Vinos a la carta: tres tintos excepcionales para disfrutar en su lugar de origen

Fabricio Portelli recomienda tres bodegas que brindan una experiencia completa. Degustaciones de sus etiquetas más reconocidas en restaurante y alojamiento propio, para que la visita sea inolvidable

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Los chefs diseñan sus platos en función a los vinos de la casa, pero también del lugar y a los productores de la zona (Imagen ilustrativa Infobae)
Los chefs diseñan sus platos en función a los vinos de la casa, pero también del lugar y a los productores de la zona (Imagen ilustrativa Infobae)

Existen muchas maneras de disfrutar el vino, en casa o en un restaurante, con amigos o en familia, en almuerzos de placer o cenas de negocio, durante un viaje o en un asado de amigos.

En todos los casos el vino puede ser protagonista y hacer de cada uno de esos momentos, momentos más entretenidos y recordables. Pero hay una manera que supera a todas, y es disfrutar el vino donde se hace y con quienes lo hacen. Por eso el enoturismo en Argentina ha crecido tanto en los últimos años, porque es una actividad que integra lo mejor de varias actividades; recreación, placer, cultura, aventura y descanso.

Esto significa que hay muchas cosas para hacer alrededor del vino. Y si bien los terruños argentinos van de las alturas máximas del noroeste argentino, en Salta, hasta el viñedo más austral del mundo, en Chubut, y de Los Andes a la Costa Atlántica, Mendoza sigue acaparando la mayor atención, porque posee más del 80% de las bodegas y viñedos plantados en el país.

Y es cierto que hay lugares increíbles para visitar tanto en el NOA como en Patagonia, o incluso en regiones emergentes como Córdoba o la costa. También en las otras zonas de Cuyo y de los Valles Calchaquíes, como San Juan, La Rioja, Catamarca y Tucumán. Pero Mendoza se destaca por tener los lugares más icónicos para vivir la experiencia completa del vino.

La visita se vuelve más interesante, porque el proceso de vinificación está más cerca de lo que viene en la botella (Imagen Ilustrativa Infobae)
La visita se vuelve más interesante, porque el proceso de vinificación está más cerca de lo que viene en la botella (Imagen Ilustrativa Infobae)

En primer lugar, el vino nace en la viña. Es por ello que lo más interesante al visitar una bodega, es poder también ver el viñedo que la rodea, más allá de la ventaja de la cercanía, fundamental al momento de cosechar la uva para que la fruta llegue bien fresca.

Volviendo al tema del lugar; también conocido como terruño, ya que además del suelo y del clima es el hombre el que interviene con sus decisiones e interpretaciones para concebir los vinos; debe ser especial. Porque lo que en definitiva termina imprimiendo un carácter distintivo al vino es el lugar.

Allí, la composición del suelo se vuelve tan importante como la variedad plantada y el sistema de plantación, también el manejo y el riego, para poder llegar al punto de cosecha deseado con la mejor calidad de fruta.

Esos almuerzos y cenas suelen ser tan pausados como bien regados, y nadie tiene apuro, algo fundamental para disfrutar más del momento, de la comida y, obviamente, de los vinos (Fogón Lagarde)
Esos almuerzos y cenas suelen ser tan pausados como bien regados, y nadie tiene apuro, algo fundamental para disfrutar más del momento, de la comida y, obviamente, de los vinos (Fogón Lagarde)

El rendimiento (cantidad de kilogramos por hectárea) estará determinado además por la densidad de plantación. En todo caso, para los grandes vinos, se busca sacrificar cantidad en pos de una mayor concentración de los granos, sin desequilibrar la naturaleza de la planta.

Y en todas esas labores participa las personas, por eso se vuelve parte fundamental de terruño. Porque por más que las personas pasen y los lugares queden, el vino no se hace solo, y solo llega a destacarse si se hacen bien las cosas.

Pero al visitante le alcanza con estar rodeado de viñas y en todo caso un paseo rápido para entender las cuestiones básicas y más importantes que influyen en el vino. Otro de los aspectos distintivos es tener la bodega allí, y que la bodega tenga todo lo necesario (equipamiento) para lograr los mejores vinos posibles. Otra vez son las personas el que define el diseño de los espacios de trabajo, los tipos de vasijas de fermentación y crianza.

Acá, la visita se vuelve más interesante, porque el proceso de vinificación está más cerca de lo que viene en la botella. Y mientras que en la viña solo se ven vides, y si se visitan en verano, se pueden probar algunas uvas, en la bodega siempre hay algún vino para degustar directamente del tanque o la barrica.

El enoturismo en Argentina ha crecido tanto en los últimos años, porque es una actividad que integra lo mejor de varias actividades; recreación, placer, cultura, aventura y descanso (Susana Balbo Wines)
El enoturismo en Argentina ha crecido tanto en los últimos años, porque es una actividad que integra lo mejor de varias actividades; recreación, placer, cultura, aventura y descanso (Susana Balbo Wines)

A esta altura de la visita, ya se entendió lo que aporta la naturaleza y el logro de los seres humanos en la transformación natural de esa noble fruta en la bebida más noble; el vino. Y ahora sí viene lo más importante; disfrutar el vino en la mesa. Por eso, las bodegas que poseen su propio restaurante son las más requeridas.

