Nuevamente, cara a cara, los candidatos a Presidente de la Nación Argentina fueron parte del segundo debate presidencial. La Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) fue el escenario para que Javier Milei, Patricia Bullrich, Sergio Massa, Myriam Bregman y Juan Schiaretti desplegaran sus propuestas y posturas de cara a las elecciones generales que tendrán lugar el próximo 22 de octubre. Más allá de sus palabras, cada acción, gesto y comportamiento envió un mensaje.
La comunicación no verbal es una herramienta poderosa que trasciende las palabras y de forma silenciosa pero elocuente transmite mensajes, emociones y actitudes. Dos expertos compartieron sus observaciones con Infobae sobre la actuación de los candidatos. Se trata de José María Rodríguez Saráchaga, especialista en oratoria y comunicación política, y Axel Persello, ingeniero industrial y director de la carrera de Comunicación no Verbal en el Instituto Americano de Formación e Investigación (IAFI), analizaron minuciosamente las sutilezas de las interacciones.
En el debate cada detalle cuenta y esta disciplina puede advertir cómo las acciones pueden ser determinantes en el público, incluso sin que se note. A menudo, este lenguaje revela las verdaderas emociones o intenciones que cada orador pone en sus palabras. En esta oportunidad, los 5 candidatos se refirieron a áreas vitales como: Seguridad, Trabajo y producción, Desarrollo Humano, Vivienda y Protección del Ambiente. Es importante señalar que esta será la última vez que se vean antes de las urnas, el próximo 22 de octubre.
“Una cosa es cuando exponen y la otra es cuando reciben la réplica”, comenzó su análisis Persello. “A Patricia Bullrich no le fue bien. Si tuviera que hacer una interpretación, ella fue hacer un discurso al estilo Milei, a mostrar todo su enojo, pero no tiene la fuerza. En su expresión facial está el enojo, pero en sus gestos los exagera. De hecho dice la palabra y después hace el gesto, por lo cual no suenan tan auténticos y les falta voz, o no la tiene como para mostrar ese enojo”, dijo el experto.
Al tiempo que resaltó que “también muestra muchos gestos de autocontrol y en varios momentos tiene falta de fluidez. También usa expresiones tratando de mostrar el enojo, pero en las réplicas se la ve abatida. Como que no está en una postura de recibir algo que le están criticando, se la ve como que la crítica le afecta, como puede ser encogimiento de hombros o el labio inferior que se asoma. Por ejemplo, en el cruce con Milei, ella en la respuesta se le nota la comisura de los labios, saca la lengua y se ríe con ironía. Ante Schiaretti, utilizó 30 segundos del tiempo para pensar la respuesta y después se la ve golpeando el pupitre con el dedo mayor, que es el signo de agresión. Ante la respuesta Bregman, saca la lengua y empieza a buscar historia del pasado. En general, Bullrich no supo responder las preguntas y tuvo una muy mala comunicación no verbal”.
En tanto, para Saráchaga, el análisis de la exministra de Seguridad fue en comparación con su presentación anterior. “A Bullrich la vi muy distinta a la semana pasada, mucho más firme o más fuerte”. “Tuvo un buen arranque, aunque con alguna traba. Fue durísima contra Massa, que acorralado por Insaurralde le tiró con Milman. También le retrucó Milei con su propia plataforma”, agregó al analizar el discurso de la candidata de Juntos por el Cambio.
Por su parte, al evaluar al candidato del oficialismo, Saráchaga opinó: “Le entraron todas las recriminaciones que no le entraron la semana pasada, hubo como una especie de mirada cómplice con Milei. Pero cuando le hizo un derecho a réplica y Massa lo miró como diciendo ‘esto no es lo convenido’, podría decirse. Hubo como una suerte de mirada asesina y ese fue el único momento en que puso esa mirada en toda la noche”.
“Arrancó perdido y sobreactuado, y tirando ‘dardos flojos de papeles’. Habló como si recién llegara al país y no fuera el ministro de Economía”, agregó el experto en discurso político. Y destacó un cruce que realizó el funcionario nacional con el diputado por la Libertad Avanza: “Sobreactuado el derecho a réplica de Massa a Milei. ‘Hasta acá llegaste’. Milei ni lo miro como si ya supiera lo que iba decir. Fue raro que ni se molestara. Rarísimo”, evaluó.
Por su parte, Persello evaluó: “A Massa parece que lo entrenaron, no tiene gesticulación o muy poca. Los ojos abiertos permanentemente y poco parpadeo, y eso le quita genuinidad. Después, se fue compenetrando, pero mantiene lo que se llama palabras por minuto relativamente bajo, el tono de voz empieza abajo y en algún momento lo fue subiendo”. Asimismo, el experto advirtió que “tiene las comisuras desde los labios hacia abajo, lo que puede también significar abatimiento o un poco de miedo, puede ser también. Pero es poco expresivo y según el tema que se iba hablando bien, ponía ojos redondos”.
