El debate presidencial de anoche fue una oportunidad para que los cinco candidatos a la presidencia mostraran sus propuestas y su personalidad ante el electorado. Sin embargo, no sólo las palabras fueron importantes, sino también el lenguaje de los gestos, de las posturas, de la entonación y la cadencia al hablar que emplearon los aspirantes y revelaron aspectos de su carácter, de su estado de ánimo y su relación con los demás. Estas expresiones no verbales influyen en los espectadores tanto o, en ocasiones aún más, que los dichos.
Dos expertos en lenguaje no verbal dieron a Infobae su punto de vista sobre cómo vieron a los 5 contendientes en el primero de los dos debates que se llevó a cabo anoche en la sede de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. El encuentro tendrá una segunda instancia el próximo domingo cuando los postulantes vuelvan a verse las caras en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
Respecto del primero de los rounds, incluyó tres temáticas, economía, educación y derechos humanos y convivencia democrática, Marcelo Sola, especialista en comunicación no verbal, coach ontológico y director de Hcc Integral, consideró que la dinámica del debate le pareció “densa y pesada, le faltó un poco más de dinámica. No había esa escucha que tienen que tener los candidatos. En vez de hacer una pregunta, contaban algo. No hubo un diálogo, una comunicación efectiva entre los postulantes. No se escucharon, se preguntaban sin escucharse. Le faltó comunicación y escucha. No lograron empatizar con el público que lo estaba mirando por televisión”.
En cuanto al candidato presidencial de la Libertad Avanza, Javier Milei, Sola dijo: “Lo vi por momentos sobrador, como diciendo ‘acá estoy yo’. Hubo alguna sonrisa picante, alguna sonrisa irónica para demostrar que sabía lo que decía. Pero nadie se animó a debatirle. Hablaron de economía, hablaron de todo, pero nunca enfatizaron un tema en particular. A Milei le faltó soltarse en esa forma de jugar, esa chicana que no hubo. Creo que también fue por el poco tiempo que le dieron que no permitió ese ida y vuelta que uno está acostumbrado a ver. No lo vi tan suelto en la forma de hablar, fue muy cuidadoso. Lo vi más aplacado, más asesorado a la hora de comunicarse”.
Por su parte, en diálogo con Infobae, Santiago Chemes, licenciado en psicología, codificador certificado en gestos faciales del sistema del estadounidense Paul Ekman y director de PNL Palermo, Buenos Aires, consideró que “hubo diferencias significativas en la gestualidad de los candidatos presidenciales”.
El experto inició su análisis por el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, para contrastarlo con Milei. El ministro de Economía, dijo, “no mostró tanta variedad de gestos ni movimientos. Hubo control. Sus matices de voz fueron bastante similares en el debate a las entrevistas en las que suele aparecer. Hizo énfasis al abrir los ojos y luego al fruncir el ceño. Pero al no mostrar tantas expresiones faciales y al tener un matiz de voz similar de manera constante, puede parecer que tiene un discurso ensayado y eso podría quitarle credibilidad”, afirmó.
En cambio, “Milei fue lo contrario a Massa en cuanto a gestualidad. Sus gestos estuvieron acompañados de sonrisas o de enojos. Muchas veces frunció el ceño. Atacó al otro y lo descalificó al levantar la mano y al moverla hacia un costado para hablar de la casta. Cuando otros candidatos le hablaban o le preguntaban, Milei movió la cabeza de un lado para otro y sonrió. Hizo varios gestos descalificativos para los otros candidatos”. El candidato de la Libertad Avanza “fue el más irascible entre todos los candidatos. Pero sí fue menos explosivo y estuvo más controlado en cuanto a sus gestos en comparación con otras presentaciones públicas anteriores”, agregó.
Por su parte, Sola, al referirse a la postulante de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, dijo haberla notado “congruente, pero nunca sacó esa rigidez que habitualmente la caracteriza. Trató de dar una propaganda política diciendo ‘me tienen que votar’ con el puño cerrado, dándole fuerza a lo que decía. Pero careció de esa interacción que puede generar cierta empatía con los compañeros y candidatos opositores. No vi esa parte empática en Patricia, le faltó soltura y dinamismo”.
En este punto, Sola aclaró que, la falta de empatía en los cinco postulantes, implica “no hubo un diálogo, una comunicación efectiva y eficaz”, ya que “no se escucharon, se preguntaban sin escucharse, les faltaba comunicación” y en ese contexto “no le vendieron empáticamente [su mensaje] al público que lo estaba mirando por televisión, los potenciales votantes”.
Por su parte, Chemes dijo que al principio del debate, “la candidata Patricia Bullrich parecía la más tensa, ya que cuando hablaba sacaba la lengua. Es un patrón que no aparece en su gestualidad habitual. Cuando hay tensión, la boca de la persona se seca y le pasa la lengua para humedecerla. Y luego tomó mucha agua en los momentos que no hablaba. Después del debate sobre economía, Bullrich fue menos tensa y fue más asertiva. Se trabó menos”, destacó.
Respecto de Massa, Sola dijo haberlo visto “muy armado, muy cerrado, muy poco expresivo. Fue cuidadoso a la hora de defenderse, especialmente cuando se le mencionaba su gestión como ministro. Fue congruente en lo que decía, pero cero espontáneo. Muy rígido y duro en cuanto a su postura corporal y comportamiento no verbal”.
En tanto, el candidato de Hacemos por Nuestro País, Juan Schiaretti, el mismo especialista dijo haberlo visto “un poco más ordenado” que al resto de los participantes del debate, “como que se había preparado para el debate. Fue moderado, tranquilo, y se centró en lo que tenía que decir. Fue a debatir lo que tenía que debatir y nada más”. Mostró una postura como si hubiese “estudiado para el exámen”, como mostrando que ya no puede salir primero en la elección.
Por su parte, Chemes dijo que Schiaretti, “fue el candidato más controlado. Hacía gestos cerca de su cuerpo. Desde lo no verbal, parecía el candidato más congruente, sin que se consideren las propuestas de gobierno —aclaró—. Habló mucho sobre Córdoba como ejemplo de lo que haría a nivel nacional. En un momento, le contestó a Bullrich que le había hecho una afirmación y no una pregunta. Eso significa que estaba más pendiente del momento”.
Finalmente, el mismo experto señaló que Myriam Bregman, la candidata del Frente de Izquierda y los Trabajadores, “tuvo gestos de contundencia como un movimiento de bastón con la mano cuando afirmaba algo”, puntualizó. Sola, tuvo una apreciación similar al señalar: “La vi, como es habitualmente, un poco verborrágica. Tiene un carácter fuerte y no le gusta perder el control de la charla”.