Los chefs diseñan sus platos en función a los vinos de la casa, pero también del lugar y a los productores de la zona, más allá de priorizar los vegetales y las frutas de estación. La mayoría tienen sommeliers para explicar los maridajes y responder a todas las preguntas que pudieran haber surgido durante la visita. Esos almuerzos y cenas suelen ser tan pausados como bien regados, y nadie tiene apuro, algo fundamental para disfrutar más del momento, de la comida y, obviamente, de los vinos.

Esta experiencia 360 es la mejor manera de conocer vinos para los consumidores, mientras que para las bodegas resulta la mejor estrategia de posicionamiento, pues la recordación de la marca, gracias al disfrute, es eterna. Pero hay algo más, quedarse a dormir en el mismo lugar. Y si bien hay muchos lugares donde quedarse a dormir rodeado de viñedos, no son tantas las bodegas que ofrecen todo junto en un mismo lugar.

La privacidad, dada por la ubicación de cada lodge o habitación es clave para el relajo total, como así también el paisaje, en el que sobresalen las grandes montañas. Pueden ser modernos o rústicos, con más o menos servicios. Lo más importante que todo esté en armonía con el lugar y con la propuesta de los vinos y la gastronomía.

Porque esa sintonía logra apreciarse y termina formando parte de la opinión sobre los vinos en cuestión. Porque el vino es mucho más que una noble bebida que acompaña muy bien las comidas, es un lugar, el clima de una añada en particular, la cultura de un lugar, la historia de personas y sus familias. En definitiva, el vino es una experiencia de vida que merece ser vivida.

Numina Gran Corte 2019

Salentein, Tunuyán, Valle de Uco $11.000

Con fuerza y frescura, es un vino completo, con lo mejor de la fruta y las notas de crianza (Salentein)
Con fuerza y frescura, es un vino completo, con lo mejor de la fruta y las notas de crianza (Salentein)

Es una de las bodegas pioneras del Valle de Uco y, sin dudas, la que más hizo por el turismo en el valle, con su moderna bodega, su museo y su gran restaurante con vista a la montaña. Además, en la Posada Salentein se puede vivenciar la imponencia del paisaje. Todo enclavado en un predio de dos mil hectáreas que suben las montañas, y todo eso está resumido en este vino.

El primer blend de la casa al que Pepe Galante (enólogo de la bodega) le sumó Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot (que lo sorprendió mucho), al corte inicial de Malbec y Merlot. De aromas equilibrados y modernos, con cierta concentración y taninos consistentes. Con fuerza y frescura, es un vino completo, con lo mejor de la fruta y las notas de crianza. Además, el tiempo va soltando de a poco su complejidad. Beber entre 2023 y 2025. Puntos: 91,5

Casa de Uco Vineyard Selection Petit Verdot 2021

Casa de Uco, Los Chacayes, Valle de Uco $18.000

Todavía joven y con las texturas incipientes, pero con mucho potencial (Casa de Uco)
Todavía joven y con las texturas incipientes, pero con mucho potencial (Casa de Uco)

Casa de Uco es uno de los mejores hoteles de Mendoza, el único cinco estrellas ubicado tan cerca del pie de la Cordillera de Los Andes. Allí, además de un restaurante panorámico tiene una pequeña y totalmente equipada bodega de diseño, respetando la geografía del lugar. Todo eso en un predio de más de 300 hectáreas, muchas de ellas plantadas con vides orgánicas. Allí, el enólogo Gustavo Bauzá y su equipo, reciben a los visitantes.

Si bien todos sus vinos suelen ser originales, este Petit Verdot se destaca además por su equilibrio. Claro que es contundente, en sintonía con la variedad y el lugar, pero todo en armonía. Con mucha fuerza y buen volumen, de trago fresco y casi firme. Todavía joven y con las texturas incipientes, pero con mucho potencial. Ideal para acompañar platos consistentes como la polenta y la milanesa de ojo de bife que sirven en el restaurante. Beber entre 2023 y 2027. Puntos: 91,5

Casa Petrini Imán 2018

Casa Petrini, Tupungato, Valle de Uco $38.000

Equilibrado y con buen potencial gracias a su frescura (casi tensa) muy bien integrada (Casa Petrini)
Equilibrado y con buen potencial gracias a su frescura (casi tensa) muy bien integrada (Casa Petrini)

Es la etiqueta ícono de la bodega, cuyo nombre no solo hace honor a la familia sino también a los suelos del lugar, con presencia de diversas piedras, entre las cuales se destacan algunas rocas volcánicas ferromagnéticas, de ahí el nombre de este vino. Allí, además de visitar la bodega y conocer al hacedor, Ariel Angelini, se puede almorzar y cenar en uno de los pocos lugares abiertos de noche en el Valle de Uco, Enrico, nombre del viñatero italiano y abuelo del fundador. También es posible hospedarse en modernos lodges entre los viñedos.

Este Malbec es vanguardista, por fuera y por dentro. Porque es un tinto concentrado, pero a la vez fluido, que “flota” en el paladar, con texturas muy finas y un carácter de frutas negras con sutiles dejos herbales. La crianza, 24 meses en barricas de roble, se percibe solo en la suavidad de los taninos y en la profundidad de cada trago. Equilibrado y con buen potencial gracias a su frescura (casi tensa) muy bien integrada. Beber entre 2023 y 2028. Puntos: 95

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