Toti es un chimpancé de 32 años que vivió toda su vida en cautiverio. Nació el 29 de agosto de 1990, en el zoológico de Jorge Cutini en Ezeiza, provincia de Buenos Aires. Poco después, fue separado de su madre y llevado a otro predio en Florencio Varela. En el 2008 fue trasladado al zoo de Córdoba y desde el 2013 permanece encerrado en el zoológico privado Bubalcó, cerca de la localidad de Allen, en Río Negro.
Desde su nacimiento, Toti sólo tuvo contacto con dos seres de su especie, su mamá que murió cuando era bebé y el chimpancé Coco, con quien vivió durante su cautiverio en Córdoba. Desde hace casi un década, distintas organizaciones protectoras de animales han pedido a la Justicia su traslado a un santuario de chimpancés, como ocurrió con la orangutana Sandra, para que viva en mejores condiciones y en comunidad con otros seres como él.
En todos estos años, el caso de Toti recorrió el mundo. De hecho, el año pasado, la científica británica Jane Goodall, reconocida a nivel global por su estudio de grandes primates, sumó su apoyo a la campaña por la liberación del Toti con una carta pública y desde ese momento, muchos empezaron a llamarlo el chimpancé con la mirada más triste del mundo.
Hoy se celebra el Día Mundial del Chimpancé justamente porque el 14 de julio de 1960 Goodall visitó por primera vez el Parque Nacional de Gombe, en Tanzania, y desde ese momento, dedicó su vida a estudiarlos y buscar estrategias para mejorar su calidad de vida.
“Los chimpancés son seres extremadamente sociales. Para Toti, estar solo, sin nadie a quien acicalar o simplemente pasar el rato es una forma de tortura. Ningún chimpancé debe estar confinado”, escribió la científica desde Tanzania, donde trabaja hace seis décadas en la investigación sobre grandes primates.
El caso de Toti cobró aún más relevancia pública a partir de una solicitud hecha en la plataforma Change.org, donde ya juntó más de 138.000 firmas. La difusión de su historia tuvo tanto alcance, que una resolución judicial ordenó que deje las condiciones en las que vive, pero aún no se efectivizó. Los que buscan protegerlo quieren que Toti recupere la libertad y “deje de estar condenado a vivir en soledad”.
En diálogo con Infobae, Alexis Eduardo Soto, organizador de The Save Movement -un movimiento internacional que lucha por la liberación animal-, y quien publicó la primera la petición “Liberen a Toti” en Change.org junto a la ONG Sin Cadenas, señaló que “fue separado de su madre de pequeño y ha pasado toda su vida de cautiverio en cautiverio. Toda una vida privado de su libertad, en condiciones climáticas completamente distintas a la de su especie (sin ir más lejos y hace poco tiempo en Allen, la ciudad rionegrina donde se encuentra el zoológico donde vive, hizo casi -4 °C), y se encuentra en una situación deplorable”.
“Al permanecer entre rejas durante toda su vida y estar alejado de un entorno ambiental acorde a sus necesidades, sin tener la necesidad de cazar o de encontrar su comida, Toti va perdiendo todo rastro de su propia identidad”, completa Soto.
En mayo de este año, el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro ratificó la sentencia de primera instancia dictada en febrero por la Jueza de Familia provincial, Ángela Sosa. La orden estableció el traslado del chimpancé “Toti” del zoológico privado Bubalcó “a un centro y/o santuario para grandes primates”.
El Ministerio Público de la Defensa de Río Negro y la ONG “Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales”, fueron quienes presentaron el amparo judicial en 2020 y señalaron que el predio donde vive Toti “no es adecuado para sus necesidades”.
El fallo dispuso “salvaguardar su salud y su calidad de vida individual y social” pero quedan instancias de apelación, por lo que no es un sentencia firme que vaya a ejecutarse en el mediano plazo.
“La petición en Change.org la iniciamos un equipo de personas que difunden y luchan por los derechos de los demás animales en las calles, en mesas de debate, en la Justicia y/o en cualquier ámbito que tengamos disponibles. Entendemos que existe una evolución en la conciencia de la sociedad sobre el derecho a la libertad de todas las especies”, contó Soto a Infobae.
Soto, que es un firme defensor de los derechos animales no se anima a aventurar cuándo finalmente Toti logrará dejar el cautiverio en el que vive desde que nació.
“Decir cuándo puede lograrse el traslado, sería irresponsable porque no tenemos ninguna certeza aún. Sin ir más lejos, ya son más de 9 años en los que se está queriendo avanzar para que Toti (también llamado Nahuel), tenga justicia y le podamos devolver la libertad, pero aún no tenemos respuestas ni pronunciamientos claros. De todas formas, una vez que logremos tener algo firme en cuanto a su traslado, también tenemos que tener en cuenta todo el proceso que hay detrás para poder ayudarlo e irlo ´adaptando´ para poder cumplir con ese próximo paso”, señaló Soto.
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