Sarah Ferguson, conocida cariñosamente como “Fergie”, es una figura carismática y polifacética que ha dejado una impronta en la realeza británica. Nacida el 15 de octubre de 1959, Sarah se convirtió en la duquesa de York al casarse en 1986 con el príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II. Aunque técnicamente nunca ostentó el título de princesa, su singular personalidad, genuina cercanía con el público y su dedicación a obras benéficas han hecho de ella una querida figura pública.
La relevancia de Fergie en la realeza británica se manifiesta a través de ser la orgullosa madre de dos princesas: Beatriz y Eugenia. Es así que su formación y experiencia la han convertido en una autoridad en cuanto a la etiqueta y los modales que un miembro de la realeza debe observar.
Recientemente, en un episodio de “Tea Talks With The Duchess & Sarah,” un podcast que comparte con la empresaria Sarah Thomson, Ferguson divulgó recomendaciones de etiqueta y comportamiento, inspirados en sus vivencias dentro de la familia real. De este modo, los oyentes pudieron acceder de primera mano al exclusivo mundo de la realeza, donde cada gesto, palabra y postura adquiere una relevancia trascendental.
Moverse y actuar como la realeza
De acuerdo a lo reconstruido por Vanity Fair, Ferguson sugirió: “Siempre les digo a mis hijas que cuando estén en el escenario público, sonrían. Si no quieres ser cortés, no salgas al escenario público, porque nadie quiere ver a una princesa gruñona. Creo que lo más importante es que tienes que empezar a jugar y a sonreír”.
Durante el programa, la duquesa de York destacó la importancia de la elegancia y la cortesía en cualquier contexto, resaltando la forma en que esas cualidades son esenciales para cultivar una imagen positiva frente a los demás.
“Depende de en qué país te encuentres, hay muchas culturas diferentes, de las que siempre debes ser consciente, y eso me encanta. Por ejemplo, si estás en el Downton Abbey británico, llegas a un punto en el que dices: ‘Un segundo, ¿podrías mantener ese pensamiento porque tengo que ir a ver a Fred allá porque tengo que darle una oportunidad?’. Y cuando la persona con la que estás hablando ha pasado al siguiente tema, se ha olvidado de que ibas a volver para contarle algo sobre el tal Fred”.
Además de sus reflexiones sobre la etiqueta, Sarah Ferguson brindó cautivadoras anécdotas sobre su vida en la realeza, dejando entrever detalles íntimos de su trayectoria. Estas historias personales añadieron un toque cercano y humano a la nobleza, recordándonos que detrás del prestigio y el esplendor, hay seres humanos con vivencias y aprendizajes propios.
“Tea Talks With The Duchess & Sarah” se ha convertido rápidamente en un fenómeno cultural, atractivo tanto para entusiastas de la realeza como para aquellos interesados en la etiqueta y la sofisticación social. La co-presentación de Sarah Ferguson junto a la empresaria Sarah Thomson ha demostrado ser una combinación exitosa, enriqueciendo cada episodio con sus perspectivas y conocimientos únicos.
Llegar a una reunión social y que se note
“Lo que hay que hacer en algunos casos es cruzar la puerta, entrar muy fuerte y caminar alrededor de la habitación. Harás tanto ruido que la mayoría de la gente dirá: ‘Oh, Dios mío, es tan fuerte’. Luego te vas después de cinco minutos, por lo que el anfitrión y todos dirán: “Oh, no vi a Sarah esta noche”. Y todos en la sala dicen: “Oh, bueno, en realidad sí lo hicimos’”.
Semanas atrás, una noticia conmocionó a los seguidores del programa: un portavoz de Ferguson comunicó que había sido diagnosticada con cáncer de mama y que se encontraba en proceso de recuperación tras someterse a una delicada cirugía. Al día siguiente, las dos mujeres que conducen el podcast lanzaron un episodio previamente grabado en el que Ferguson detalló el momento en que recibió el diagnóstico, revelando que la detección del cáncer ocurrió durante una mamografía de rutina que estuvo a punto de omitir.
“Es muy importante que hable sobre eso, sobre el cáncer. Le digo a la gente porque quiero que todas las personas que escuchen este podcast se hagan un chequeo, se hagan la prueba y revisen”, advirtió la duquesa de York, que se distanció de la familia real tras divorciarse en 1992 del príncipe Andrés.
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