Un hábito puede definirse como una conducta o acción que se repite con regularidad. Los hábitos no son innatos, sino que, por el contrario, se aprenden con el tiempo y su repetición es lo que los convierte en parte de la rutina diaria, disminuyendo el esfuerzo y el tiempo de ejecución de las tareas. Estas acciones pueden presentarse en diferentes escenarios de la vida de una persona, como por ejemplo en el estudio.
La licenciada Mariana Vicente, integrante del Departamento de Neuropsicología de INECO explica: “El estudio es un hábito, por lo cual, como tal, es necesario trabajarlo. Para ello, debemos tener en cuenta que existen varios factores que inciden en él”.
En ese sentido, la neuropsicóloga detalla: “Por un lado, existen los factores internos, tales como la capacidad intelectual, la atención, la concentración y la memoria. Por otra parte, se encuentran los factores externos, que se relacionan con el lugar de estudio y el método que se decida emplear, la organización de los materiales y la planificación”.
A continuación, la licenciada Vicente comparte una serie de sugerencias que pueden ayudarnos a ser más eficientes en el estudio:
Además de las recomendaciones mencionadas, un punto muy importante a tener en cuenta es mantener un descanso adecuado. Es fundamental dormir al menos 7 u 8 horas en la noche, ya que nuestro cerebro necesita de ese tiempo para reorganizar toda la información aprendida durante las sesiones de estudio.
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