Siempre me refiero a la importancia de los chequeos, de consultar periódicamente al médico y ver qué chequeo el médico le indica. Y uno de ellos es el llamado hepatograma. Se realiza a través de un análisis de sangre que se pide de rutina en los análisis de laboratorio.
El hepatograma se indica para evaluar determinadas muestras o determinaciones sanguíneas que son de utilidad para hacer un diagnóstico específico de posibles enfermedades hepáticas. Es decir, puede determinar la calidad del funcionamiento de su hígado.
Los médicos lo podemos solicitar a una persona asintomática, es decir que simplemente lo hacemos como chequeo de rutina o porque sospechamos que puede tener algún problema hepático o que tuvo algún tipo de trastorno hepático. También, obviamente se indica en pacientes con síntomas.
El hígado es un órgano se encuentra justo debajo de la caja torácica en el lado derecho del abdomen y es esencial para digerir los alimentos y eliminar las sustancias tóxicas del organismo.
La enfermedades hepáticas son un grupo de alteraciones que se producen en las funciones del hígado, ya sea en la producción de bilis, en la síntesis de factores que actúan en la coagulación, entre otras, generando un daño agudo y/o un daño crónico.
Pueden ser congénita o, en muchos casos, los problemas hepáticos pueden ser causados por una variedad de factores que dañan el hígado, como los virus, el consumo de alcohol, la obesidad y la ingesta prolongada de ciertos medicamentos.
También podemos pedir un hepatograma para evaluar el pronóstico en una hepatopatía o enfermedad hepática o cuando el paciente está en tratamiento por el hígado o por otra condición de salud, porque la mayoría de los medicamentos se degradan, se procesan o se metabolizan en el hígado.
Entonces, si los médicos le damos determinada medicación a un paciente, es común que al tiempo pidamos un hepatograma para ver si esa medicación no tuvo algún efecto adverso en ese paciente.
En este examen se miden muchísimas sustancias. Las llamadas transaminasas, que pueden determinar si hay daño de las células. La bilirrubina, que mide cómo está produciendo ese pigmento que viene del producto de la degradación de la sangre, y otras sustancias muy útiles que determinan la función hepática.
Incluso anticuerpos, para saber si estamos en presencia de alguien con hepatitis de un tipo, u otra infecciosa, o hepatitis no alcohólica o alcohólica.
La información que nos brinda un hepatograma es riquísima, por eso los médicos clínicos incluimos, prácticamente de rutina, el hepatograma en cualquier análisis de sangre. Sobre todo si el paciente está en tratamiento o con medicación crónica.
*El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.
*Producción: Dolores Ferrer Novotný. Realización: Samuel Cejas. Edición: Rosario Benítez Chiarelli
Seguir leyendo: