Silvina Luna y el mandato de belleza hegemónica: ¿cómo establecer límites para no poner en riesgo la salud?

El delicado estado de salud de la modelo hace repensar los costos que muchas personas están dispuestas a pagar en pos de encuadrar en los cánones de belleza socialmente impuestos. Qué hay detrás del deseo por gustar al afuera

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El estado de salud de Silvina Luna tiene en vilo al mundo del espectáculo y a la sociedad toda. Tal vez por lo evitable del cuadro que presenta la modelo de 43 años, quien se encuentra en terapia intensiva del Hospital Italiano de Buenos Aires a causa de un empeoramiento de su condición producto de una intervención estética a la que se había sometido en 2011.

La salud de la modelo empeoró paulatinamente desde 2011, cuando fue sometida a una intervención estética de manos del doctor Aníbal Lotocki, quien le aplicó una inyección de polimetilmetacrilato en sus glúteos con el objetivo de aumentar su volumen.

“Tuve muchas presiones. Y muy pocas herramientas también... Hacíamos teatro de revista y el cuerpo hegemónico era todo. Se usaban las tetas grandes y el culo acá arriba. Y yo me dejé llevar por eso, por buscar una seguridad en el exterior y querer cumplir con ese estereotipo. Eso me llevó a esa operación”, había contado la propia Luna en una entrevista con María Laura Santillán en Infobae.

El caso debe ser aislado. Muchas Silvina Luna pondrán seguramente su salud en riesgo en pos de “encajar” en los estándares de belleza hegemónica que ¿la sociedad? ¿los medios? ¿las redes sociales? imponen.

Pero, ¿pueden las presiones del afuera influir en la mirada del propio cuerpo?

Cada vez más jóvenes demandan
Cada vez más jóvenes demandan retoques estéticos (Getty)

Consultada al respecto por este medio, la doctora en Psicología, especialista en clínica, docencia e Investigación en Psicoterapia orientada en Mindfulness Mariam Holmes (MP 20463) consideró que “cuando las personas están expuestas de manera constante a imágenes y mensajes que promueven un ideal de belleza inalcanzable o poco realista, es posible que desarrollen una mirada crítica hacia su propio cuerpo”.

“Además, el juicio y la valoración externa pueden influir en la forma en que una persona percibe su cuerpo -agregó-. Los comentarios negativos o la presión social para cumplir con ciertos estándares físicos pueden generar una desconexión entre la persona y su propio cuerpo, llevando a sentimientos de vergüenza o rechazo”.

En opinión de la licenciada en psicología (MN 18841) y miembro de la Asociación Argentina de Terapia Cognitiva, María Laura Santellán, “los patrones estéticos socioculturales desde la década del 50, cuando a partir del cine y las publicaciones gráficas empezaron a conocerse las mujeres modélicas que mostraban un cuerpo a imitar se convirtieron en un parámetro de comparación a imitar del cuerpo real de las mujeres”.

Y si bien destacó que “estos parámetros socioculturales han ido modificándose desde ese entonces hasta la actualidad”, insistió que “la tendencia es que esos cuerpos cada vez sean más influyentes, básicamente por el accionar de los medios masivos de comunicación, que en su momento ayudaron a propagar modelos corporales, rol que hoy ha sido cambiado por el uso de las redes sociales, que son el principal medio por el cual se transmiten modelos estéticos”.

Las redes llevan a la
Las redes llevan a la búsqueda de falsos ideales, especialmente cuando hay falencia o baja autoestima (Getty)

A lo que Holmes sumó: “Las redes sociales y la exposición constante de cuerpos ‘perfectos’ pueden tener un impacto significativo en la forma en que las personas perciben sus propios cuerpos. En estas plataformas, es común encontrar imágenes retocadas, filtros y una representación selectiva de las vidas de las personas, a veces muy poco auténticas. La exposición constante a cuerpos que se consideran ‘perfectos’ pero que no representan la diversidad y la realidad humana puede generar una comparación constante y una sensación de insuficiencia en aquellos que no cumplen con esos estándares. Esto puede llevar a la baja autoestima, la insatisfacción corporal y el desarrollo de trastornos de la alimentación o la imagen corporal, entre otros”.

