Este domingo 12 de noviembre, los candidatos a presidente se vieron las caras antes de enfrentar, por última vez en 2023, las urnas. Es que este domingo Sergio Massa y Javier Milei fueron protagonistas del tercer debate presidencial.
Con la Facultad de Derecho de la UBA, en CABA, como escenario principal, quienes buscan convertirse en presidentes de la Argentina respondieron sobre Economía, Relaciones de Argentina con el mundo, Educación y Salud, Producción y Trabajo, Seguridad y Derechos Humanos; y Convivencia democrática.
Santiago Chemes, es Licenciado en Psicología, Director de PNL Palermo, Trainer en PNL (programación neurolingüística) avalado por The Society of NLP, FACS Coder (Facial Action Coding System), Paul Ekman group y profesor de Psicología en Universidad de Buenos Aires; junto a Marcelo Sola, especialista en comunicación no verbal, coach ontológico y director de Hcc Integral analizaron a Infobae qué dijeron, sin decir, quienes representan a “Unión por la Patria” y “La Libertad Avanza”.
Cara a cara: un debate con mucho control (y algo de descontrol)
Ante de comenzar el debate, mientras aún los destinatarios del mensaje inicial eran el público, Massa y Milei tuvieron que presentarse ante el electorado. En este momento, mientras que el candidato de Unión por la Patria se situó delante del atril, el economista se mantuvo detrás de él. En este punto, incluso sin decir nada, cada uno dejó entrever algunos aspectos.
“Cuando se presentan, saludan, pero no entre ellos. En el caso de Milei, con una postura más erguida y la cabeza hacia atrás. Esas posiciones son más de sentirse seguro, más de orgullo. En el caso de Massa, cuando empieza a hablar mira la cámara, a diferencia de Milei. Esa postura es muy parecida a la que hacía George Bush cuando era presidente de los Estados Unidos, que manejaba mucho la televisión. Entonces, cuando tiene que contarte un mensaje importante, mira a cámara”, comenzó su análisis a Infobae Chemes.
Al tiempo que Sola agregó: “Esto de Massa de presentarse por delante del atril, jugando un poco con su lenguaje corporal, le sirvió para mostrar la diferencia con Milei que no hizo nada. Siguió con la postura del atril por delante, como marcando esa distancia o marcando esa seguridad que quiere tener cuando se comunican, más que nada en una presentación, eso primero. Lo noté muy rígido, poco espontáneo, se olvidó hasta de parpadear Milei estaba muy frío, muy distante en la presentación.
Y continuó: “A Massa lo vi más relajado que en otras oportunidades televisivas. En el último debate lo había visto más comercial, pero bajó ese tono y fue un poco más tranquilo en su autodiscurso. Se lo vio más relajado cuando empezaron a hablar de economía y fue congruente en su paralenguaje, es decir con el tono y la velocidad. Mientras que a Milei se lo vio un tanto nervioso, repetitivo en su forma, con un leve balanceo corporal”.
En tanto, en esta modalidad, en la cual los cruces y las preguntas fueron protagonistas, los candidatos mostraron con sus gestos cuál era su verdadero sentir. “Cuando la chicana se ve en ese juego de ida y vuelta, ahí empieza el tono de voz y esos puntos que a Milei siempre se le notan. Esas frases o palabras repetitivas que mantiene como ‘a ver... digamos... digo....o sea’. Esas frases repetitivas que son muletillas marcadas y es un gesto repetitivo. Hay mucho acto no verbal marcado de ese gesto regulador”, indicó Sola.
Asimismo, el experto resaltó que tanto Massa como Milei “evitaron el contacto visual, casi que no se miraron. Massa miraba permanentemente la cámara y Milei lo miraba cuando Massa no lo miraba”.
Chemes, en tanto, agregó: “Massa cuando está hablando enfatiza algunas partes de las frases y empezó haciéndole preguntas de sí o no a Milei. Y cuando habla Milei, el énfasis lo hace con las dos manos. En el caso de Massa, cuando empiezan a debatir entre ellos, hace movimientos más armónicos. A diferencia de Milei que los realiza de forma vertical, como hacha. Massa parece estar un poco más en modo zen Massa, y Milei un poco más al ataque”.
En otro momento del debate, Chemes advirtió que “Massa, cuando nombra a Milei, a veces dice ‘este hombre, si fuera presidente’, por ejemplo, y hace gestos despectivos con las manos hacia el lado de Milei, pero sin mirarlo, sigue mirando a cámara y este es un gesto despectivo hacia Milei. En tanto, Milei transpira del lado izquierdo, cerca del pelo y la barbilla. En algunas partes del discurso se lo nota que se está tocando la frente. Un gesto que también hace Massa cuando Milei, por ejemplo, le habla que Argentina puede caer en la hiperinflación. Este gesto es porque le preocupa, se toca un ojo, la frente y el lado derecho. O sea, cuando a Massa le hablan de hiperinflación, él hace movimientos que se llaman apaciguadores, que canalizan la atención, básicamente”.
“Milei empezó con movimientos un poco más quietos, pero cuando enfatiza, lo hace fuertemente, como un hacha y con ambas manos. En el caso de Massa, para enfatizar levanta las cejas o abre los ojos, enfatizando con la mano derecha, y después, cuando le hacía preguntas de sí o no a Milei, Milei contestaba y él se frotaba las manos. Eso quiere decir: ' Lo logré, ya está. Este es mío’. Como preparado para recibir algo positivo”, continuó el experto.
