La inversión con enfoque de género, una herramienta poderosa para avanzar hacia la igualdad y el desarrollo regional

En octubre, protagonistas del sector privado, emprendedores e inversores se reunirán en Colombia con el objetivo de visibilizar casos de éxito y herramientas concretas que se aplican en toda Latinoamérica. Cómo se desarrolla esta práctica y qué podemos hacer para consolidarla

Las empresas con liderazgo femenino superan en un 21% a las que tienen menor representación femenina en cargos jerárquicos

Este mes daremos inicio al primer congreso GLI en Colombia. Medellín será nuestra sede y allí reuniremos a protagonistas del sector privado, emprendedor e inversor, con el objetivo de posicionar la inversión con enfoque de género en la región. Contaremos con la especial colaboración del BID Invest y nos enfocaremos en visibilizar casos de éxito y herramientas concretas que se estén aplicando en toda Latinoamérica para impulsar un mayor desarrollo económico y social en la región.

Es posible que nunca hayas escuchado hablar de la inversión con enfoque de género. En su versión original en inglés se la llamó “Gender Lens Investment” y hace referencia a encauzar las inversiones hacia cuatro “lentes” o perspectivas: empresas dirigidas por mujeres, organizaciones que promueven la diversidad de género en sus estructuras y organigramas; empresas que ofrecen productos o servicios adaptados a las necesidades específicas de mujeres, y entidades pertenecientes a sectores con una participación laboral mayormente femenina.

Detrás de esta práctica, subyacen dos axiomas básicos: la igualdad de género significa desarrollo social y, para lograrla, necesitamos de una perspectiva transversal, que por supuesto incluye al ámbito financiero global.

La igualdad de género impulsa el desarrollo social, requiriendo una perspectiva transversal en el ámbito financiero

Numerosas investigaciones de relevancia mundial han llevado a sostener determinadas hipótesis directrices. En primer lugar, la inversión con enfoque de género tiene un impacto social positivo y a la vez presenta rendimientos económicos igualmente favorables. El estudio más reciente sobre GLI (Q2, 2022), indica que los fondos de capital con enfoque de género que cotizan en bolsa sumaron USD 4700 millones en activos al 30 de junio de 2022, conllevando un crecimiento trimestral del 13%.

Otro punto a favor de esta práctica es que puede impulsar el desarrollo de las economías regionales de toda América Latina porque se trata de una oportunidad de mejorar los resultados de inversión y volver las compañías más rentables, reforzando una vez más la idea de que las mujeres son agentes de cambio en sus comunidades. Las empresas con porcentajes más altos de mujeres en posiciones de liderazgo superan en aproximadamente un 21% (McKinsey) a las empresas con el porcentaje más bajo de mujeres en cargos jerárquicos, esto medido por los ratios de rendimiento sobre las ventas, rendimiento sobre activos y rendimiento de capital.

Entonces, nos preguntamos: ¿Cómo se desarrolla esta práctica en nuestra región y qué podemos hacer para consolidar e incentivar la participación de Fondos de Inversión de Impacto? En la actualidad, en América Latina la Inversión con Enfoque de Género se encuentra en una etapa embrionaria. Si bien es el tercer destino de inversiones de impacto más grande del mundo y constituye un fuerte en el otorgamiento de microcréditos -el 62% de los prestatarios de instituciones microfinancieras son mujeres, porcentaje que en México llega a alcanzar el 85%-, la mayoría de estos negocios permanecen en el mercado informal y en el ciclo negativo de la financiación a corto plazo y de altas tasas de interés.

Medellín acoge el primer congreso GLI, buscando posicionar la inversión con enfoque de género en Latinoamérica

Consideramos como una posible respuesta para revertir esta situación ampliar las oportunidades de financiamiento y capacitación dirigidas a mujeres interesadas en lograr la autonomía financiera. Sin dudas, posicionar a América Latina como una usina de proyectos innovadores, que no dejan de abarcar saberes originarios y ancestrales, es un desafío que la inversión con enfoque de género puede potenciar.

En ese sentido, los bonos de género, una variante de los bonos sociales, se presentan como una forma efectiva de financiar a estos proyectos. Actualmente, existen 7 tipos de bonos con impacto social, que se ajustan a las necesidades globales actuales, y que abarcan a empresas comprometidas con el cuidado del medioambiente, el cierre de brechas causadas por la inequidad, y el avance hacia la igualdad de género.

El primer bono de género fue estructurado por el BID Invest y emitido en Panamá en 2019, permitiendo desembolsar 50 millones de dólares que llegaron a más de 300 pymes lideradas por mujeres. Desde entonces, también se han realizado acciones análogas en Argentina, Colombia, Ecuador, Chile y México, con el objetivo de garantizar el financiamiento de pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres.

Carmen Correa, CEO de Pro Mujer

Para estimular el desarrollo y crecimiento de las mujeres latinoamericanas, empresas sociales como Pro Mujer, organización que lleva más de 33 años impulsando la igualdad de género en el continente a través de oportunidades de capacitación y financiamiento a mujeres, busca difundir los alcances transformadores del GLI en el ecosistema financiero de la región, entre emprendedoras y a nivel masivo.

Por eso, organiza el Foro Anual GLI, que en el 2023 tendrá lugar del 17 al 19 de octubre en Medellín, Colombia. El Foro contará con la presencia de protagonistas del ámbito inversor a escala global y de expertos que abordarán temáticas como: liderazgo femenino, igualdad de género en el lugar de trabajo, productos y servicios que benefician a mujeres, igualdad entre hombres y mujeres en la cadena de valor, interseccionalidad y economía del cuidado. Para saber más sobre el Foro GLI 2023, los interesados pueden ingresar en: https://gliforumlatam.com/.

* Carmen Correa es la CEO de Pro Mujer, una empresa social sin fines de lucro que brinda servicios y herramientas a las mujeres en América Latina para que puedan alcanzar su máximo potencial, mejorar sus condiciones de vida y transformarse en agentes de cambio para sus comunidades