Cada ciudad o pueblo dentro de Italia bien puede ser un destino en sí mismo. Y si bien el país es mundialmente conocido por su capital, Roma, donde se encuentran sitios de interés como el Vaticano, el Coliseo, el Panteón o la Fontana di Trevi, entre otros, cuenta también con una amplia oferta turística en otras metrópolis como Venecia, Milán o Florencia.
Como si fuera poco, hay cientos de islas dentro de la frontera italiana, entre las que se destacan Sicilia y Cerdeña, las más grandes del Mediterráneo.
Muchas islas italianas se caracterizan por playas de arena negra y paisajes espectaculares moldeados por años de actividad volcánica. De lo que quienes elijan el destino deben estar seguros es que las islas de Italia son todas hermosas y están cargadas de historias.
Estas son algunas de las mejores para visitar
1- Sicilia
Es la isla más grande del Mediterráneo. Se ubica justo frente a la “punta” de la “bota” italiana.
Su rica historia se refleja en sitios como el Valle de los Templos, las ruinas bien conservadas de siete templos griegos monumentales de estilo dórico, y en los mosaicos bizantinos de la Capilla Palatina, una antigua capilla real en la ciudad capital de Palermo. De hecho la arquitectura y la historia son dos de sus principales atractivos.
Es que Sicilia ha sido moldeada a lo largo de los años por una larga historia de ocupación; basta con contemplar la diversidad de la arquitectura de la isla para familiarizarse con las numerosas civilizaciones que han pasado por esta isla en el corazón del Mediterráneo. En el extremo este de Sicilia, se encuentra el Monte Etna, uno de los volcanes activos más altos de Europa.
Junto con Cerdeña, tiene un carácter distinto de la Italia continental; las islas son dos de las cinco regiones autónomas de Italia, con sus propios idiomas y formas de vida. Para descansar del recorrido, las playas de Sicilia son tan perfectas como se ven en las fotos.
2- Cerdeña
Dicen los que saben que Cerdeña es el lugar ideal para disfrutar de la buena comida, las playas y el agroturismo.
Equidistante de la costa italiana y del extremo norte de África, la segunda isla más grande del Mediterráneo es un lugar de tradición y belleza sin pretensiones, donde la vida se vive con sencillez. En relación a esto, probablemente la gente de Cerdeña vive más tiempo, lo que le vale a la isla ser considerada una de las llamadas zonas azules del planeta.
Un número aparentemente infinito de hermosas playas bordean la costa, desde las arenas marfileñas de Cala Gonone en el este hasta las aguas cristalinas de Tuerredda en el sur.
Tiene cerca de 2.000 kilómetros de costa, con playas de arena y un interior montañoso con senderos para excursionismo. Su paisaje accidentado tiene miles de nuraga, misteriosas ruinas de piedra de la Edad de Bronce con forma de colmenas. Uno de los nuraga más grandes y antiguos es Su Nuraxi en Barumini, que data del año 1500 a. C.
3- Elba
Es una isla italiana ubicada en el Parque Nacional Archipiélago Toscano del Mar Tirreno. Es conocida por sus playas, además de ser el lugar de exilio de Napoleón entre 1814 y 1815.
El Museo Nacional de Residencias Napoleónicas, ubicado en la norteña Portoferraio, exhibe la historia del emperador francés en la isla, mientras que el Museo de Minerales de Elba, ubicado al este en la ciudad Río Marina, cuenta con reconstrucciones de ambientes mineros.
Elba es la isla más grande del archipiélago toscano y alberga extensiones de arena fina que rivalizan con cualquier playa del Caribe.
4- Ponza
Ponza es la isla más grande del archipiélago de las islas Pontinas en Italia, ubicada a 33 kilómetros al sur del cabo Circeo en el Mar Tirreno. Es también el nombre de la comuna que se encuentra en la isla y que hace parte de la provincia de Latina en la región de Lacio.
Dicen los que saben, que a ella se llega generalmente en un ferry que navega desde la costa pontina, y que quienes la visitan por primera vez se preguntan por qué esta pequeña isla pasó inadvertida durante tanto tiempo. Es que debajo de las casas de colores brillantes que suben por colinas empinadas, puede apreciarse un complejo de cuevas excavadas en la pared rocosa de la isla, así como un sistema de túneles creado por los romanos hace miles de años.
