¿Qué dijeron sin decir? La comunicación no verbal de los precandidatos durante la votación

Tres expertos en comunicación oral y no verbal dieron detalles a Infobae sobre cómo vieron a los principales postulantes en las mesas de elección. Qué demostraron sus gestos, expresiones corporales y las actitudes paraverbales

Los estudios más recientes indican que, del 100% de toda nuestra comunicación, el 55% corresponde al lenguaje corporal, el 38% al tono, velocidad y ritmo de la voz y el 7% restante a las palabras

La comunicación no verbal es la manera en que las personas dan mensajes sin usar el lenguaje hablado ni escrito. Los gestos, las expresiones faciales, las posturas, los sonidos, entre otros también “hablan” y “dicen” cosas. Es muy importante en la comunicación de las personas en general porque puede complementar, reforzar o contradecir el mensaje verbal, y también revelar emociones, actitudes e intenciones.

Según dijo a Infobae, el abogado Franco Pisso, docente universitario de Oratoria Jurídica y certificado en comunicación no verbal por la Universidad Austral y en “Micro Expressions” (micro expresiones) y “Subtle Expressions” (expresiones sutiles) por Paul Ekman Group, “en el escenario político, las palabras pueden ser poderosas, pero hay otro lenguaje en juego que habla más fuerte que las declaraciones verbales: la comunicación no verbal”.

Pisso llamó a prestar atención a las expresiones que no son orales porque “cuando un aspirante a la presidencia se dirige al público, la audiencia tiende a buscar de manera consciente objeciones a su discurso, muchas veces las encuentra y otras tantas, no. Pero la comunicación no verbal termina transmitiendo al inconsciente mucha información ‘no justificada’”.

En ese sentido, dijo que muchas veces las personas dicen de un candidato —o de cualquier persona— “‘no sé por qué, pero no me gusta’; ‘no me cierra’; ‘me genera desconfianza’. Estas son conclusiones que provienen de nuestro histórico, pero poco practicado conocimiento sobre la comunicación no verbal”, subrayó.

Luego de la votación la mayoría de los postulantes se acercaron a dialogar con la prensa (REUTERS/Mariana Nedelcu)

Por su parte, Daniel Colombo, Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional y conferencista internacional, señaló a Infobae que “en este tipo de visiones generales sobre el registro de discursos, la comunicación no verbal y emocional, necesitamos siempre tener en cuenta los contextos”, ya que un acto, un reportaje o el momento de acercarse a una mesa de votación “es un recorte de la realidad”.

“Hay muchas variables a considerar y no sólo lo que percibimos al ver y escuchar: necesitamos entender qué sentimos al ver a las personas públicas. Es ese sentir lo que le da sentido o no a la congruencia que puedan tener, porque inevitablemente están conectadas con las experiencias previas que tengamos respecto a esa percepción”, explicó.

Los candidatos asistieron a votar en su mayoría en las primeras horas luego de abiertas las mesas

Por su parte, Marcelo Sola, especialista en comunicación no verbal, coach ontológico y director de Hcc Integral, recordó, en diálogo con Infobae, que los estudios más recientes indican que, “del 100% de toda nuestra comunicación, el 55% corresponde al lenguaje corporal, el 38% al tono, velocidad y ritmo de la voz y el 7% restante a las palabras”.

Desde las 8, los precandidatos se acercaron a emitir su voto en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en todo el país. Así los vieron en su desempeño no verbal los expertos consultados por Infobae.

Sergio Massa

A Massa se lo vio “cansado”, hablando “con una velocidad más lenta y un volumen más bajo de lo que nos tiene acostumbrados. No mostró efusividad ni entusiasmo, según Pisso

Uno de los dos precandidatos de la coalición oficialista Unión por la Patria, Sergio Massa, fue uno de los primeros dirigentes en llegar a votar, a las 8,30 de la mañana, y tras poner su voto en la urna dialogó con los periodistas en la Escuela EP N°34.