Para ella, “es importante tener en cuenta que muchas de estas imágenes no reflejan la realidad y pueden ser resultado de retoques digitales o de prácticas poco saludables para lograr una apariencia determinada”. Y tras destacar que “las personas que consumen regularmente estas imágenes pueden sentir la presión de alcanzar un ideal inalcanzable”, sostuvo que “como psicoterapeutas, es fundamental ayudar a los individuos a desarrollar un sentido de autenticidad y autoaceptación”.

- ¿Qué es lo que lleva a algunas personas a tomar decisiones que ponen en riesgo su salud en pos de un objetivo estético?

Para Banegas, "resulta elemental que
Para Banegas, "resulta elemental que a medida que más personas buscan estos procedimientos estéticos especializados acudan también a especialistas certificados" (Getty)

- Santellán: La sociología lo estudió mucho: que un modelo corporal se presente como difícil de alcanzar no significa que no tenga una influencia negativa con respecto a la autoestima corporal; es decir, cuanto más accesible se muestra el cuerpo más difícil se le hace a la persona que lo ve sentirse adecuada corporalmente.

El mensaje de una belleza corporal modélica es muy persistente, además las redes ayudan a transmitir este mensaje mostrando la viabilidad de parecerse a ese cuerpo modélico, mediante ejemplos de cómo hay que lograrlo a través del ejercicio físico, medicina estética, etc, por lo tanto se va generando la presión social de tener un determinado cuerpo y además se genera la ilusión utópica de que es fácil tener un cuerpo modélico.

Ante la presión sociocultural de un determinado modelo estético por supuesto surge, como en toda ley de mercado, la oferta, que va desde productos y dietas a intervenciones estéticas más invasivas o menos invasivas para lograr este cuerpo modélico. Entonces esto es un círculo que se retroalimenta. Las formas masivas de comunicación que en este caso hoy por hoy son las redes sociales muestran un cuerpo modélico y ese cuerpo modélico ejerce una presión sobre la población -sobre todo femenina y adolescente-, y a su vez las industrias generan respuestas factibles tangibles a esta necesidad.

Holmes: "La baja autoestima puede
Holmes: "La baja autoestima puede llevar a las personas a buscar validación y aceptación externa a través de su apariencia física" (Getty)

- Holmes: Existen varios factores que pueden influir en que algunas personas tomen decisiones que ponen en riesgo su salud en busca de un objetivo estético.

Algunas posibles razones pueden incluir a la presión social y cultural: las normas y los estándares de belleza predominantes en la sociedad pueden ejercer una fuerte presión sobre las personas, llevándolas a adoptar comportamientos perjudiciales para alcanzar esos ideales. Esto puede incluir prácticas dietéticas extremas, ejercicio excesivo, uso de suplementos o incluso cirugías estéticas riesgosas.

Por otro lado, la baja autoestima puede llevar a las personas a buscar validación y aceptación externa a través de su apariencia física. Pueden creer erróneamente que alcanzar un determinado estándar de belleza mejorará su autoestima y les brindará una sensación de valía personal.

Y finalmente, otra vez, la influencia de los medios de comunicación y las redes sociales desempeñan un papel importante en la formación de las percepciones de belleza y en la promoción de ideales inalcanzables. La exposición constante a imágenes retocadas y cuerpos “perfectos” puede generar comparaciones y una sensación de insuficiencia, llevando a las personas a tomar a veces, medidas extremas.

Baja autoestima y perfeccionismo, dos rasgos para tener en cuenta

Santellán: "El juicio y la
Santellán: "El juicio y la valoración externa pueden influir en la forma en que una persona percibe su cuerpo" (Getty)

Para Santellán, “las mujeres lamentablemente son una población mucho más influenciable con respecto a lo que es la estética corporal porque históricamente, sobre todo en el mundo occidental, a la belleza corporal femenina se le ha dado un énfasis muy importante y está muy asociado al éxito social”.