El clima es netamente mediterráneo, con veranos calurosos y secos combinados con inviernos suaves y lluviosos. Con un puerto deportivo, donde los barcos llevan a los visitantes a las playas en forma de media luna y a las calas secretas para nadar y restaurantes frente a la playa, el océano es una forma de vida en Ponza, lo que hace que sea la escapada preferida para muchos en el verano.
5- Capri
Ideal para un descanso de lujo, Capri fue el lugar favorito de artistas e intelectuales de los siglos XIX y XX. Hoy en día se convirtió en un lugar de recreo de verano para las personas de alto poder adquisitivo.
Eso puede adivinarse por los imponentes yates en los acantilados de piedra caliza y los clubes de playa ubicados sobre las rocas.
Ubicada en la bahía de Nápoles en Italia, es famosa por su paisaje escabroso, sus hoteles exclusivos y el comercio, desde la moda de diseñador hasta el limoncello y sandalias de cuero fabricadas a mano.
Uno de sus sitios naturales más conocidos es la Gruta Azul, una caverna oscura donde el mar brilla con un color azul eléctrico, producto del paso de la luz solar a través de una cueva submarina. Debido a su pequeño tamaño, suele presentarse muy concurrida en los meses de verano, por lo que la recomendación es visitarla fuera de temporada.
6- Isquia
La isla de Ischia es una verdadera joya que visitar en las cercanías de Nápoles. Puede llegarse a ella en ferry y visitarla en un día, aunque si se le dedica más tiempo, podrá apreciarse toda su belleza.
Es una isla rica de bellezas naturales, famosa por sus playas y su emblemático Castillo. Con excelente eno-gastronomía, puede ser visitada por tierra o por mar. Sin duda es un destino obligado si se visita la Costa Amalfitana.
Aquí las aguas termales volcánicas invitan a baños vigorizantes, y las gloriosas playas se llenan de napolitanos de vacaciones cada verano. Ischia, que se hizo famosa gracias a las novelas napolitanas de Elena Ferrante y su adaptación televisiva, es una ciudad muy animada, pero, sobre todo, lo que de ella atrae es que no suele llenarse de turismo (por ahora).
7- Lipari y las Islas Eolias
Es una de las siete islas Eolias, archipiélago volcánico de Italia situado en el Mar Tirreno al norte de Sicilia, en la provincia de Mesina.
Lipari es la mayor isla y el principal puerto del archipiélago, desde el año 2.000 declarado Patrimonio de La Humanidad de la Unesco. Es también la más poblada, con 10.000 habitantes, de los que 4.400 residen en su capital homónima.
La isla se encuentra en un archipiélago de espectaculares acantilados y cañones, excavados a lo largo de los años por erupciones volcánicas. En este rincón de Italia es donde se encuentra el volcán activo Stromboli. Y aunque sus erupciones son frecuentes (un espectáculo de columnas de humo y lava que no debe perderse), el volcán es en realidad un lugar de senderismo muy popular y seguro.
En el extremo noreste de Lipari, se encuentra otra maravilla natural en Cave di Pomice: un cañón de color blanco lechoso hecho de piedra pómez natural que desciende hacia el mar.
8- Prócida
Es una de las islas del Golfo de Nápoles. Por su posición y cercanía se recomienda visitarla desde Nápoles o Sorrento. Conocida internacionalmente gracias a la película El Cartero de Neruda (en italiano Il Postino), dirigida por Massimo Troisi, son muchos los lugares del film que pueden visitarse en la isla.
Prócida puede conocerse en un día o bien dedicarle al menos dos o tres días y recorrerla a pie, en moto, o con los medios de transporte locales. Lo que más impresiona de Prócida son sus casas pintadas en colores pastel, como un mosaico de alegría.
Las calles laberínticas están llenas de vinotecas, cafés y restaurantes, mientras que un puñado de hermosas playas -muchas de ellas de arena volcánica oscura- adornan las costas occidental y sureste de la isla.
Dado que durante el verano es una isla bastante turística, la recomendación es reservar hoteles con antelación o visitarla durante la temporada baja, en primavera y otoño.
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