Según la observación de Colombo, Massa, en ese diálogo con la prensa, adoptó una “postura y un mensaje serenos, con tono conciliador. Bajó los decibeles de una contienda agresiva. Erguido, queriendo demostrar liderazgo y fortaleza. Miró en paneo hacia todos los periodistas, queriendo abarcarlos a todos. Es la misma técnica que se utiliza al hablar ante muchísimas personas. Su voz fue dubitativa. Tuvo muchas reiteraciones de palabras que le restaron potencia a lo que dijo. Pareció un discurso un tanto convencional. Bien el incorporar el storytelling (alguna anécdota personal), en este caso la lasagna y que la madre estaba arreglando la cocina. También al pasar el boletín de cómo agendó su día, siempre ligado al concepto de ‘acá hay equipo’ al mencionar las reuniones, etc”.

Para el autor del libro Media-training - Manual práctico para voceros, Massa mantuvo una actitud de “serenidad” transmitió su deseo de ganar “por eso insistió tanto en que la gente vaya a votar, que es el gran dilema de las fuerzas políticas hoy”. Además, “pocas veces detuvo la mirada en alguien; se iba con su mirada hacia los costados, lo que puede significar que está buscando información para decir, o bien, esquivando la mirada de los demás y no enfrentarla”.

Pisso, por su lado, interpretó que a Massa se lo vio “cansado”, hablando “con una velocidad más lenta y un volumen más bajo de lo que nos tiene acostumbrados. No mostró efusividad ni entusiasmo, ni al momento de la foto realizando el sufragio ni tampoco en las palabras que le dedicó a la prensa de manera posterior. El único momento donde se lo ve contento es cuando felicita a quien armó la conferencia de prensa post votación”. En los saludos a las autoridades de su mesa entró “en juego la proxémica (relación del espacio con otras personas) y, en consecuencia, la afinidad que tiene con cada uno de los que la componen”. “A las primeras dos personas les dio la mano, manteniendo una distancia, pero cuando saludó a la tercera persona que componía la mesa, lo hizo con un beso en la frente, algo que culturalmente está asociado a una relación de muchísima confianza y sobre todo, protección. Le toca la cabeza y el cabello y permite un acercamiento, que desde la proxémica se considera ‘íntimo’”, señaló el experto.

Por su lado, Sola vio a Massa “tranquilo, serio, cuidadoso a la hora de hablar en su conferencia de prensa, un tanto nervioso en cuanto a la congruencia entre el lenguaje verbal y el movimiento de sus manos al hablar.

Horacio Rodríguez Larreta

Los expertos dijeron que a Rodríguez Larreta se lo vio algo tenso, pero a la vez con confianza y solvencia

Tal como estaba previsto, uno de los dos precandidatos a presidente por Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta, asistió a votar en la Facultad de Derecho de la UBA pasadas las 10. Se produjo en el lugar un breve tumulto de personas que se encontraban en el lugar, además, de los periodistas. Previamente había asistido a una reunión con dirigentes de su partido, en Tigre.

Para Colombo manifestó una postura y mensaje “serios, con poca sonrisa, parco, pese al mensaje amable e inspirador que deseó transmitir. No coincidió del todo su mensaje con su gestualidad, al menos en el rostro, aludió a conceptos universales como ‘paz, Dios, día de sol’, para señalar la oportunidad de ir a votar”. Según este experto, Rodríguez Larreta, “reconoció, de alguna manera, el desánimo y desconfianza que pueda haber en la ciudadanía frente a toda la clase política”. Tuvo “unas muecas con la comisura de los labios, lo que puede representar cierta molestia, tal vez por las preguntas que le hicieron, tipo bombardeo, al ir a votar; o porque se sintió incómodo en el tumulto. Pese a todo, buscó transmitir ilusión”. Previo a la votación, “en el desayuno de su partido político, se mostró amable, apegado al micrófono (lo tomó casi aferrándose, podía ser para serenarse y afianzar su discurso). Muy bien el gesto de saludar a algunos periodistas por su nombre (esto denotó escucha)”. Su actitud emocional fue de “confianza y solvencia” y su actitud “cauta”.

