Sifaka coronado dorado, en peligro de extinción, reconocible por su pelaje claro y sus distintivas marcas doradas en la cabeza, la experiencia será completamente exclusiva.

Los arrecifes que rodean la isla son ideales para realizar expediciones de snorkel. Y para quienes prefieran algo menos arriesgado, hay excursiones de un día para observar ballenas y delfines en las aguas azules del Océano Índico. La estadía no será completa si no se disfruta de la estrella del lugar: la puesta de sol sobre las islas de Madagascar.

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