Así es que según su mirada, “cuanta más influencia hay con respecto al cuerpo femenino, más exigencias culturalmente establecidas, las mujeres tienden a tratar de cumplir con esta demanda”.

Acerca de si hay personas más propensas que otras a seguir los cánones de belleza impuestos, Holmes destacó que “si bien no se puede generalizar a todas las personas que se involucran en prácticas poco seguras en busca de objetivos estéticos, algunos rasgos de personalidad y factores psicológicos pueden aumentar la vulnerabilidad de una persona a caer en estos comportamientos”.

Y entre ellos mencionó:

- Baja autoestima: las personas con baja autoestima pueden ser más propensas a buscar validación externa y a adoptar prácticas poco saludables para mejorar su apariencia física, en un intento de sentirse más aceptadas o valiosas.

Preocupa a los especialistas que
Preocupa a los especialistas que cada vez a menor edad, los adolescentes piden algún cambio en su apariencia (Getty)

- Perfeccionismo: las personas perfeccionistas tienden a establecer estándares extremadamente altos para sí mismas, incluyendo su apariencia física. Pueden ser más propensas a tomar medidas extremas para alcanzar esos estándares, incluso si eso implica poner en riesgo su salud.

- Trastornos de la alimentación: las personas que sufren de trastornos de la alimentación, como la anorexia nerviosa o la bulimia, a menudo tienen una preocupación excesiva por su apariencia física y pueden estar dispuestas a tomar decisiones poco seguras para lograr una imagen corporal idealizada.

Consecuencias para la salud mental de perseguir un “ideal” de belleza

Las presiones externas por un
Las presiones externas por un ideal de belleza hegemónico pueden ser la puerta de entrada a trastornos de la alimentación (Getty)

Para Holmes, buscar constantemente alcanzar un “ideal” de belleza puede tener varias consecuencias para la salud mental.

Según su experiencia, algunas de estas consecuencias pueden incluir, “sensación de baja autoestima y desajustes en el autoconcepto, trastornos de la imagen corporal, trastornos alimentarios, ansiedad y depresión (la ansiedad puede surgir de la presión por cumplir con los estándares de belleza, mientras que la depresión puede surgir debido a una sensación de desesperanza o insatisfacción constante) y aislamiento social”.

Y siguió: “Un dato destacado por las investigaciones empíricas es que la búsqueda obsesiva de la belleza puede llevar a un aislamiento social. Las personas pueden evitar participar en actividades sociales o eventos sociales por temor a ser juzgadas por su apariencia. Esto puede afectar negativamente las relaciones interpersonales y la calidad de vida en general”.

Tras analizar que “es infinita la cantidad de intervenciones corporales que se pueden hacer hoy por hoy para modificar las características corporales no deseadas”, Santellán señaló que “el punto es que a veces se llega a situaciones de riesgo de salud física y mental”.

La obsesión por alcanzar un
La obsesión por alcanzar un ideal de belleza puede dar lugar a trastornos de la imagen corporal, como la dismorfia corporal (Getty)

Y amplió: “Existe un desorden psicopatológico llamado ‘trastorno dismórfico’, que generalmente las personas que lo padecen acuden a especialistas que los someten a cirugías o tratamientos. Y dado que justamente la característica de este trastorno es que los supuestos defectos físicos nunca desaparecen -a la vista subjetiva de quien padece este trastorno-, nos encontramos con pacientes que una y otra vez intervienen diferentes aspectos de su corporalidad a los fines de volverlos más perfectos”.

Para ella, “la búsqueda de la perfección corporal, de la adecuación corporal en cuanto modelo estético es un problema actual que genera, además de grandes desigualdades en la posibilidad de acceso a métodos seguros de intervención corporal, altos niveles de insatisfacción corporal en las mujeres que es difícil de sostener desde la salud mental”.