Sola, por su parte, lo observó “nervioso, tenso con la prensa, queriendo mostrar seguridad, apresurado en su discurso, dejando en claro su postura a la hora de declarar, por momentos subiendo el tono de voz para que nos quedara claro lo que quería expresar. Se apresuraba al hablar, no escuchaba las preguntas, sólo lo que quería dejar en claro”.

Para Pisso, Rodríguez Larreta respondió “en todo momento sin agachar la cabeza, con el mentón arriba y se notó un discurso de lema preparado con antelación con foco en la frase: ‘Vayan a votar’. Lo repitió incontables veces con la idea de producir una fijación en la cabeza de la audiencia. Selectivo al momento de responder preguntas, hizo caso omiso a las consultas sobre la posible ruptura de la veda por parte del radicalismo en la ciudad e igualmente cuando le pidieron un mensaje para Patricia Bullrich, habiendo hecho contacto visual con los periodistas pero decidiendo ignorarlos. Se sorprendió al ver la cantidad de medios que lo acompañan en ese momento y al sentirse tan expuesto e invadido optó por la retirada (acción biológicamente esperada cuando sentimos ansiedad) acompañándolo de un gesto de ‘plegaria’ pidiendo ‘por favor que lo dejaran salir’”. Existió en varias oportunidades una sonrisa falsa dado que no estaba presente la contracción del (músculo) Orbicularis oculi, buscando producir empatía. La comunicación no verbal denotjó que se sentía ganador”.

Patricia Bullrich

Pisso vio a Bullrich “contenta y con mucho trabajo en la imagen pública, desde su maquillaje hasta el uso de la escarapela. Cuando la máquina para votar lo correspondiente a la ciudad no le funcionó, primero se rió y luego se percibió enojo y frustración (Luciano González)

La precandidata a presidente de Juntos por el Cambio Patricia Bullrich puso una cuota de color a la jornada con las dificultades que tuvo al querer emitir su voto porteño, en las máquinas dispuesta a tal fin. Algo que le llevó varios minutos.

Para Sola, a Bullrich “antes de votar se la vió segura, contenta, tranquila, muy observadora del entorno, muy sonriente a la gente del lugar, hasta que se le trabó la máquina de votación. Ahí escuchó y prestó atención a todo el entorno, expectante en el voto. Con la pérdida de tiempo por su voto, no perdió su postura corporal, su emoción. Tuvo congruencia entre lenguaje, la emoción y el cuerpo durante la demora por el inconveniente. Se la notó tranquila al hablar con la prensa, pese que fue muy desorganizada la parte de las preguntas, al querer expresarse correctamente por la cantidad de medios que había a la salida del lugar, de todas formas fue cautelosa, estuvo segura, tranquila y escuchando atentamente a los periodistas y muy medida en su relato verbal”.

Para Colombo la postura y mensaje implicaron para Bullrich, “sin dudas, un desafío por tratarse de una personalidad con rasgos controladores y muy fuertes y dominantes, ya que debió someterse a la eterna espera de tener que votar 8 veces por los inconvenientes tecnológicos”.

“Al principio se mostró seria, inquieta, desconcertada, y luego, se aflojó fluyendo con lo que se presentaba: representado esto en dos gestos, sonrisa (que no es tan habitual en ella) y foto con los técnicos presentes para resolver el problema. Reveló inquietud, por dentro, que se manifestó en un detalle: mirar su reloj; controlar el tiempo; controlar la situación. Al votar tuvo un gesto de triunfo (dos manos arriba). Todo su proceso de votación fué el más desorganizado que se ha visto hasta esta hora en esta votación”.

