La relación entre la reina Cleopatra de Egipto y Marco Antonio, militar romano, fue una de las más famosas y trágicas de la historia. Se conocieron en el 41 a.C. y entablaron una relación amorosa y política. Juntos enfrentaron a Octavio, que aspiraba a ser el único gobernante de Roma, quien los derrotó en el 31 a.C. y al año siguiente invadió Egipto. Entonces, desesperados y pensando que serían capturados, Marco Antonio y Cleopatra se suicidaron. Dejaron 3 hijos y el Antiguo Egipto a merced del Imperio Romano.
¿Qué tiene que ver esta historia con el tema de hoy: la desinformación en la web? Que Octavio consiguió el aval de la ciudadanía romana para derrotar a su contrincante y quedarse con todo el poder como el primer emperador de Roma, bajo el nombre de Augusto, porque antes había destruido la reputación de Marco Antonio mostrándolo como un “lacayo de Cleopatra absorbido por el lujo oriental”. Esto no era más que una “fake news” de la antigüedad, las que por entonces se transmitían en las asambleas populares, o a través de canciones, que se usaban como una suerte de megáfono para difundir ideas, propuestas de ley, anuncios, y por supuesto, rumores malintencionados y ataques políticos entre la población .
Este ejemplo es sólo uno porque, como dice Francisco Pina Polo, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, la difusión de noticias falsas existió siempre y lo único que cambió es la forma en que son publicadas. Actualmente, el uso de las redes sociales y otros medios en la web, o de mensajería instantánea, hacen que lleguen a un público mucho mayor y en tiempo real.
¿De qué hablamos cuando hablamos de desinformación? Se trata, sencillamente, de la falta de información sobre algún tema, o la difusión de información engañosa de forma intencionada para causar confusión, polarización y conflicto en un grupo determinado de personas.
Uno de los casos modernos más famosos como campaña de desinformación fue el de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, en las que Donald Trump le ganó a Hilary Clinton. Según diversas investigaciones, agentes vinculados al gobierno ruso utilizaron redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube para difundir mensajes falsos o engañosos que favorecían al candidato republicano. Esas cuentas permitieron aumentar la credibilidad del mensaje entre la audiencia objetivo y fueron usadas para publicar cantidades inmensas de contenido con información idéntica o similar. De esta forma se aprovecharon de las emociones y prejuicios de los usuarios para generar polarización y desconfianza en las instituciones democráticas.
Luego, llegó la pandemia. Durante esta etapa negra de la historia global se difundieron muchas informaciones falsas, especialmente sobre las vacunas y los medicamentos. Las más comunes incluyeron afirmaciones absurdas acerca de que las vacunas contra el COVID-19 eran peligrosas o contenían microchips para controlar a la población o podían causar infertilidad o cambiar el ADN, todo, valga remarcarlo, absolutamente falso.
Estos casos se repiten en menor escala cada día en el mundo digital con infinidad de temas y cuestiones. Por eso, ante la gran cantidad de información diaria, el desarrollo de un criterio de lectura y reconocimiento de las fuentes de información es clave, como también tener alcance a herramientas para saber qué datos se comparten, si son verdaderos o falsos, y entender el impacto de la viralización de noticias no documentadas.
“Las personas son vulnerables a las informaciones erróneas, sobre todo en momentos caracterizados por la incertidumbre, debido a una compleja combinación de sesgos cognitivos, sociales y algorítmicos. Entre ellos se encuentran el exceso de información y los períodos limitados de atención, diferentes sesgos cognitivos, el carácter novedoso de las informaciones erróneas, la confianza y la popularidad algorítmica”, según explicaron Angus Thomson —doctor en biología molecular y especialista en comunicación científica— y Gary Finnegan, fisiólogo, editor y periodista de temas de salud— autores de La guía práctica para gestionar las informaciones erróneas sobre las vacunas, publicada con el aval de UNICEF y el Yale Institute for Global Health, entre otras instituciones, y cuyos conceptos echan luz, no sólo en torno de lo que sucedió durante las primeras etapas de la pandemia, sino respecto de otras informaciones falsas.
No cabe duda de que el mundo actual padece de lo que se denomina infodemia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la infodemia implica la existencia de “un exceso de información, algunas precisas y otras no, que dificultan que las personas encuentren fuentes confiables y orientación fidedigna cuando la necesitan”.
Thomson y Finnegan explicaron que “las personas pueden estar expuestas a informaciones erróneas a través de los medios de comunicación o la expresión de opiniones y rumores, y, cada vez más, de las redes sociales, las cuales contribuyen a la infodemia”. De esta forma, si difunden a su vez esas informaciones, “los algoritmos de las redes sociales pueden promover la difusión de informaciones erróneas y desinformación, de modo que las informaciones falsas se propaguen con mayor rapidez y alcance que las verídicas”.
