Celulitis: cómo influye la dieta y los mejores tratamientos para combatirla

La celulitis o paniculopatía edemato fibro esclerótica es una afección dermatológica con un claro predominio en el sexo femenino, que afecta entre el 85 y el 90% de las mujeres pospuberales de todas las razas. Se caracteriza por la presencia de hoyuelos y “abollonaduras” en la superficie cutánea, dándole a la epidermis de la zona donde se presenta una apariencia de Peau d´orange (del francés: piel de naranja) o capitoné.

Hasta allí, la definición técnica de uno de los problemas estéticos que más preocupan a las mujeres. Y si bien en el último tiempo, de la mano con el respeto por los cuerpos ajenos y la aceptación de las particularidades de cada persona tal como es, esta característica dejó de ser un condicionante -como lo era- para muchas mujeres a la hora de ponerse un traje de baño, lo cierto es que muchas otras no pierden la esperanza de mejorar su aspecto y volverla menos visible al menos durante los meses de verano.

Es que la celulitis es “una enfermedad de la piel que aparece como resultado de alteraciones metabólicas y endocrinas”, según comenzó a explicar a Infobae la médica dermatóloga María Laura Marchese (MN 120032 - MP 57237), del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Austral, y debido a que está relacionada con los cambios hormonales, su presencia será mayor o menor en diferentes etapas de la vida, pero raramente se logra erradicar.

Es común que la celulitis se presente a nivel de los muslos, en la región glútea, en la parte superior de los brazos y en la parte baja del abdomen, y “rara vez se relaciona con la obesidad, por lo que los métodos de reducción de grasa no funcionan bien para esta condición”, aportó la médica dermatóloga Graciela Beatriz Manzur (MN 63141), de la División de Dermatología del Hospital de Clínicas José de San Martín y profesora de Dermatología en la Facultad de Medicina de la UBA.

En opinión de la médica especialista en medicina estética Julia de la Torre (MN 165.527), “la celulitis es mucho más que el poceado de la piel; tiene que ver siempre con una alteración circulatoria en el retorno venoso y el retorno linfático”. Coinciden las especialistas que se trata de “una patología de origen multifactorial”, entre los que se destacan, como se dijo, las cuestiones hormonales (por eso su apariencia puede empeorar en la adolescencia, la toma de anticonceptivos, durante el embarazo y la menopausia), además de factores genéticos.

“No obstante, se sabe que un estilo de vida sedentaria, las dietas ricas en grasas y carbohidratos, el estrés, el abuso del tabaco y el alcohol y algunos medicamentos como antihistamínicos, tratamientos antitiroideos o betabloqueantes la agravan”, aportó en este punto la médica cirujana Cristina Sciales (MN 66.744).

“Actualmente a la celulitis se la considera más que un mero problema estético -sostuvo Manzur-. Se asocia con un claro impacto psicológico negativo. No obstante cada vez más se conocen detalles sobre su patogenia y se la considera un trastorno sistémico. Debido al compromiso de ciertos mecanismos patogénicos en común, la celulitis podría estar asociada con insulino - resistencia, obesidad y riesgo cardiovascular aumentado”.

Según explicó Sciales, “en función de su aspecto, puede clasificarse a la celulitis en cuatro estadios”.

1- Indurado: “Es dura, tensa la epidermis al máximo y aparece granulosa bajo la palpación, adherida al plano profundo, no se modifica con la posición de pie o acostada y puede ser dolorosa al tocar. La forma y localización más común es la de pera ginoide y en la zona postero externa del muslo (pantalón de montar)”.

2- Edematosa: “La celulitis edematosa es simple de diagnosticar ya que se encuentra en esas piernas en forma encolumnada, una consistencia pastosa con nódulos. Es también dolorosa al tacto, da cansancio y pesadez de piernas, va acompañada con el tiempo de insuficiencia venosa-linfática de los miembros inferiores (hinchazón-edema, fragilidad capilar, varices, arañitas etc). Los lugares más afectados son las rodillas, extendiéndose en el muslo anterior, en tobillo y gemelos (adquiriendo ese aspecto ‘pierna en columna’)”.

3- Flaccidez: “Es un tejido esponjoso y ‘flotante’ porque está como despegado del músculo. Es móvil en el sentido gravitatorio y se moviliza cuando la persona pasa a la posición de pie o acostada. Se ve más en muslo interno, anterior y a menudo va asociada de una piel flácida, a veces pueden presentarse estrías, y es frecuente a partir de los 40 años. Puede ser consecuencia de una evolución de una celulitis indurada no tratada, también por subidas y bajadas de peso, abuso de diuréticos, malas maniobras de masajes o aparatología inadecuada. Pero el factor más común es genético. A veces la localización es en todas las regiones”.

4- Mixta: “Es, como el nombre lo dice, una mezcla de todas. El médico debe clasificarlas para su tratamiento y diagnosticar el grado (I al IV). Si bien la causa de la celulitis es hormonal, circulatoria, genética, actualmente en algunos casos se empezó a barajar la posibilidad de ser una reacción autoinmune. Uno de los factores más importantes es el estrés, alteraciones hormonales, anticonceptivos, o tratamientos por infertilidad, medicaciones específicas, y determinados alimentos con abusos de conservantes, químicos y grasa”.