Luego, agregó Colombo, “los periodistas, mal educados e impertinentes, se gritaban frente a la candidata, sin considerar que se mostró lo más cercana posible. En esas circunstancias, demostró auto-dominio emocional, al esperar pacientemente; y tras largos minutos, pidió que bajaran los micrófonos y las cámaras, y pudo esbozar un par de respuestas rápidas. Bullrich parecía haber entregado el control al malón periodístico. Siendo una de las principales candidatas, y por más cercanía que se deseara mostrar, faltó organización de parte de su equipo. Emocionalmente mostró confianza en sí misma; desconcierto frente a los inconvenientes de todo tipo y una actitud segura”.

Pisso vio a Bullrich “contenta y con mucho trabajo en la imagen pública, desde su maquillaje hasta el uso de la escarapela. Cuando la máquina para votar lo correspondiente a la ciudad no le funcionó, primero se rió y luego se percibió enojo y frustración. Hizo movimientos repetitivos de negatividad con la cabeza (como no pudiendo creer lo que estaba sucediendo). Luego apareció un gesto de desprecio (contracción unilateral de buccinador) en varias oportunidades y la aparición del humedecimiento constante de los labios (reacción propia de ansiedad) hasta que la maquina le funcionó. Aún en la espera, pero después de unos minutos de frustración, recuperó la sonrisa, que pareció ser impulsada por la misma vergüenza que le ocasionó la situación y en las declaraciones con la prensa optó por utilizarlas, indirectamente, para recriminarle la decisión de adoptar una máquina electrónica a Rodríguez Larreta”. Más allá de esto “se vió a la candidata feliz y confiada”.

Juan Grabois

Sola vio a Grabois con “pasajes de nervios y tranquilidad al hablar con la prensa. Fue preciso en lo que que expresó verbalmente, por momentos se lo notó tenso, se lo vió congruente verbal y corporalmente” (Alejandro Pagni/ AFP)

El precandidato a presidente de Unión por la Patria Juan Grabois votó pasadas las 10 en una escuela del barrio porteño de Constitución.

Colombo dijo que el postulante mostró una postura y mensaje “cercano, como un vecino más. Se tomó fotos con la gente al ingresar a votar. Los periodistas lo tuteaban y trataban coloquialmente. Su discurso fue el 80% del tipo emocional; aludió a la ideología que profesa, a la ‘sangre derramada’, a metáforas de un país que (en el otro 20% del tiempo) quiere ayudar a cambiar. De esta forma, el 80% de su mensaje estuvo cargado de significados profundos. Su ideología se coló en cada momento, y no hubo ninguna conexión con la ciudadanía: sólo sus ideas ideológicas, al menos en estas declaraciones, al votar. Apeló a los sentimientos continuamente (al decir, por ejemplo, ‘una Argentina más humana’)”.

Al final de su intervención al señalar las “‘malas energías concentradas sobre mi’”, aparentemente trasmutadas por alguien de Villa Palito, revelaron algo de pensamiento mágico que, de todas formas, acerca a la gente (¿quién no se ha sentido “ojeado” alguna vez?). Su emocionalidad expresó “ideología pura, individual; sin conectar con el pensamiento mayor del rol político, que es la ciudadanía”. Su actitud fue “cercana en su forma; lejana en el contenido”, estimó Colombo.

Por su lado, Sola lo vio con “pasajes de nervios y tranquilidad al hablar con la prensa. Fue preciso en lo que que expresó verbalmente, por momentos se lo notó tenso, se lo vió congruente verbal y corporalmente”.

Javier Milei

Milei se mostró más peinado de lo habitual y menos explosivo en su discurso (Ariel Torres)

Respecto del postulante a la presidencia de la Libertad Avanza, Pisso lo observó “muy tranquilo, manteniendo la calma inclusive cuando estaba siendo completamente cercado por la prensa. Manifiestó la expresión de ‘asco’ cuando hacía referencia a las demoras referentes a las elecciones desdobladas de CABA, pero sin perder el eje ni enojarse abiertamente con nadie, en su lugar mostró resignación y en varias oportunidades desprecio hacia la situación con la contracción de buccinador” (músculo de las mejillas).

