“Ahora me he convertido en la muerte, destructora de mundos,” son las palabras más famosas que se le atribuyen a Robert Oppenheimer en el momento en que fue testigo de la primera explosión atómica de la historia, el 16 de julio de 1945. La cita del texto sagrado hindú Bhagavad-gītā alude al arrepentimiento que el físico sintió al entender las consecuencias que su creación podía causar a la humanidad.
Antes y después, otros científicos tuvieron esa misma impresión, y actualmente una conversación pública similar surge alrededor de la inteligencia artificial. Después de todo, un martillo puede servir para construir una casa o para matar a una persona: depende de cómo se lo emplee.
Aunque es evidente que la bomba atómica o el agente naranja sólo podían ocasionar estragos, otros inventos, enfocados a actividades humanas de otra naturaleza, han decepcionado a sus autores por el uso que se les dio. Es el caso de hitos trascendentales de la cultura como la televisión y las redes sociales.
La energía atómica, el transporte aéreo y la ingeniería bioquímica han tenido una aplicación bélica. Debido a esto, los inventores y los científicos que vivieron lo suficiente para observar el desempeño de sus aportes hicieron críticas y mostraron su desaprobación. Incluso, en algunos casos recientes como Facebook, advirtieron sobre las consecuencias negativas del abuso de sus invenciones.
Las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki
El nombre de Oppenheimer está estrechamente asociado con la creación de la bomba atómica debido a su participación en el Proyecto Manhattan, cuyo fin era desarrollar esta arma de destrucción masiva. El 16 de julio de 1945 el físico logró su cometido en la operación Trinity, realizada en Nuevo México. Un par de semanas después, el 6 de agosto de ese mismo año, el gobierno de Estados Unidos bombardeó Hiroshima en Japón, y Nagasaki el día 9.
En una entrevista recuperada por ABC, Oppenheimer expresó su pesar en 1946, un año después de la primera detonación exitosa de la bomba. Afirmó que, si bien su intención original era ayudar a poner fin a la Segunda Guerra Mundial, se había convertido en la muerte del mundo moderno.
Oppenheimer lamentó profundamente las consecuencias destructivas y el peligro continuo que la bomba atómica representaba para la humanidad. Por eso, se pronunció a favor del control de las armas nucleares cuando se desempeñó como asesor de la Comisión Energía Atómica de Estados Unidos, desde 1947 a 1952.
Orville Wright y el uso bélico del avión
La aviación, promovida e inventada por los hermanos Orville y Wilbur Wright, ha tenido consecuencias positivas en la tecnología y el transporte social. Sin embargo, Orville lamentó antes de su muerte la forma en que las potencias mundiales usaron su aporte. En un artículo de Univision se cita una entrevista en la que expresó su arrepentimiento por cómo se había utilizado el avión con fines militares.
Desde 1903, los Wright lograron realizar el primer vuelo de una aeronave funcional. Intentaron promover las buenas prácticas de la aviación y la seguridad, pero en 1906 vendieron su invento al ejército estadounidense para que fuera replicado. Desde ese primer encuentro con la fuerza militar, Orville comenzó a sospechar del uso que darían a estos medios de transporte, y confirmó sus teorías luego de la Segunda Guerra Mundial.
Si bien reconocía las aplicaciones positivas del avance, lamentaba profundamente el papel que desempeñó en la guerra y el sufrimiento humano asociado con ello. Escribió una carta dirigida al Comité de Producción de Aviones en la que expresaba su preocupación por el uso bélico de los aviones. Antes de morir en 1948, confesó haber compartido con su hermano la esperanza de inventar algo que trajera paz al mundo pero se había equivocado.
El agente naranja en la guerra de Vietnam
El invento de Arthur Galston, considerado el padre del agente naranja, también quedó atrapado en la guerra y sus consecuencias. En un artículo de la revista Muy Interesante se citan las palabras que pronunció el biólogo estadounidense respecto al papel militar que tuvo el producto que había creado pensando en mejorar la agricultura: “Fue un mal uso de la ciencia”.
