Como si de una metáfora de la vida misma se tratara, las mujeres eligen cargar menos sus bolsos o carteras de mano e ir más livianas a medida que pasan los años.
Así, al igual que con el paso del tiempo suelen seleccionarse mejor las amistades, los trabajos o, simplemente, se prioriza dedicar tiempo a lo realmente importante, algo similar sucedería con lo que se escoge llevar en la cartera.
Así lo consideró en diálogo con Infobae la diseñadora Lila Juan, quien afirmó: “En la mujer, la cartera es un statement”. “A medida que pasan los años, elegimos los esenciales y las amantes de la moda cuidan que ese objeto de deseo comunique exactamente quiénes son”, comentó la creadora de Flâneur, que se caracteriza por el diseño exclusivo de clutches de autor.
“Comparto el pensamiento de priorizar sentirse más liviano al llevar o usar carteras más pequeñas a medida que vamos madurando”, dijo la diseñadora Patricia Profumo a Infobae. ”Creo que la razón es simplificarse, usar lo indispensable y, así, portarlo en pequeñas carteras o sobres que nos identifiquen”, agregó.
“Si usamos carteras grandes -siguió Profumo- es inevitable llenarlas con cosas que no serán útiles en lo inmediato. Será para rejuntar objetos que bien podemos guardar antes de portarlos. Y por supuesto es primordial andar más sueltas. Creo que, a medida que van pasando los años, vamos decidiendo ir soltando y viajar por la vida más livianos: eso es sabiduría”.
En tanto, Patricia Doria, diseñadora de indumentaria y directora del Área Moda de la Universidad de Palermo, conversó con Infobae y aportó: “Más allá de ser una moda, lo cierto es que si bien las carteras van siendo cada vez más pequeñas, se necesita una para los distintos momentos del día y después el gran bolso para ir cargando durante todo el día”.
En un reportaje con The Wall Street Journal Ikram Goldman, fundadora de su boutique homónima en Chicago, dijo que “a medida que envejecemos, el bolso se vuelve más liviano”. Con ella coincidió Arielle Siboni, directora de moda femenina de Bloomingdale’s, quien observó que la generación X y los boomers buscan bolsos estructurados que estén “pre organizados” (es decir, que tengan bolsillos). Y opinó: “Después de cierto punto, sólo se lleva lo esencial”.
Una cartera para cada mujer, según la edad
“La cartera es el accesorio perfecto para comunicar quiénes somos, nuestro sentido estético, nuestra pertenencia social y hablamos a través de ella. A los 20 años la cartera es un objeto útil, tipo bandolera, o mini bag, con bolsillos para llevar muchas cosas”, definió Juan.
Y continuó: “En cambio a los 30, ya se convierte en una tote, donde podemos cargar computadoras, y otros elementos que acompañen un día laboral. A los 40 tenemos un estilo más definido, sabemos lo que nos gusta, qué nos queda bien, quizás optemos por una cartera atemporal y de buena calidad, ya que solemos llevar menos cosas”.
“A medida que pasan los años, elegimos los esenciales -un rouge, llaves y una tarjeta de crédito- y las amantes de la moda cuidan que ese objeto de deseo comunique exactamente quiénes son. Con el transcurso del tiempo, las mujeres se sienten más seguras, saben lo que quieren y no tienen miedo en mostrarlo. Por eso a partir de los 60 años, se ve una tendencia a comprar productos realizados a mano, con materiales nobles, y de buena calidad”, agregó la creadora de Flâneur.
En ese tono, Doria repasó el origen de la cartera en la historia: “La cartera -o contenedor, como se llama- surgió en la Edad Media, era un tipo de bolso que se llamaba escarcela, y la usaban únicamente los hombres para llevar el dinero del comercio. Las mujeres no usaban nada porque la realidad es que no trabajaban ni manejaban dinero por lo que no las necesitaban, acorde al uso que se le daba en aquel tiempo”.
Y tras destacar que “el desarrollo de la cartera en la mujer comenzó a darse cuando el hombre empieza a eliminar objetos e ir cada vez más simple”, Doria remarcó que “la mujer comenzó a cargar cada vez más objetos”.
Sin embargo, la experta en moda no coincidió del todo con la hipótesis planteada en esta nota. Para ella, “es cierto que entre los 20 y los 30 la mujer lleva un montón de cosas porque trabaja, va a la universidad y carga con lo que necesita para todo el día”.
“Llevamos incluso cosas para cambiarnos si necesitamos, o sea la cartera empieza a ser cada vez más grande -analizó Doria-. Pero debido a que la mujer extendió su vida útil en el mercado laboral, sucede que arranca el día muy temprano y sigue necesitando un bolso que la acompañe en sus múltiples actividades”.
Edades y realidades
Por su parte, el periódico estadounidense entrevistó a cuatro mujeres de diferentes edades, que dieron fe de la tendencia. Madeline Bach tiene 27 años y es fundadora de Frosted Hag Custom Cakes. Rara vez sale sin una bolsa llena de marcadores, aspirinas, lápiz labial y otras misceláneas. “Cargo mucho todo el tiempo. Tengo miedo de olvidar algo”, dijo, al tiempo que reconoció que los bolsillos interiores y externos de los bolsos la ayudan a organizar el caos de sus pertenencias.
La estilista de Nueva York Gabriella Karefa-Johnson, de 31 años, se describe a sí misma como una “sobrecargada”. Por lo general, lleva tres pares de gafas de sol y “14 cargadores de teléfono”. María McManus es una directora creativa de 45 años y suele llevar en su cartera lápiz labial, protector solar, un cuaderno o anotador, su computadora portátil, y perlas ojo de tigre que le regaló una amiga cuando inició su negocio. Asegura que es una piedra poderosa que trae coraje y protección.
En tanto, la empresaria de moda Linda Rodin, de 75 años, preferiría definitivamente no usar cartera. No porque no le gusten, de hecho contó que “solía comprar bolsos todo el tiempo”, sino porque detesta cargar con peso extra. “Necesito una cartera para ciertas cosas, como lápiz labial, espejo y cosméticos”, admitió. Para ella, la increíble ligereza triunfa sobre los abundantes bolsillos.
En ese sentido, la diseñadora de Flâneur señaló que “como diseñadora de clutches me gusta observar como las mujeres eligen diferentes estilos de acuerdo a su personalidad, ellas van desde la rusticidad de la raffia, los trenzados a mano realizados artesanalmente a brillos furiosos expresados en cristales y strass”.
Desde otra perspectiva, Patricia Doria ejemplificó que en la película Sex and the City, “Carrie ya no lleva una cartera, lleva dos o tres bolsos uno encima del otro. Más allá de ser una moda, lo cierto es que si bien las carteras van siendo cada vez más pequeñas, se necesita una para los distintos momentos del día y después el gran bolso para ir cargando durante todo el día, y esto en mi opinión se extiende hasta los 60 años”.
“Podría entenderse que a los 70 años, cuando ya no trabaja, una mujer no lleve más que la llave, la billetera y el celular”, sostuvo la diseñadora, al tiempo que reflexionó que “una mujer de 50 años en la sociedad actual está tan activa como una de 30 de hace un tiempo”.
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