Colombo observó una “postura y mensaje más cercano a un influencer, que a un candidato de peso. Se tomó fotos con fans, hizo saluditos con la mano a pedido de sus seguidores, etc. Estuvo muy amable con los fans; serio al principio con el periodismo, luego se distendió. Más peinado que de costumbre (simboliza que se cuidó para esta instancia), menos ‘tirabombas’ o explosivo como en sus declaracioes habituales. Este tono más cercano a lo que posiblemente es en la realidad, fuera de los medios y mitines políticos, lo favorece porque le da calidez a la persona y a su mensaje”. Se vio “un Milei más cuidado, más auténtico probablemente que el personaje mediático, emocionado por el momento, es lo que denotó luego de votar. Tuvo una actitud confiada y expectante”.

En tanto, Sola vio al candidato de la Libertad Avanza “cuidadoso, tranquilo en la hora de hablar con la prensa, descontracturado en su vestimenta, aplomado en lo que dijo y en la forma que lo hizo, se lo notó congruente entre el lenguaje verbal y el lenguaje corporal, se lo vio sereno, firme en su acto discursivo”.

Alberto Fernández

El presidente mostró agotamiento y seriedad, dijo Colombo (Luciano González)

El presidente votó pasadas las 10 en la sede de la Universidad Católica, en Puerto Madero. El equipo de comunicación del Gobierno preparó una transmisión en vivo para mostrar su participación en las urnas y sus palabras posteriores con la prensa.

Para Colombo el jefe de Estado mostró un “mensaje y una postura de inseguridad de extremo agotamiento, muy serio. Tuvo poca claridad en la dicción con un mensaje ‘políticamente correcto’. No aportó nada interesante. Se lo notaba como obligado a decir algo por su rol presidencial, pero sin haber pensado o elaborado estos mensajes. En este sentido, puede inferirse cierta espontaneidad (¿o falta de coordinación en un momento clave y situación tan compleja del país?) De allí que, al promediar, dijo “Y bueno...” (como no sabiendo qué decir). Tuvo muchas expresiones que no aportaron a construir un mensaje consistente, como cuando incluyó muletillas como “nada..., no, no, no’. Incluso señaló con el dedo y agregó: ‘No vale’, al responder una pregunta”. Emocionalmente se mostró con “desgano” y con una actitud como simplemente “cumpliendo un rol”.

Cristina Fernández de Kirchner

Cristina Kirchner votó en Río Gallegos, tras hacer una cola de una hora y 25 minutos

La vicepresidenta, quien en esta elección no se postula a ningún cargo, votó en Río Gallegos.

Colombo señaló una postura y mensaje por parte de la expresidenta acorde con su edad, “un poco hacia abajo, metida para adentro. Preparada para la cámara y fotos. Intentó mostrarse como una ciudadana más. Sonrió mucho más de lo que habitualmente lo hace en cualquier situación pública, incluso mucho más que en sus intervenciones partidarias. Hizo gestos de saludo con la mano, que buscaron expresar su deseo de caer bien, de buscar cierta aprobación de “todos y todas”, como se esmeró en enfatizar, al igual que Alberto Fernández. Elípticamente lanzó ciertas críticas a la organización, porque debió aguardar 1,25 hora para votar”.

Luego, hizo una “declaraciones de nostalgia, con una catarata de recuerdos de décadas atrás. Esto puede significar, desde lo discursivo, que buscó generar empatía a partir de su propia experiencia personal, mostrar los años que hace que está en la política y que reside en la capital santacruceña, cuando mencionó: ‘vinimos a Río Gallegos en 1976′″. Luego marcó que estaba viviendo “un día de ‘muchas emociones’, sin especificar a qué se refería, más allá de ese panorama de nostalgia. Se mostró tranquila y afable, dos estados en los que no se la suele ver en sus apariciones públicas”. De esta forma, Colombo interpretó que Cristina Kirchner estuvo emocionalmente “amable” con una actitud “cercana a la gente, cuidadosa en sus expresiones, cauta, un poco reticente a decir algo profundo para la gente, salvo su mirada introspectiva, que fue de lo único que habló. Esto es un rasgo suyo habitual en lo discursivo”.