Thomson y Finnegan señalaron que “las informaciones erróneas pueden quedar grabadas en la mente de la gente y continuar ejerciendo una influencia en su pensamiento, incluso cuando aparentemente se han corregido”. Aquí, advirtieron que desmentir datos equivocados puede ser un arma de doble filo. “Las correcciones pueden aumentar la familiaridad de las personas con las informaciones erróneas que se pueden confundir con la verdad. Si las correcciones parecen ser contrarias a las creencias o la cosmovisión de una persona, es posible que, en realidad, estas refuercen todavía más su opinión original”.
Respecto específicamente del caso de las vacunas, agregaron que, “aunque las pruebas recientes sugieren que este ‘efecto contraproducente’ puede resultar exagerado en el caso de las informaciones erróneas en general, existen pruebas nuevas acerca de que las comunicaciones en favor de la vacunación sí pueden resultar contraproducentes”.
Por su parte, un trabajo realizado en 2021 por Ethan Porter, Yamil Velez y Thomas J. Wood de las universidades de Columbia y Ohio, también a raíz de la resistencia a la vacunación contra el COVID-19 especialmente en Estados Unidos, indicó que las correcciones factuales, (es decir la información precisa y verificable que se presenta para corregir información errónea) son efectivas para reducir las creencias falsas sobre la vacuna, pero ni la desinformación ni las correcciones afectan la intención de vacunación de las personas.
Al mismo tiempo de este estudio realizado en Estados Unidos se publicó otra investigación, que abarcó a 10 países, que arribó a la misma conclusión. Este trabajo agregó que las correcciones factuales pueden reducir las creencias falsas sobre las vacunas, pero tienen una influencia mínima en los comportamientos y actitudes posteriores al respecto. Quizá en estas conclusiones resida, entonces, la importancia que tiene evitar la difusión de noticias equivocadas, aún cuando no sea intencional.
¿Cuáles son los objetivos para la creación y difusión de informaciones falsas?
Las informaciones falsas pueden tener numerosos objetivos que pueden ser, entre otros:
-Menoscabar los procesos democráticos
-Generar visitas en sitios web
-Desprestigiar a personas, instituciones, tratamientos de salud, etc
-Manipular a la opinión pública
¿Por qué canales circula la desinformación?
La desinformación, sea de maneras intencional o por error, puede circular por diversos canales digitales, que son los medios que pueden viralizar esos contenidos, como por ejemplo:
-Redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram, Youtube, etc
-Servicios de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram
-Medios de comunicación masiva como TV, radios, sitios web de noticias
Tácticas y herramientas para detectar las informaciones falsas
1- Chequear las fuentes de la información
Según consta en la página web del gobierno de Argentina (argentina.gob.ar) es imprescindible verificar quién es el autor de un artículo.
Por su parte, Juan Manuel Lucero, líder del News Lab de Google para Hispanoamérica, indicó a Infobae que la compañía trabaja “para acercar herramientas que puedan ayudar a evaluar la información con la que nos encontramos a diario”, ya que las personas “acuden a la web para encontrar información, entender temas complejos y diferenciar los hechos de la ficción”.
“Como usuarios, tenemos herramientas y hay acciones que podemos tomar para encontrar información confiable”, destacó el directivo del gigante de Internet y dio como primer paso para verificar la falsedad y verdad de los datos “asegurarnos de que la fuente a la que acudimos es legítima”.
“Esto se puede hacer fácilmente a través del Buscador, ya sea iniciando una búsqueda por el nombre del sitio o viendo lo que otros tienen que decir al respecto de esa fuente”. Para ayudar a comprobar la fiabilidad de una fuente de información, Google incorporó “‘Acerca de este resultado’, una herramienta que permite mostrar datos del sitio web que publica la información, pulsando en los tres puntos situados a la derecha de la dirección web”, que se puede ver en cualquier dispositivo, dijo Lucero.
El sitio oficial del gobierno argentino recomendó también leer “la noticia completa antes de compartirla. No te quedes sólo con el título y la imagen”.
2- Buscar las imágenes
Muchas veces las informaciones o historias que circulan en la web y en redes sociales “están acompañadas de imágenes que pueden ser sacadas de contexto o utilizadas para confundirnos”, agregó el directivo de Google. Ante esto sugirió “realizar una búsqueda de la imagen para verificar si fue publicada en la web previamente y en qué sitios” y en qué contexto, para que puedas ver si se ha alterado su significado original.
¿Cómo se hace esto? “Es sencillo, si se está navegando en una computadora, se debe hacer clic derecho en la foto y seleccionar ‘Buscar imagen con Google’ y, en caso de estar navegando desde un dispositivo móvil, se debe mantener presionada la imagen para realizar la búsqueda”, explicó Lucero a este medio.
3- Usar los verificadores de hechos
Además, el líder del News Lab de Google para Hispanoamérica mencionó que, más allá de las búsquedas que uno como usuario pueda hacer por su cuenta, “los verificadores de hechos o fact checkers toman historias, citas o noticias y confirman si es verdadera o falsa”.
El Buscador pone a disposición de los usuarios Fact Check Explorer un sitio abierto para todo el público que contiene más de 100.000 verificaciones de hechos de medios acreditados alrededor del mundo.