En este punto, Santellán remarcó que “a la oferta de tratamientos e intervenciones para alcanzar ese cuerpo modélico hegemónico se suma que algunas serán más seguras y fiables que otras y todas son caras, por lo tanto se agrega una nueva variable a este círculo que se retroalimenta que son las posibilidades económicas de las mujeres, que van a determinar qué alcance puedan llegar a tener a una medicina más segura. En este interín, muchas mujeres que tal vez no tengan la posibilidad de recurrir a centros altamente especializados y capacitados y a profesionales altamente capacitados e idóneos recurren a personas y a lugares que tal vez no están calificados de la misma manera sólo porque resultan más baratos”.

La importancia de acudir a profesionales en medicina estética

Las personas perfeccionistas tienden a
Las personas perfeccionistas tienden a establecer estándares extremadamente altos para sí mismas, incluyendo su apariencia física (Getty)

Raúl Banegas es médico cirujano plástico (MN 79300),y miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (Sacper) y uno de los más destacados formadores de médicos en Latinoamérica. Y ante la consulta de Infobae sostuvo que “hoy hay un crecimiento exponencial de los tratamientos estéticos no invasivos y resulta elemental que a medida que más personas buscan estos procedimientos estéticos especializados acudan también a especialistas certificados”.

Al momento de la consulta, para el experto “es esencial que el paciente cuente sus necesidades, cómo se siente, qué le molesta y confíe en el especialista y espere su devolución. No deben llegar pidiendo un tratamiento que le funcionó a alguien más o con la foto de alguien a quien quieren asemejarse -ahondó-. Hoy la naturalidad es tendencia y para lograrla es clave recurrir a especialistas”.

Respecto al caso de Silvina Luna, el cirujano consideró que “se trata de una concatenación de diversos sucesos, que la llevaron a esta complicación por una bacteria intrahospitalaria, que pudo haberla generado ella porque está inmunodeprimida consecuencia del problema renal que le causó haber recibido en su organismo un cuerpo extraño a grandes dosis donde no debería haber recibido”.

“Es clave tomar conciencia del lugar que se elige para atenderse, interiorizarse sobre los productos que serán colocados, si están regulados por Anmat y, por otro lado, conocer de la experiencia y formación del profesional al que se acude -destacó Banegas sobre lo que hay que tener en cuenta a la hora de buscar un procedimiento estético-. Para eso están las sociedades médicas, que agrupan a los especialistas reconocidos, y chequear que el médico al que se consulta pertenezca a estas instituciones será el paso clave para evaluar a quién se está yendo a ver en la consulta”.

Banegas: "Es imprescindible crear un
Banegas: "Es imprescindible crear un vínculo de confianza y conocimiento entre paciente y médico estético" (Getty)

Para él, “el problema no es el costo/riesgo debido a los productos o a las técnicas” sino “la patología social que seduce al público general a elegir a un profesional sólo porque éste llena la sala de espera, y sin saber sus aptitudes como profesional”. “Hay un factor clave, que es el valor que se va a pagar por este tipo de intervenciones; la materia prima es costosa, por lo que si algo nos resulta muy barato es una señal de alarma para tener en cuenta”.

Para cerrar, Banegas enfatizó que “es clave la confianza y el vínculo que se genera en la consulta. Muchas personas llegan con una idea y piden algo puntual, pero en verdad lo que necesitan es otra cosa -sostuvo el cirujano-. Nosotros debemos mostrar el camino. Es esencial entender que no somos expendedores de productos sino especialistas en estética”.

“En estética la evaluación y diagnóstico es esencial. No hay recetas universales, ni tratamientos mágicos. Ponerse en manos de un especialista, plantear aquello que molesta o no gusta y escuchar la devolución que da desde su experiencia” es el primer paso que para el experto no se puede saltear. En las primeras consultas “se trabaja con herramientas como las imágenes 3D que muestran la cara en 360° y desde ahí parte el especialista junto al paciente para, al igual que en la medicina clínica, hacer el diagnóstico y en base a eso armar un plan de tratamiento escalonado”, finalizó el cirujano.

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