Sola señaló que, “antes de entrar a votar, a Cristina se la vió tranquila, conversando con las autoridades de mesa, simpática y comunicativa. Posterior a votar se la vio tranquila, simpática y agradable con la prensa, su lenguaje verbal y corporal se notaron congruentes, buscó complicidad con algunas personas de los medios de comunicación al hablar acerca de que algunos candidatos que supuestamente no hicieron cola para votar, pero a modo irónico y chistoso y a la vez haciendo notar la empatía en su acto discursivo y lenguaje corporal”.

Luis Petri

A Luis Petri se lo vio sonriente, aunque algo sobrepasado por la cantidad de periodistas que centraron su atención en él durante la votación

El compañero de fórmula de Patricia Bullrich, Luis Petri, votó temprano en una escuela del Departamento San Martín, en Mendoza.

Según Colombo tuvo una actitud “erguida, sonriente, un poco sobrepasado por la cantidad de periodistas (mayoritariamente de su provincia) que le preguntaban al mismo tiempo. Dio un mensaje esperanzador, claro y simple. Se lo percibió llano y sincero en su expresión, con gestos concordantes con lo que decía, es decir coherente, algo relevante en este tipo de situaciones”. Emocionalmente mostró “entusiasmo y cautela” y una actitud “afable, cercana a los periodistas”.

Gerardo Morales

Gerardo Morales asistió a votar junto a su esposa, Tulia Snopek, y la pequeña hija de ambos

Gerardo Morales, gobernador de Jujuy y precandidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio en la fórmula de Horacio Rodríguez Larreta, asistió a votar antes del mediodía, en una escuela de la ciudad de San Salvador de Jujuy.

Fue acompañado por su esposa, Tulia Snopek, y la pequeña hija de ambos, a quien alzó en varios momentos mientras esperaba y al retirarse del lugar.

A Morales se lo vio algo “nervioso, tomado de la base del micrófono, buscando seguridad, pero a la vez hablando con tranquilidad, pausado, cuidadoso, con un lenguaje corporal tenso, quiso mostrarse seguro en su discurso”, dijo Sola.

Martín Lousteau

Lousteau llegó temprano a votar. Procuró mostrarse como una persona común

El precandidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de Juntos por el Cambio, el radical Martín Lousteau, se mostró “erguido, joven y con ganas”, puso el toque de cotidianidad en su discurso al contar que llevó a las autoridades de su mesa “medialunas y churros”, dijo Colombo. Esto “significa que quiere hablar en forma simple, como cualquier otra persona. Se dispersó un poco cuando los periodistas le hacían varias preguntas juntas (la recomendación siempre es elegir una de esas preguntas, hacer foco en quien le pregunta y responder); es decir, no pretender abarcar todo en esas entrevistas por asalto de muchos periodistas juntos”.

Además, “su discurso incluyó algunos slogans como al comienzo; frases armadas que fueron parte del articulado de su campaña”, señaló Colombo. El candidato se expresó sin temor a “mostrarse como una persona común”, al hablar sobre su perra, a la que sacó a pasear antes de ir a votar, de su pareja, la actriz Carla Peterson, que iría a emitir su voto luego, dijo, cuando él llegar a cuidar de su hijo, Gaspar, y al revelar que almorzaría con amigos y la familia. “Sobre el final, reforzó su fortaleza: las propuestas (“peinamos cada barrio”, dijo) y las mencionó. Habló de su intención de trabajar sobre propuestas y no de abstracciones´”. Asimismo, se manifestó “optimista en su postura corporal, en una sonrisa fresca con el brillo de sus ojos achinados cuando sonríe” y transmitió una sensación de “entusiasmo; dinamismo y frescura”, dijo el experto.

Sola, en tanto, interpretó que a Lousteau “se lo vio simpático, abierto a la prensa, más conversador que de costumbre, ansioso, muy comunicativo”.

