En el corazón del Parque Sarmiento de la Ciudad de Buenos Aires se celebró la segunda edición argentina del Primavera Sound, un cónclave que cuenta con un nombre propio y destacado en el calendario de los amantes de la música en todas sus facetas.
En la segunda jornada, este domingo 26 de noviembre, el sol del preludio del verano convirtió al predio en una pasarela ideal para la moda y el estilo.
Los looks fueron protagonistas indiscutibles de la escena fusionándose con los sonidos vibrantes de las bandas. Así, la alegría y el eclecticismo brillaron en cada rincón, reflejando la personalidad de cada uno de los presentes. Es que los atuendos son, ante todo, formas de manifestarse ante el mundo.
Este mega evento, que ya cuenta con más de dos décadas de historia y se ha extendido a lo largo y ancho del planeta, mostró una vez más su capacidad de ser un reflejo fiel de los estilos actuales.
Los jóvenes, protagonistas del evento, fueron lienzos vivientes de expresión y libertad. Cada outfit, cada combinación de colores, cada accesorio elegido, habló de su portador, de su visión del mundo, de su interpretación del mundo.
Infobae estuvo presente en el festival y recorrió cada rincón en los que se apostó el público, que vibró al ritmo de todo tipo de canciones.
En este ambiente de celebración, se pudo apreciar cómo la moda se ha convertido en una forma de comunicación, un lenguaje sin palabras que trasciende barreras y conecta a las personas.
Desde la ligereza de las prendas, perfectas para la comodidad en un domingo caluroso, hasta los accesorios cuidadosamente seleccionados, todo en el Primavera Sound estuvo ligado al deseo de expresión personal y colectiva.
La vibrante paleta de colores que predominó en el festival fue un claro indicio del estado de ánimo de los asistentes.
Verdes fuertes, rojos intensos, lilas suaves, rosados y amarillos, todos convivieron en una armonía que reflejó el espíritu de los tiempos: un optimismo renovado y una sed de vivir y expresarse libremente.
En el Primavera Sound Buenos Aires 2023, la moda brilló con luz propia, creando un tapiz de estilos tan variado como los géneros musicales que resonaron en el aire.
Por ejemplo, la psicodelia de los años 70, que ha estado tan intrínsecamente ligada al movimiento hippie y al glam rock, encontró su renacimiento en las prendas de los asistentes.
Ademas, vibrantes figuras adornaron las camisas y las chaquetas, narrando historias de libertad y expresión, ecos de una era donde el confinamiento y la distancia social son meros recuerdos del pasado. Esta explosión de colores y patrones fue una mezcla de nostalgia y una visión fresca hacia el futuro.
También se destacaron las transparencias y la lencería a la vista, demostrando cómo ciertos estilos que antes eran considerados rebeldes, ahora forman parte del vestuario habitual de los jóvenes.
Los accesorios también tuvieron un papel crucial en los atuendos del festival. Lentes de sol de diversas formas, aros llamativos, gorras con estampados audaces, vinchas decoradas, riñoneras prácticas, abanicos y paraguas fueron complementos inseparables de los asistentes, sin distinción de género.
Esto refleja un movimiento hacia una moda más inclusiva y unisex, donde las barreras tradicionales se desdibujan para dar paso a una libertad de elección sin precedentes.
Por supuesto, el calor también hizo lo suyo, obligando a adaptar los atuendos y los accesorios para protegerse de los rayos del sol.
En tanto, algunos asistentes llevaron su creatividad un paso más allá, optando por disfraces que reflejaban sus intereses y pasiones. Esta elección no solo se limitó a la ropa, sino que también se extendió al maquillaje y a los accesorios, creando personajes completos que aportaban un toque de fantasía y diversión al evento.
El streetwear, con sus raíces en la cultura urbana estadounidense de los años 80, también tuvo su momento en el festival. Estilos que fusionan elementos del funk, hip-hop, y reggae se vieron en varios looks, demostrando la influencia de estos géneros no solo en la música, sino también en la moda.
Pero no todo fue color y brillo. Algunos jóvenes prefirieron mantenerse fieles al clásico total black, creando un interesante contraste con la paleta más colorida de la mayoría. Esta elección, lejos de ser una simple preferencia de color, habla de la diversidad de estilos y personalidades que convergen en un evento como el Primavera Sound.
La gastronomía fue otro de los protagonistas del festival. Con un amplio sector dedicado a platos y cócteles, los asistentes pudieron disfrutar de una variedad de opciones que iban desde hamburguesas y cervezas hasta delicias dulces, complementando perfectamente la experiencia musical.
Es imposible hablar del Primavera Sound sin mencionar su impacto y evolución desde sus inicios en Barcelona en 2001.
Este festival ha logrado trascender fronteras y culturas, convirtiéndose en una plataforma para la expresión de dinámicas contemporáneas en moda y estilo de vida.
Para los próximos días se han programado giras en Santiago de Chile, Chile, y Montevideo, Uruguay.
Estos eventos se desarrollarán entre el 22 de noviembre y el 10 de diciembre, ante una multitud de miles de aficionados emocionados por vivir en persona la experiencia única que ofrece Primavera Sound.
Este año, el cónclave volvió a brillar en Argentina con un lineup que incluyó a artistas como Blur, Pet Shop Boys, Beck, Carly Rae Jepsen, y The Cure, entre muchos otros. Cada uno de estos músicos aportó su esencia única al evento, creando una atmósfera inolvidable que resonó tanto en los escenarios como en los looks de cada uno de los asistentes.
Así las cosas, el Primavera Sound Buenos Aires 2023 fue mucho más que un festival de música. Fue un encuentro de estilos, una celebración de la diversidad y la creatividad, un espacio donde cada persona pudo expresarse libremente a través de su look.
Fue, en definitiva, una demostración vibrante de cómo la moda y la música pueden fusionarse para crear algo verdaderamente mágico.
*Fotos: Franco Fafasuli