“Los cambios en el estilo de vida son un paso importante en individuos genéticamente predispuestos, tanto en la prevención como en el empeoramiento de la celulitis”, aseguró Manzur, que si bien recordó que el peso corporal no tiene incidencia directa en esta condición, destacó que “en algunas personas, la reducción del peso corporal y mantenerlo puede ser útil para reducir la celulitis; la recomendación es seguir una dieta baja en grasas, además de restringir el tabaco y el alcohol, tanto para la celulitis como para la salud global del paciente”.

A lo que Sciales agregó: “Tomar mucha agua, entre ocho y diez vasos al día, lo que equivale a dos litros -y un poco más también- ayuda a desintoxicar nuestro organismo”.

Y si bien “el ejercicio regular de bajo impacto es un tratamiento importante para prevenir el incremento de la grasa corporal y mantener una adecuada masa muscular”, Manzur insistió en que “la tensión y textura de la piel se pierden durante la pérdida de peso, pudiendo hacer que la celulitis sea más visible. Por lo tanto, los factores agravantes del aumento de peso o de la pérdida excesiva de peso deberían ser evitados”.

Por último, Sciales sumó un factor que pocas veces es tenido en cuenta: el estrés. “Las situaciones que generan tensión aumentan el cortisol, una hormona que colabora en la acumulación de la grasa y que se hace más evidente en las piernas, porque como ahora es bien sabido, las emociones se reflejan en varias partes del cuerpo”, aseguró, al tiempo que recomendó “hacer actividades que ayuden a despejar la mente y generar energía positiva en el cuerpo, como ir al gimnasio, bailar, caminar, yoga, etc.”.

- Drenaje linfático

Dado su origen circulatorio, Marchese recomendó los masajes suaves que aumentan el flujo linfático. “Se realizan movimientos lentos y repetitivos que siguen la dirección de los conductos linfáticos, y favorecen la eliminación de toxinas y reduce el exceso de líquido”, destacó.

En la misma línea, la presoterapia, aplica presión de aire mediante un traje neumático para realizar un masaje que favorezca el drenaje linfático.

- Mesoterapia

Consiste en microinyecciones intradérmicas, indoloras, que se aplican en las zonas a tratar con principios activos que favorecen la eliminación de adipocitos, mejoran la circulación sanguínea y linfática.

“Principios activos como las metilxantinas (aminofilina, teofilina, cafeína), el retinol, el ácido ascórbico, alfa bisabolol y extractos vegetales estimulan la microcirculación, la neo colagenogénesis dérmica, la lipólisis, inhibiendo la lipogénesis, la inflamación y la oxidación, estimulando el drenaje linfático y reduciendo el edema”, aportó Manzur.

- Radiofrecuencia y energía de presión dirigida

En la actualidad, existen revolucionarias tecnologías que proporcionan simultáneamente energía térmica y mecánica para eliminar todas las principales causas de celulitis y piel flácida de forma eficaz y no invasiva. “Son tratamientos, que en cuatro sesiones de 20 minutos cada una programadas una o dos veces por semana, permiten un aumento del colágeno del 59%, aumento de la elastina del 64% y del grosor de la dermis del 44%”, explicó Sciales.

Y agregó: “La emisión sinérgica de la radiofrecuencia monopolar y la energía de presión dirigida permite el tratamiento de las causas fundamentales en lugar de suprimir los síntomas. Esto significa que no sólo se ve la diferencia, sino que además se puede sentir. El tratamiento es ideal para cualquier persona que busque la reducción de la celulitis de manera no invasiva y la mejora general de la apariencia de la piel y la función fisiológica”.

- Estimulación muscular

“Los tratamientos corporales siempre apuntaron a obtener tonicidad muscular y hoy por hoy se pueden lograr, a diferencia de hace muchos años atrás, contracciones del 100% de la masa muscular durante todo el tiempo de tratamiento”, explicó De la Torre acerca de una nueva generación en tecnología no invasiva para la estimulación muscular.

Según la especialista, “siempre lo indicado es tener un buen entrenamiento muscular, por lo que entrenar el músculo con este tipo de equipamientos va a favorecer, no solamente el desarrollo de masa muscular y la tonicidad sino también va a mejorar el aspecto de la celulitis”.

“En tan sólo 30 minutos de tratamiento, equivale a realizar más de 20.000 contracciones musculares supra máximas, algo que es imposible de lograr aunque alguien sea un atleta de alto rendimiento”, resaltó sobre los alcances de esta tecnología.

- Ácido hialurónico ultra puro

Al igual que se utiliza para tensar y dar luminosidad al rostro, de la mano de la bioestimulación hoy es posible estimular la producción de colágeno y elastina en la piel de todo el cuerpo.

“Para trabajar los otros componentes de la celulitis, como por ejemplo la flacidez de la piel, contamos con alternativas inyectables para mejorar los aspectos que no se llegan a abordar desde la aparatología”, remarcó De la Torre acerca del, para ella, complemento ideal de todos los tratamientos.

Y precisó: “El tratamiento se realiza en dos sesiones separadas por un intervalo de 30 días, y si bien los resultados son progresivos, comienzan a hacerse visibles a los 15 días”.