Jorge Macri

El precandidato a jefe de Gobierno de Juntos por el Cambio llegó al instituto Lenguas Vivas, su lugar de votación, con facturas para las autoridades de mesa (Nicolás Stulberg)

El candidato del PRO, en la alianza Juntos por el Cambio, a Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, emitió su voto en la escuela Lenguas Vivas. Allí llegó solo y comentó que regresaría a su casa para acompañar a su esposa, la periodista María Belén Ludueña a emitir su voto.

Sola dijo haber visto al postulante porteño “seguro y prolijo a la hora de expresarse, escuchó atentamente las preguntas de los periodistas, se lo vio seguro en su discurso, por momentos se apresuró para responder, dejando claro lo que quiso expresar. En la fila de la votación se lo vió observador, seguro, expectante”.

Colombo lo vio “espontáneo” con un actitud corporal “natural” vestido con “ropa de ‘domingo’, cómoda, de colores neutros” cuidando su “proxemia (distancia física) con las personas con las personas en el recinto de votación. Se mostró afable y ‘casero’, como un vecino más”. También manifestó un “mensaje que mostró sentido de unidad, independientemente del resultado (“Vamos a estar todos juntos”). Sonrió, miró a los ojos “dos gestos que denotan empatía y búsqueda de conexión con las personas. Miró a los ojos a los periodistas; se permitió alguna chanza con ellos lo que significó que quiso distender el tono de preguntas que puedan ser complejas”. En lo emocional expresó “cercanía y empatía”, con una “actitud abierta, receptiva y relajada, luego de la intensidad de la campaña previa de las PASO”.

Axel Kicillof

Kicillof llegó a votar acompañado de su esposa (Aglaplata)

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien se postula para la reelección, votó en La Plata, adonde llegó acompañado por su esposa, Soledad Quereilhac. Arribó caminando la última cuadra, tomado de la mano de su mujer, con las facturas de rigor para las autoridades de mesa, que un colaborador le alcanzó apenas ingresar. Saludó con un beso y se mostró relajado compartiendo un mate mientras aguardaba su turno de votación.

Sola consideró que a Kiciloff “se lo pudo ver con un tono de voz de duda e incertidumbre, inquieto, movilizado pero cuidadoso en su discurso. Caminando por la calle, se lo vió espontáneo, natural, ni tenso ni nervioso, un ciudadano más caminando seguro con su esposa”.

En tanto, Colombo observó una “situación armada” en su postura y mensaje, “sin dejar que el periodismo lo rodee. Usó muchas muletillas al hablar; palabras repetidas, que parecen no darle consistencia a su mensaje. Miradas hacia arriba (puede significar que está buscando información en su mente para ver qué decir): ‘Jornada fría, pero importante’, por ejemplo, que es una curiosa construcción de frase, donde puede expresar también lo frío que pareció su mensaje al momento de votar”. No hubo “ninguna mención de la situación del país” en sus palabras lo que puede mostrar cierta “distancia y disociación con la realidad”.

Diego Santilli

Diego Santilli votó en Tigre. Llegó acompañado por su esposa, Analía Maiorana (Franco Fafasuli)

El precandidato a gobernador bonaerense por Juntos por el Cambio Diego Santilli votó cerca del mediodía en una escuela de Tigre.

Mostró allí, según Colombo, una “postura y mensaje serios, también cercanía con su esposa (fue tomado por las cámaras de lejos, llegando de la mano). Llevaba un gesto serio y adusto, en su actitud corporal bien parado, erguido, lo que significa que estaba disponible, con una corporalidad fuerte, y a su vez, abierta a escuchar las preguntas y a responder. Rápido de respuesta, hilvanó lo último de las preguntas con su respuesta, esto significa que conecta con el/la periodista. Es un hombre habilidoso para transmitir mensajes clave de su fuerza política”. En lo emocional manifestó “confianza” y en su actitud seguridad, experiencia y solvencia.

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