Heather Armstrong se hizo conocida por ser una de las primeras y más populares mamás blogueras. Escribía con franqueza sobre la crianza de sus hijos y sus relaciones en un momento en que los blogs personales estaban en auge. Comenzó con su sitio Dooce en 2001, junto con su entonces marido y socio, Jon Armstrong, y pronto lo convirtió en una lucrativa carrera.
Armstrong, quien en el sitio abordaba sus luchas como madre y sus batallas contra la depresión y el alcoholismo, fue encontrada muerta. Tenía 47 años. Fue su actual pareja, el ex candidato al Senado de los Estados Unidos Pete Ashdown, quien lo informó a través de un comunicado luego de encontrarla sin vida el martes por la noche en su casa de Salt Lake City, en Utah, Estados Unidos.
Una pionera en hablar sin tapujos de la maternidad
Armstrong, cuyo nombre de nacimiento era Heather Brooke Hamilton, era una mormona no practicante criada en Bartlett, Tennessee, un suburbio de Memphis.
Como se dijo, empezó en el mundo de los blogs en 2001 y desde entonces no dejó de trabajar en una marca personal que la llevó hasta lo más alto del mundo online: la mujer llegó a ser nombrada por The New York Times Magazine como la “reina de las mamás blogueras” después de que decidiese centrar su contenido en visibilizar su lucha como madre —algo totalmente novedoso en ese momento— y contra el alcoholismo y la depresión.
A pesar de conquistar el corazón de miles de lectores, su carrera también estuvo marcada por la polémica. Es que Armstrong no se contenía en sus escritos en Instagram y Dooce. Sus publicaciones crudas y sin tapujos sobre todo, desde el embarazo y la lactancia hasta las tareas de la casa y el uso compartido del automóvil, a menudo estaban llenas de maldiciones. A medida que crecía su popularidad, también lo hacían las críticas, que la acusaban por su mala crianza y cosas peores.
Las críticas se multiplicaron cuando el entonces trabajo de Armstrong se volvió el tema de algunas de sus publicaciones más despiadadas. Escribió contra su jefe, el dueño de una empresa tecnológica emergente, lo que le costó el puesto en esa organización.
Sin embargo, ese revés en su carrera le abrió grandes oportunidades para la fortuna y la fama. En una era en la que innumerables personas, en particular mujeres, iniciaban blogs personales, a menudo solo para el placer de amigos y familiares, Armstrong vislumbró en su sitio posibilidades comerciales.
A medida que el auge de los blogs se acercaba a su cénit en 2009, Armstrong era una potencia en la materia. Llegó a aparecer en The Oprah Winfrey Show y atraer a unos 8,5 millones de lectores al mes, según un artículo de 2019 en Vox, todo mientras obtenía una gran cantidad de ingresos por anuncios publicitarios, publicaciones patrocinadas, libros, honorarios por conferencias y otras fuentes.
Luego de su despido de la empresa de tecnología, la familia debió mudarse de Los Ángeles a Utah. Y posteriormente, en 2012, Armstrong y su esposo se divorciaron.
Su lucha contra el alcohol
Tras desatar el caos en redes que la llevó a perder su trabajo, la bloguera continuó tratando temas relacionados con su matrimonio, la maternidad o el alcoholismo, adentrándose en sus sentimientos más profundos siempre con la honestidad (brutal por momentos) como bandera.
Actualmente, la mujer vivía con sus dos hijos (Leta de 19 años y Marlo de 13) fruto de su matrimonio anterior, y con su actual pareja. Además de recuperarse de su adicción al alcohol e intentar superar su depresión, estaba centrada tanto en su vida familiar como en la carrera laboral que la había llevado a convertirse en año 2009 en una de las mujeres más influyentes en los medios según la revista Forbes.
A lo largo de los últimos años la bloguera se había mostrado transparente con sus seguidores en las redes sociales al respecto de sus procesos de desintoxicación. Armstrong llegó a explicar que, para ella, mantenerse sobria era absolutamente doloroso y que, precisamente la vergüenza que le daba recaer había hecho que durante algunas etapas de su vida su primera elección fuese siempre la soledad. “No podía soportar la idea de que alguien más supiera lo mal que me sentía conmigo misma”, escribió el pasado mes de abril en su blog al reflexionar sobre un mal periodo que pasó durante el año 2021.
Armstrong llevaba décadas luchando contra la depresión y las adicciones y, tal y como aseguró su pareja en el comunicado que envió a la agencia AP, había recaído en las últimas semanas después de llevar 18 meses sobria, un hecho que le habría causado tanto pesar que la habría llevado hasta el suicidio.
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