En tanto, al referirse al cruce con Milei, el director de IAFI aseguró que “se enojó y mostró un signo de desprecio, también ocurrió en la réplica de Schiaretti que no mostró una buena recepción. Después cuando Schiaretti estaba hablando, él responde con gestos. O sea, no se aguanta lo que está sintiendo y niega con las manos porque no puede hablar. Y después esto de apuntar hacia las mujeres contra Mieli no es comunicación no verbal, pero tal vez es una estrategia”. “En general, fue un evasor de las preguntas que le hicieron”, añadió el experto en CNV.
“En Milei la norma, que es el promedio, es siempre la misma. O sea, está siempre igual: básicamente está enojado. Habla con palabras por minuto bajas y después las va subiendo, arranca con volumen de voz tranquilo y lo va subiendo. Él empieza tranquilo y termina enojado. Eso es típico de Milei, lo hace siempre y sigue haciéndolo. Maneja bien los gestos, abre las manos y realiza muchos gestos de desprecio al levantar la ceja izquierda hacia sus oponentes. Pero esa es la media de Milei, y es el que noto menos actuado”, evaluó Persello.
Al tiempo que advirtió: “Un detalle que puede ser menor, que también forma parte de la CNV es que usa un tipo de lentes con marco grueso, los cuales transmiten poder. En comunicación no verbal se conoce como diacrítica. Es decir, los accesorios que, en este caso, en vez de ser lentes fashion, son más intelectuales y que transmiten poder”.
“Los golpes de Milei y sus caras cuando ataca Massa te diría que son casi como cómplices y hasta una cosa muy llamativa. Y el derecho a réplica sobre los dichos de Massa, Milei lo usó para pegarle a Bullrich. Casi te diría que, en algún punto, podría leerse como que salió a defender a Massa porque replicarle atacando a Bullrich es raro. Y la frase que usa para atacar a Bullrich, es repetir una frase que usó Massa para pegarle el Melconian”, evaluó Saráchaga sobre el discurso del candidato de la Libertad Avanza. “Milei estuvo liviano en lo que debería ser su bloque, lo salvó el ataque de Bregman”, agregó.
En ese sentido, Persello advirtió que los candidatos de los “partidos que menos chances tienen fueron los más tranquilos. Siendo que el que mejor está exponiendo, desde el análisis de la comunicación no verbal, es Schiaretti porque maneja muy bien la fluidez”. “Los gestos ilustrativos, que son los gestos que acompañan lo que dice, son auténticos y no son exagerados, siempre los mantiene por debajo del cuello y los hace antes de la palabra. Hay demasiada autenticidad”, agregó el director de IAFI.
“Schiaretti estuvo sobrio y medido; mucho más dinámico y solvente que en el debate anterior. Dejó de ser el secretario de turismo de Córdoba. Insisto, muy agrandado (en el buen sentido)”, aseguró Schiaretti.
En tanto, al evaluar el debate, el director de IAFI aseguró que “el mejor manejando el debate fue Schiaretti, que respondió rápidamente a las preguntas y hasta tuvo gestos adaptativos positivos, es decir que muestran sinceridad”. Mientras que al analizar la relación con Milei, aseguró que el diputado nacional “se muestra tal cual es en la televisión. En ningún momento ganó tiempo, sí tuvo gestos de soberbia, de desprecio y de enojo, pero esa es su norma. Creo que entre Schiaretti y Milei hay una especie de alianza escondida o acuerdo porque las preguntas fueron leves y porque hubo gestos de como de leve acuerdo, que no sucedía con el resto”.
Mientras que al evaluar a la candidata del Frente de Izquierda, el director de IAFI analizó: “En el caso de Bregman no la veo tan también, si bien muestra las palmas de las manos, nos falta ver el cuerpo entero y limita el análisis. Por ejemplo, en el tema de Israel, todos empezaron hablando y ella fue la última. Antes de hablar de Israel y sacó la lengua para pensar un poco, había arrancado un poco retrasada y se agarra mucho del atril. No puede sostener la vista permanentemente a la cámara, eso es algo típico en general en el género femenino que le cuesta mantener la mirada fija al público en ella se nota más y leyó demasiado las notas que tenía”.
Según el experto de IAFI, “otro gesto de Bregman es que interrumpe y cuando Mieli pide que le devuelvan 20 segundos, se tapa la boca con el dedo índice. Eso es un gesto adaptativo, que son los generalmente cuando reciben las réplicas y ahí se notó muchísimo que le afectó un montón. Además, lo interrumpió apretando mucho los puños apretados”.
“Bregman acomodó a Milei con cambio climático. Y el candidato quedó zapateando en el aire. En otro momento, Bullrich le tiró una soga a Bregman, pero ella se ‘ahorcó sola’. Sacó el tema Maldonado y atacó a Chocobar”, evaluó Saráchaga sobre los puntos que buscó destacar la candidata de la Izquierda y completó: “En el cierre, dijo su frase que siempre repite: ‘Ni sometidos ni cómplices’”.