Este domingo 14 de mayo se llevó a cabo la sexta edición del Festival de la Cocina Israelí, en el marco del evento “Buenos Aires Celebra Israel”. Con más de 20 stands y una amplia variedad de opciones gastronómicas, los presentes disfrutaron no solo de la comida callejera que abunda en Jerusalén y Tel Aviv, sino también de exposiciones y música al aire libre a metros de El Rosedal de Palermo.
En un domingo soleado, el Estado de Israel celebró el 75° aniversario de su creación en las avenidas Iraola y Presidente Montt. El festival fue de entrada libre y gratuita para todos los interesados en acercarse a los sabores típicos de aquel país de Medio Oriente.
La embajada israelí en Argentina realizó esta sexta versión del Festival de Cocina en una única jornada, con el apoyo de BA Capital Gastronómica. El evento coincidió con “Buenos Aires Celebra Israel”, una iniciativa de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Miles de personas se acercaron para presenciar exposiciones, shows en vivo de música y danza, actividades para los más pequeños, sorteos y clases de cocina en vivo de la mano de reconocidos chefs.
Asimismo, hubo un amplio espacio para realizar picnics o sentarse cómodamente en un sector al aire libre destinado para la ocasión y abastecido con delicias regionales típicas.
Israel es una nación pionera en la alimentación vegana y en la industria food tech, logrando la elaboración de carnes y pescados a base de ingredientes netamente vegetales. En ese contexto, hay una nueva generación de chefs que conquistó lugares referenciales en la industria gastronómica mundial.
Uno de los ingredientes tradicionales que pudo degustarse en el festival fue la pita, un pan redondo, aplanado y chato, casi sin miga, que suele abrirse para ser rellenado con diversas guarniciones.
En esa línea, muy cerca de las costumbres gastronómicas argentinas, estuvo el popular shnitzel israelí. Se trata de un sándwich en pan pita de milanesa de pollo con papas fritas dentro y con guarnición de ensaladas, tehina y algún picante.
Es que en Israel, en cualquier puesto callejero siempre habrá una pita con relleno y un abanico de complementos para realzar, aún más, los sabores.
Algunos de estos complementos son el repollo blanco con limón y aceite de oliva; los pimientos horneados con ajo, limón y aceite; tehina (una pasta de sésamo); humus (pasta de garbanzos con tehina); ensalada israelí, que lleva tomate, cebolla morada, pepino, perejil, aceite de oliva, limón y sal; pickles de diversa variedad; o coliflor horneada.
A la hora de los platos principales, más allá de los típicos de falafel -que son croquetas de garbanzos- o las versiones de shawarma de pollo o cordero, se pueden sumar opciones no tan conocidas, como por ejemplo el sabij, que es un sándwich de berenjena frita con huevo, humus y ensaladas con verduras típicas.
En una jornada soleada con más de 20°C, quienes asistieron al Festival de Cocina Israelí pudieron disfrutar de todas las propuestas al aire libre, recorriendo exposiciones, escuchando música y deleitándose con las delicias de autor que predominan en el país de Medio Oriente. Muchas de ellas llevan entre sus ingredientes a los sabores callejeros que abundan en las grandes ciudades como Tel Aviv.
La comida callejera en Israel es, sin dudas, una de las grandes protagonistas de la gastronomía. Por caso, años atrás, el chef israelí Eyal Shani definió parte de esta idiosincrasia en un reportaje con el New York Times mientras fundaba uno de sus restaurantes en Nueva York.
En aquella ocasión, explicó su decisión e introdujo una perspectiva interesante sobre la cocina de su país. “Los jóvenes no venían a mis otros restaurantes, y decidí darles comida callejera, pan pita, pero con una diferencia”, relató el cocinero. La diferencia era, esencialmente, dar una vuelta creativa dotando de cierta sofisticación culinaria a las recetas típicas de la cocina al paso y de consumo popular.
Es común ver en Israel, especialmente a la hora del mediodía, largas filas de personas que se acercan a pequeños puestos para probar una variopinta oferta de productos de elaboración rápida que pueden ser consumidos en el lapso escueto de descanso que ofrece la jornada laboral. Esta tendencia gastronómica estuvo reflejada en la sexta edición de este festival, que busca traer a las calles porteñas los sabores clásicos israelíes.
La comida callejera de Israel ha ido conquistando todo tipo de públicos, desde los más sibaritas hasta los menos exigentes. En ese tono, una receta muy difundida por el chef Shani en estos contextos es el sándwich que incorpora a los hígados de pollo como proteína central, para protagonizar un pan recién horneado y coronado con el universo de ensaladas y vegetales como relleno multicolor.
La comida al paso suele tener al shawarma y al falafel como el rey y la reina de la oferta culinaria local, con la presencia inconfundible de otros productos singulares y fascinantes que dan cuenta del diverso abanico cultural de Israel.
Los chefs de Israel son reconocidos a nivel mundial por sus sabores distintivos y sus platos de autor. Algunos de ellos son los galardonados con estrellas Michelin, Gal Ben Moshe y Assaf Granit; o los célebres Michael Salomonov, Yottam Ottolengui y el ya mencionado Eyal Shani.
Como país cuna de un flujo permanente de ciudadanos de todas partes del mundo desde su creación, Israel propone en su gastronomía cosmopolita elementos típicos de las corrientes de inmigrantes judíos que llegaron de Europa trayendo consigo la versión del sándwich de hering, que consiste en rodajas de lachas o arenque salado en pan de centeno con cebolla y salsa alioli o crema.
Israel es un Estado caracterizado por el impulso constante al desarrollo y la innovación, un proyecto nacional a largo plazo que dio lugar a lo que algunos autores denominan “milagro”, y que convirtió su matriz productiva de país exportador de cítricos a productor líder de tecnologías de punta, incluyendo al mencionado rubro food tech.
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