Fatiga cognitiva: cuatro consejos de la neurociencia para combatir el agotamiento mental

En exclusiva para Infobae, Ineco brindó una serie de acciones para manejar de manera efectiva las consecuencias de este problema, que incluyen desde dificultades para concentrarse y falta de memoria, hasta irritabilidad y reducción de la productividad

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La presencia de algunas enfermedades o condiciones médicas tales como depresión o ansiedad pueden producir fatiga mental
La presencia de algunas enfermedades o condiciones médicas tales como depresión o ansiedad pueden producir fatiga mental

Con las demandas y responsabilidades del mundo actual, las consecuencias de la fatiga cognitiva en la vida diaria son cada vez más evidentes. También conocida como fatiga mental, se manifiesta como un estado de agotamiento que perjudica los procesos cognitivos, tales como la atención, la memoria y la toma de decisiones. Por lo tanto, conocer estos efectos es crucial para optimizar el rendimiento y el bienestar de cada una de las personas.

Existen varias razones por las cuales se puede sufrir fatiga mental, por ejemplo: un trabajo cognitivo intenso, estrés crónico, falta de sueño o mala calidad del mismo, y la presencia de algunas enfermedades o condiciones médicas, tales como la depresión y la ansiedad, entre otras.

“Una de las consecuencias más significativas de la fatiga cognitiva es la reducción de la productividad. Cuando se presenta el agotamiento mental, se vuelve cada vez más difícil concentrarse, mantener el enfoque y rendir al máximo. Las tareas simples, que solían requerir un esfuerzo mínimo, comienzan a tomarnos más tiempo, mientras que las más complejas se vuelven obstáculos abrumadores o inalcanzables”, explica la licenciada Eugenia Becciu, miembro del Departamento de Neuropsicología de INECO.

Es importante recordar que la fatiga cognitiva puede ser temporal y combatir sus efectos requiere un enfoque proactivo y un compromiso con el autocuidado
Es importante recordar que la fatiga cognitiva puede ser temporal y combatir sus efectos requiere un enfoque proactivo y un compromiso con el autocuidado

La toma de decisiones es otro aspecto que se ve implicado también por la fatiga cognitiva, el cual se manifiesta como un efecto secundario. Este déficit de recursos cognitivos dificulta la evaluación de las opciones necesarias, lo que lleva a tomar decisiones impulsivas o desacertadas. La fatiga, a su vez, impide el funcionamiento normal de los procesos de memoria, como la codificación y el recuerdo, lo que dificulta recordar detalles importantes, nombres o fechas, pudiendo afectar el rendimiento laboral, la formación académica e incluso las actividades cotidianas como, por ejemplo, hacer una lista de compras.

A su vez, la licenciada Becciu agrega: “Más allá de los efectos cognitivos, el bienestar emocional de las personas también se ve afectado por la fatiga cognitiva, dado que la misma puede aumentar los sentimientos de ansiedad, estrés, irritabilidad, susceptibilidad, disminución del entusiasmo y motivación, entre otros. Cuando la mente está agotada, es más difícil afrontar diversas situaciones y gestionar adecuadamente las preocupaciones” .

Es importante recordar que la fatiga cognitiva puede ser temporal, y combatir sus efectos requiere un enfoque proactivo y un compromiso con el autocuidado. A continuación, la experta comparte algunas sugerencias para manejar las consecuencias que puede tener la fatiga cognitiva en nuestra vida diaria:

La implementación de estas sugerencias en la vida diaria pueden ayudar a manejar de manera efectiva las consecuencias de la fatiga mental y promover una función cognitiva óptima.

Si la fatiga cognitiva persiste o interfiere significativamente en la vida diaria, es recomendable consultar a un médico para que pueda realizar una evaluación y orientarnos de manera adecuada.

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