4- Verificar la locación
Alexios Mantzarlis, Líder de Credibilidad de Noticias e Información de Google News Lab, recomendó verificar la locación porque “los eventos que suceden en lugares lejanos pueden engañarte o confundirte de manera particularmente fácil. Si la historia que estás leyendo tiene imágenes del evento que te interesa, o cualquier forma de descripción visual, busca ese lugar en Google Earth o en Street View en Google Maps”.
“Digamos que tu amigo te envía una historia sobre Bigfoot paseando por la Torre Eiffel en París, Francia. Buscar por “Torre Eiffel” en Street View al menos te confirma que la torre no tiene un sombrero grande rojo de baquero en la punta (como sucede en Paris, Texas). Si esa parte no funciona, el resto de la historia puede ser sospechosa también”, puso como ejemplo.
5- Verificar fecha y URL
Siempre lo mejor es chequear la fecha de la publicación. En algunos casos se viralizan noticias que tienen varios años, lo que las hace perder credibilidad.
También se debe mirar bien la URL (dirección del sitio web) porque se pueden hacer pasar por sitios verdaderos poniéndole un nombre parecido, a veces con apenas una letra de diferencia, los cuales, viéndolos sin prestar atención, pueden confundirse.
6- Detectar brechas de información
El sitio oficial del gobierno argentino recomendó realizar “una búsqueda en Google para ver si la noticia está en otros medios de comunicación”.
Por su parte, Nidhi Hebbar e Itamar Snir, de Google News, advirtieron que “a veces, simplemente no hay mucha información para mostrar en una búsqueda, o los resultados están cambiando rápidamente, y ese también puede ser un contexto importante para las personas. Para abordar estas brechas de información, la Búsqueda de Google mostrará automáticamente avisos de contenido en situaciones en las que un tema está evolucionando rápidamente”.
En función de esto, Google lanzó avisos que “se activan cuando nuestros sistemas simplemente no tienen una alta confianza en la calidad general de los resultados disponibles”, este recurso está avanzando para ser incluidos en nuevos idiomas, además del inglés.
“Esto no significa que no haya información útil disponible, o que un resultado en particular sea de baja calidad. Estos avisos proporcionan contexto sobre todo el conjunto de resultados en la página, y siempre puedes ver los resultados de tu consulta, incluso cuando el aviso está presente”, subrayaron.
7- Revisar las siguientes características de la información
El sitio oficial argentina.gob.ar recomendó tomarse un rato para pensar cuando se recibe una noticia que nos resulta interesante. “No compartas la noticia inmediatamente”, aconsejó.
“¿Te causó una reacción emocional grande? Desconfía. Las noticias inventadas se hacen para causar grandes sorpresas o rechazos”, agregó. También es bueno preguntarse: “¿Confirma alguna convicción que ya tenías? También es una técnica habitual de las noticias inventadas. Desarrollá el hábito de desconfiar e investigar”, subrayó.
Es una táctica habitual de quienes difunden informaciones falsas que pidan que uno “crea” en lo que nos están diciendo o asegure que está “mostrando” por qué se debe desconfiar de algo.
Y finalmente, y algo muy importante: “Cuando una noticia es cierta cita fuentes, documentos oficiales e incluye enlaces”.
Cómo actuar cuando algo que se está difundiendo es falso
1- No compartirlo
Lucero precisó a Infobae que “lo primero que debemos hacer frente a un contenido falso es terminar la cadena de difusión, es decir, que no compartirlo es la primera medida que podemos tomar”.
2- Denunciar el contenido falso
Además, en las diferentes plataformas “existe la posibilidad de denunciar el contenido falso o engañoso. Por ejemplo, en YouTube se puede reportar un video o un canal en caso de considerar que infringe la política de desinformación”, agregó el directivo de Google.
También, en las recomendaciones del la web argentina.gob.ar se instó a las personas a “denunciá en los sitios de las redes sociales los posteos que consideres que son falsos y a los usuarios que los promueven”.
3- Avisá a tus contactos
Una tercera estrategia para aportar nuestro granito de arena para frenar la viralización de informaciones falsas es, cuando un contacto conocido lo difunde, avisarles que borren el posteo, ya que muchas veces ocurre que las personas comparten contenido que consideran relevante sin saber que es falso y sin intención de generar un daño.
El proyecto audiovisual #Modo Seguro fue creado por Infobae, Google, Unicef y Clubes TED-Ed, junto a un grupo diverso e inclusivo de jóvenes protagonistas de la llamada Gen Z. La misión del proyecto es brindar contenidos audiovisuales educativos de calidad que aporten herramientas digitales para los adolescentes y sus familias para un uso y acceso seguros en las distintas plataformas, además de promover un pensamiento crítico y capacidad de discernimiento ante lo que ofrece la nube. Los participantes, todos de la generación centennial, tienen entre 14 y 17 años y son egresados y egresadas de los estimulantes Clubes TED-Ed.
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