El investigador descubrió que el ácido triyodobenzoico estimulaba el cultivo de la soja. Pero durante la guerra de Vietnam, de 1955 a 1975, se tomó como base este componente para crear el agente naranja, el herbicida usado para exterminar la maleza en la que se ocultaban los miembros de la guerrilla del Vietcong. Debido a la dioxina, ingrediente tóxico de la fórmula que puede sobrevivir durante décadas, al menos 100,000 niños de la zona nacieron con discapacidades físicas e intelectuales.
La preocupación de Galston sobre el agente naranja lo llevaron a declarar que el mal uso de la ciencia en la industria militar es desaconsejable. También hizo una llamada de atención para futuros inventores sobre la importancia de considerar cuidadosamente las implicaciones de sus creaciones, según BBC Mundo.
Kamran Loghman y el spray de pimienta
Los dispositivos de gas pimienta fueron creados en 1960. El propósito era usarlos contra los perros que perseguían a los carteros del servicio postal de Estados Unidos (USPS) en sus actividades cotidianas. Cuando el invento rindió frutos, la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) desarrolló más de estas herramientas en colaboración con su creador, Kamran Loghman, durante la década de 1980.
Con los años, el uso cambió y Loghman expresó su arrepentimiento por haber creado este spray. En una entrevista con Democracy Now!, declaró que su invento nunca tuvo el objetivo de ser usado contra manifestantes pacíficos, como ocurrió en una manifestación en Wall Street durante 2011 y como sucede en muchos países de manera habitual.
El inventor compartió su preocupación por el uso excesivo y abusivo que la policía hace del spray de pimienta en situaciones injustificadas. Aunque su intención original era proporcionar una herramienta de defensa personal, Loghman considera que en la actualidad el producto se convirtió en una fuente de controversia.
Alfred Nobel y la dinamita
Químico, ingeniero, escritor e inventor sueco, Alfred Nobel es recordado por haber creado la dinamita y por haber dejado el fondo millonario que sirve de financiamiento para los premios a las ciencias y las artes que llevan su apellido. Según quienes lo conocieron, Nobel también pensó en los reconocimientos para aliviar el malestar que le causaba su invento más conocido.
Aunque Nobel nunca expresó su arrepentimiento públicamente, su reconocimiento de los efectos devastadores de la dinamita y su esfuerzo por fomentar la paz son testimonio de su cambio de perspectiva. La historia de la invención de este explosivo, además, se relaciona con una tragedia familiar: en 1864 su hermano menor y otras cuatro personas murieron debido a un estallido en la fábrica donde Nobel trabajaba con su padre. Este hecho lo impulsó a crear un método seguro para manipular la nitroglicerina, que se convirtió en la dinamita alrededor del mundo.
La televisión, de la cultura al ocio
Philo T. Farnsworth fue un inventor que demostró su genialidad desde los 14 años, cuando descubrió las bases de la televisión electrónica, según ABC. En 1927, a su edad adulta, hizo realidad su invento y lo construyó con la esperanza de contribuir al proceso de aprendizaje en la cultura. Esperaba que las personas conocieran más de su cultura e historia a través de las transmisiones, a las que entendía como una herramienta de educación.
Sin embargo, en 1971, hacia el final de su vida, comprobó que la televisión estaba lejos de ser lo que había anticipado. Farnsworth se manifestó preocupado por cómo su invento se había convertido en una fuente de manipulación y desinformación. Lamentaba que las personas invirtieran una cantidad importante de tiempo en el ocio frente a la pantalla.
Sean Parker, cocreador de Facebook
Accionista de Spotify y cofundador de Napster, Sean Parker es más conocido como el cocreador de Facebook que reconoció que las redes sociales son adictivas. La abuela de las plataformas ha generado numerosas controversias debido a los efectos psicológicos que tiene en los usuarios, el más destacado de ellos la reducción del autoestima en los jóvenes y la necesidad de más y más permanencia por temor a perderse algo.
Parker retomó estas acusaciones durante su participación en una charla en 2017, en la que expresó su inconformidad por cómo Facebook se diseñó originalmente para explotar vulnerabilidades en la psicología humana y generar adicción. El antiguo miembro directivo de la red social de Meta reveló su preocupación por el impacto negativo de las plataformas en la salud mental y el bienestar de las personas.
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