Suele decirse que cada niño tiene sus tiempos. Y que no hay una edad estipulada para que un bebé comience a gatear, caminar o comenzar a decir sus primeras palabras.
Sin embargo, el tema de la adquisición del lenguaje es uno de los que más preocupa a los padres de niños pequeños, que muchas veces consultan con su pediatra, en más de una ocasión motivados por comparar los logros de sus hijos con otros niños.
Un punto no menor en este aspecto es la cada vez más temprana exposición de los niños a las pantallas, a pesar de que los especialistas hace tiempo advierten que produce retrasos en el lenguaje, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) extendió la recomendación de no exponer a los menores a las pantallas de los dos a los tres años.
Para la médica pediatra Stella Maris Gil (MN 61.299) y ex presidenta de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), el desarrollo infantil temprano es un derecho básico y hoy se toma como un indicador de la calidad de vida de las naciones. “El bienestar de los niños trasciende su composición genética y está íntimamente relacionado con su entorno ambiental y familiar -dijo la especialista a Infobae-. Una nutrición adecuada, un entorno afectivo y un estímulo de todos los sentidos desde temprana edad favorece un desarrollo pleno”.
En la misma línea, el médico pediatra y miembro de la SAP Nicolás Cacchiarelli (MN 103.685) destacó que “el habla es un componente esencial de la comunicación entre los seres humanos, por lo que la mejor manera de fomentarla es siempre generando comunicación entre personas. En esta época de abuso de pantallas, el diálogo y la lectura entre los niños y las madres, padres u otros cuidadores descendió y está demostrado que esto trae alteraciones en la adquisición del lenguaje, por eso uno de los consejos más importantes es desalentar el uso de pantallas en niños pequeños”.
A qué edad es “preocupante” que un niño no hable
Gil enfatizó que “en el desarrollo madurativo los niños tienen tiempos distintos, pero siempre dentro de un parámetro similar y con un patrón de progresión de adquisición de pautas característico”.
En su experiencia, “las preocupaciones aparecen cuando el niño no tiene intención comunicativa, reciprocidad comunicativa con el otro. Y en cuanto al habla, cuando las palabras no aparecen a edades estipuladas”.
En este punto, según especialistas de la Clínica Mayo “existen una serie de marcadores, conocidos como hitos, que pueden ser una guía de la capacidad del niño para hablar”. Estos hitos ayudan a los médicos a saber cuándo un niño puede necesitar más ayuda.
Y se podrían sintetizar en cinco momentos:
1- Al final de los tres meses, un bebé podría:
- Sonreír cuando aparecen sus padres o figuras de apego
- Hacer sonidos de gorjeo
- Permanecer en silencio o sonreír cuando se le habla
- Reconocer la voz de sus padres o cuidadores
- Llorar de manera diferente según la necesidad que tenga
2- A los seis meses, podría:
- Hacer sonidos como gorgoritos al jugar
- Balbucear y hacer una gama de sonidos
- Usar la voz para expresar lo que le gusta o no le gusta
- Dirigir la mirada hacia los sonidos
- Responder a los cambios en el tono de la voz de quien le habla
- Notar que algunos juguetes hacen sonidos
- Notar cuando hay música
3- A los 12 meses, un niño podría:
- Intentar imitar los sonidos del habla
- Decir algunas palabras, como “papá”, “mamá” y “oh-oh”
- Comprender instrucciones sencillas, como “vení para acá”
- Saber el nombre de elementos comunes, como “zapato”
- Darse vuelta y mirar hacia el lugar de donde proviene un sonido
4- A los 18 meses, un bebé podría saber lo siguiente:
- Los nombres de personas, objetos y partes del cuerpo
- Seguir instrucciones simples que se dan mediante gestos
- Decir hasta 10 palabras
5- A los 24 meses, podría hacer lo siguiente:
- Usar frases simples, como “más leche”
- Hacer preguntas de una o dos palabras, como “¿vamos?”
- Seguir indicaciones simples y comprender preguntas sencillas
- Pronunciar unas 50 palabras o más
- Hablar lo suficientemente bien como para que los padres u otros cuidadores lo entiendan al menos la mitad del tiempo
Cuál es la mejor manera de incentivar la adquisición de vocabulario
“La mejor forma es hablando con ellos, contarle lo que estamos haciendo, lo que vamos a hacer con ellos y responder siempre a sus intentos comunicativos. Y estimular siempre el contacto visual así como las interacciones verbales y no verbales en los contextos cotidianos”, aconsejó Cacchiarelli.
Además, para Gil, “la lectura compartida es un excelente momento para fomentar el lenguaje y está demostrado que favorece el desarrollo de lenguaje, incrementa la atención auditiva sostenida, favorece el desarrollo de la creatividad, estimula el hábito de la lectura y posibilita al niño conectarse con sus emociones”.
Los chicos usan distintos recursos para comunicarse antes de poder usar palabras. Marcan lo que quieren o lo que no quieren con gestos o señalándolo, y según los especialistas, “la mejor manera de incentivar que esos gestos se transformen en palabras, es mostrándole que se les entendió y nombrar lo que ellos todavía no pueden nombrar”. Así, por ejemplo, si el niño señala el agua y el adulto entendió que está pidiendo eso, lo aconsejable es poner en palabras lo que él no pudo, en este caso sería “¿querés agua?”, “tomá el agua”, siempre hablando lento y pausado, y evitando forzar a que el niño deba nombrar lo que quiere como condición para dárselo, ya que “esto les implica hacer un esfuerzo comunicativo para el que no está preparado, lo cual genera frustración, esto hace que disminuya la intención comunicativa”.
Para finalizar, los especialistas de la SAP destacaron que durante la comunicación con los niños, es importante:
1- Favorecer el contacto visual.
2- Estar atentos a sus expresiones no verbales y verbales.
3- Nombrar los objetos que señala, mencionar las acciones que realiza sin exigir la repetición.
4- Esperar que tome su turno en las interacciones. Ser pacientes.
5- Realizar preguntas adecuadas a su nivel de desarrollo.