Samar Yodre es médica especializada en nutrición pero, sobre todo, fue una persona que vivió las experiencias que sufren sus pacientes. “Fui obesa por mucho tiempo, sin autoestima ni seguridad”, resumió en un artículo sobre su sitio Soy Saludable, en el que comparte consejos. Parte de su historia tiene que ver con los hábitos aprendidos en la niñez, con “la cultura mediterránea de la comida en abundancia como premio y consuelo”. Por eso su nuevo libro, Me divierto en la cocina, es para adultos con hijos: para que los eduquen en la importancia de una alimentación adecuada, cuya función es sólo, y ni más ni menos, mantener un cuerpo sano.
“Durante años hemos recibido información distorsionada sobre la comida”, advirtió. La publicidad de la industria alimentaria, los mitos y los temores se combinaron para consolidar malos hábitos. “Quizás ustedes también asociaron el amor con dulces, con comida chatarra”, siguió. Pero la medicina ha mostrado cuánto influyen los alimentos y el estilo de vida en el estado de salud. “Se hace urgente cambiar la cultura gastronómica”.
Se dice muy fácil pero, ¿cómo hacer que un niño coma brócoli, kale o arroz integral? “Darle a los chicos ensaladas o vegetales no debe ser una tortura para ellos ni un momento tenso de gritos, amenazas o llantos”, escribió. La propuesta de Me divierto en la cocina es incorporar a los chicos en su propia rutina alimentaria, educarlos con una suerte de manual sencillo sobre el papel de los nutrientes. “Aquí aprenderán cómo incorporar proteínas, vegetales, frutas, grasas saludables y carbohidratos naturales en sus comidas diarias”, presentó en la introducción. “Porque creando platos saludables aprenderán a comer lo que es bueno y a cuidarse a través de la alimentación consciente”.
La organización del libro es doblemente educativa: para adultos y para menores. El primer capítulo explica de manera sencilla cómo funciona el sistema inmunitario humano y por qué favorecerlo es clave para mantener buena salud. “Es importante que ustedes lo comprendan”, escribió a padres, madres y cuidadores, “para que puedan explicárselo a los niños de manera entretenida”.
El segundo capítulo incluye consejos para romper el rechazo de los niños a ciertos alimentos buenos y para enseñarle a distanciarse de los malos. Incorporar vegetales, frutas y una cantidad adecuada de proteínas y evitar el azúcar y las harinas procesadas; pero también involucrar a los hijos en la preparación de las comidas, como un espacio creativo donde mezclar colores y texturas a la vez que se conversa y se aprende. Una tabla sobre el tamaño de las porciones diarias según la edad y una lista de las vitaminas y minerales más necesarios completan los tips.
A partir de entonces el libro es para niños. Un cuento sobre un castillo, un rey, los ejércitos invasores y el ejército de defensa funciona como alegoría para enseñar a los chicos básicos de la biología humana: qué son los patógenos, cómo funcionan los glóbulos blancos, por qué los alimentos no procesados son aliados en el cuidado de la salud. Un breve capítulo resume los pasos básicos para cocinar y las normas de higiene y precaución en la cocina. La última parte del libro consiste en recetas.
Como los títulos anteriores de esta venezolana-estadounidense nacida en el Líbano, Soy saludable y Rejuvenece en la cocina, el recetario tiene explicaciones detalladas, en este caso acompañadas por fotos con ideas para la presentación de los platos y con dibujos para estimular a los minichefs. Pizza de quinua y vegetales, aros de pescado empanizado, kétchup saludable, sopa cremosa de espinacas y brócoli, batidos de mango, kiwi o moras, cheesecakes de frutas o helados de frutas y yogur son algunas de las opciones.
Un capítulo especial del recetario, “Loncheras saludables”, ofrece ideas de menús pre armados para que los niños lleven a la escuela. “Nuestra idea es minimizar el consumo de comida en las cantinas escolares, porque la mayoría de estas no incorporan los nutrientes necesarios para mantenerlos saludables”, explicó Yodre. “Muy al contrario, ofrecen opciones que pueden afectar considerablemente la salud de los pequeños”.
Al final, la autora celebró a los padres, madres y cuidadores que se toman tantos trabajos en la crianza de sus niños: “Al hacer esto están cambiando el destino de ellos y liberándolos de la tóxica comida industrial”, escribió. “Están creando un futuro donde habrá salud y amor no sólo para ustedes, sino para las familias que también ellos tendrán”.
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