Incluso, Chemes aseguró: “Más pareció molestarle a Massa cuando Milei le habló de educación pública y que él fue a la Universidad de Belgrano o alguno de sus hijos iba a una universidad privada. Eso es lo que más le molestó a Massa, porque en ese momento empezaron de nuevo a debatir más fuertemente entre los dos, con los matices de la voz, y se interrumpían”.
“Hubo un juego que me llamó mucho la atención al principio. Massa le hizo correr el tiempo a Milei y, posteriormente, se quedó sin tiempo. Milei, desde el enojo, no supo ver esa táctica y hubo bastante incomodidad. Por ejemplo, cuando se habló del tema de Argentina con el mundo, Massa jugó con el tema, siempre con respeto, de las Malvinas. Y no siempre se metió en lo emocional, aunque siempre sabiendo a quien odia (o no) el otro”, agregó Sola.
En ese tono, el experto resaltó que “todo el tiempo, como en educación y salud, estuvieron con lapicera en mano. Massa con un marcado tono, velocidad, ritmo de voz y muchos gestos no verbales emblemáticos. Como en algunos momentos en que puso las manos como cuando alguien pide perdón y lo hace diciendo por favor. Es un gesto repetitivo. Este gesto de marcar, acompañándolo en el discurso en el que cuida su tono de voz, es un acto discursivo y un gesto emblemático”.
Además, Chemes evaluó que “Massa, cuando habla Milei, toma agua más a menudo, o sea, se le seca la boca y esto puede ser un indicativo de tensión, aunque en su ‘defensa’ están hablando por dos horas. Mientras que Milei, cuando hace algunos gestos, mira hacia arriba y sonríe puede indicar siente que está por encima intelectualmente. Y, a veces, cuando habla demasiado intelectualmente no lo entiende todo el mundo. Puede decir cosas interesantes, pero alguien sin estudio universitario no lo va a entender”.
Por otro lado, el experto advirtió un desliz verbal de Massa quien se equivoca al decir: “‘Inmuebles o socios del Estado’ en vez de decir ‘inmuebles ociosos del Estado’, que son los que están sin uso”. Por otro lado, cuando el ministro de Economía no está de acuerdo con lo que dice Milei, Chemes advirtió: “Cierra la boca, levanta la pera, presiona los labios y la esquina de los labios hacia abajo y levanta la pera. Eso es una expresión para decir no estoy de acuerdo con lo que dice Milei. En tanto, en el caso de Milei, cuando Massa hace alguna afirmación con la que él no está de acuerdo, frunce el ceño básicamente y lo mira extrañado, entrecerrando los ojos”.
En tanto, Sola advirtió un ida y vuelta particular en otro momento del debate, ya que cuando uno de los candidatos brindaba propuestas, el otro respondía con chicanas y acusaciones. Este comportamiento lo identificó tanto en durante los temas de producción y trabajo, con Massa proponiendo y Milei replicando. Sin embargo, cuando fue a la inversa el experto aseguró que el ministro no tuvo este comportamiento.
“Cuando Massa arranca hablando sobre qué va a hacer, Milei ataca, pero cuando es al revés, Massa no lo hace y eso se vio espontáneo. Sabe jugar con los tiempos. Otro ejemplo fue cuando le quedaban pocos segundos. En esos momentos, a Milei no le alcanza para terminar una idea, pero Massa tiraba una frase del estilo ‘ustedes saben qué votar el 10 diciembre’. Sabe cómo jugar este juego”, afirmó Sola.
Es más, el experto advirtió una chicana que afectó al representante de La Libertad Avanza, ya que cuando el ministro de Economía afirmó: “‘Por el libro que vos le escribiste, tuviste un problema de plagio’, Milei expresa una risa nerviosa, se pone tenso y pierde esa seguridad. Fue un Massa controlado, no natural, pero hay confianza. Milei, pierde el control, no lo puede mantener y en algunos momentos hubo un ping pong fuerte”.
“Cuando empezaron a hablar de Seguridad, Massa se ubica en una posición ‘vendedora’, mientras que Milei (lapicera en mano) toma una postura catedrática, segura y tranquila. Ahora, cuando arranca el ida y vuelta, empieza a perder esa seguridad y se va de la zona de confort y arranca con las muletillas”, aseguró Sola. Al tiempo que explicó: “En el 100% de nuestra comunicación, el 55% es corporal, el 38% es tono, velocidad, ritmo de la voz y solamente el 7% son las palabras, así que mira todo lo que le pasó corporalmente a los dos”, sentenció el experto.
En tanto, sobre las risas de Milei, el director de Hcc Integral aseguró: “Esa risa nerviosa es tensional, es como ‘tengo preparado lo que voy a decir y si me voy un poco del tema, me pongo nervioso’. Hay una risa nerviosa, hay una diferencia corporal”.
“Además, la risa sarcástica en algún momento de Milei puede ser porque algo le está pasando y no lo quiere contar o a lo mejor quiere incomodar al otro. La lapicera en la mano es un elemento distractor, pero algo me llamó la atención: la lectura de ese machete o recordatorio que tiene, hace que se le complique un poco, algo parecido le pasaba a Patricia Bullrich. Pero para Milei es a la inversa, sin la lectura se le complica”, dijo Sola.