Verse bien, sin que se note que la persona pasó por un consultorio de medicina estética. Esa es la tendencia en belleza desde hace un tiempo. Y rige tanto para hombres como mujeres. Se trata de prevenir las arrugas o tratarlas ni bien aparecen, eliminar manchas o mejorar la luminosidad de la piel sin que se note que se hizo a través de un tratamiento.
Lo cierto es que si de cuidar la imagen personal se trata, los cambios sociales hicieron que la estética masculina adquiriera un lugar que antes jamás había tenido.
Según se supo recientemente, el rey Juan Carlos I llegó a acudir hasta dos veces al mes a la Clínica Planas de Barcelona, una de las más elitistas de la Ciudad Condal, para someterse a todo tipo de intervenciones estéticas. En aquel tiempo, sus elegidos iban desde técnicas para eliminar las manchas en la piel a rellenos con bótox y ácido hialurónico, pasando por micro liftings y drenajes linfáticos mediante presoterapia.
Y si bien no se sometía a grandes cambios físicos, sino a pequeñas variaciones que resultaban casi indetectables en sus apariciones públicas, éstas eran suficientes para mejorar su aspecto sin dar una imagen frívola ni abrir peligrosos debates sobre el origen de los fondos con los que pagaba esas intervenciones.
El monarca, que actualmente tiene 85 años, se sometía a tratamientos no invasivos para eliminar manchas en la piel, inyecciones de bótox y ácido hialurónico, y drenajes linfáticos mediante presoterapia para combatir la retención de líquidos.
“Hoy las personas se alejan de los tratamientos invasivos y apuestan por aquellos que ofrecen al rostro los nutrientes que necesitan, sin hacerlo parecer diferente ni transformado”, comenzó a explicar a Infobae la médica cirujana Cristina Sciales (MN 66.744) acerca de la tendencia que domina hoy la medicina estética. “Los pacientes demandan resultados naturales que mejoren el estado de su rostro pero que no cambien su expresión ni sus formas”, agregó. Y en esto, como en la vida toda cada vez más, no hay diferencia entre los géneros.
Los elegidos por ellos para verse y sentirse bien
1- Ácido hialurónico, el aliado para rellenar el mentón y definir la mandíbula
Los fillers o rellenos de ácido hialurónico son el tratamiento facial no invasivo que cada vez más eligen los hombres. Se trata de una intervención que se realiza en solo una sesión de menos de una hora en consultorio y sus resultados duran por más de un año.
Para el médico cirujano plástico Raúl Banegas (MN 79300), “la parte inferior del rostro suele ser la gran olvidada, y es, precisamente, la flacidez y falta de definición en el mentón y la mandíbula la que más edad puede delatar. Esta es una de las zonas más requeridas por los hombres”.
Según explicó el especialista miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (Sacper), “la región de la mandíbula cobra vital importancia en el momento de tratar al paciente, tanto para embellecimiento como para rejuvenecimiento”. Para él, “redefinir el borde mandibular es clave no sólo para darle elegancia al rostro sino también para poder esconder lo que se llama ‘cara de bulldog’, cuando se descuelga la piel, siendo este uno de los primeros signos del envejecimiento”.
Banegas remarcó que si bien “hace unos años atrás era la mujer quien llevaba al marido a la consulta, hoy el hombre va por su propia motivación, y hasta va antes que la mujer”.
2- Estimular el colágeno, para dar firmeza a la piel
“Por encima de cualquier paradigma obsoleto de masculinidad, los hombres ahora buscan preservar la lozanía de su rostro, y son cada vez más las consultas por tratamientos que mejoren su expresión facial”, observó la médica especialista en cirugía plástica y estética Griselda Seleme (MN 80033), quien destacó que en los últimos cinco años notó en su centro “un incremento del 70% en la demanda masculina de tratamientos no invasivos y mínimamente invasivos”.
En ese sentido, para ella, “una excelente alternativa es complementar los efectos de los fillers con un tratamiento láser de última tecnología, como Thermage®️, que suaviza, da firmeza, y modela la piel brindando una apariencia naturalmente más joven, en una sola sesión, sin inyecciones y sin tiempo de recuperación”. Se trata de una tecnología que mediante el uso de la radiofrecuencia estimula el colágeno existente y favorece el crecimiento de nuevo colágeno, de modo que combate la flacidez de forma rápida.
3- Radiofrecuencia monopolar + ultrasonido
“Exilis Elite es una plataforma que combina radiofrecuencia monopolar y ultrasonidos para proporcionar los mejores resultados en rejuvenecimiento facial por ser un excepcional estimulador de colágeno y rellenador de arrugas”, explicó Sciales sobre otro de los tratamientos elegidos por los hombres.
Y amplió: “Está aconsejado en edades de 25 a 70 años para pacientes que deseen un resultado rápido y sostenido en rejuvenecimiento facial y remodelación corporal”.
Las sesiones se suelen realizar cada 10-15 días y se necesitan entre cuatro y seis sesiones. “Aunque veremos un efecto flash desde la primera sesión, los resultados son acumulativos y normalmente los efectos del tratamiento duran alrededor de tres meses. Después se aconsejan algunas sesiones de mantenimiento espaciadas en el tiempo”, precisó la especialista.
4- Ultrasonido localizado de alta intensidad
En opinión de la médica cirujana estética Johanna Furlan (MN 122.975), “el ultrasonido localizado de alta intensidad (HIFU) es uno de los tratamientos no invasivos más efectivos para tratar la flacidez del rostro, brazos y abdomen, logrando retraer la piel de manera visible y duradera en una sola sesión”.
La especialista destacó que “el tratamiento es ideal para pieles con alto grado de flacidez, aspecto cansado y líneas de expresión, logrando una piel más firme y lisa y sin tiempo de recuperación”.
Está recomendado para pacientes de entre 35 y 65 años, con flacidez de leve a moderada la cual se puede presentar en cejas caídas, mejillas, mandíbula o cuello. “La duración de tratamiento con ondas HIFU depende de la zona que se desee tratar, pero lo normal es que cada sesión dure entre 45 y 60 minutos -explicó Furlan-. Luego de la sesión, el paciente puede regresar rápidamente a sus actividades cotidianas”.
Suelen requerirse entre dos y tres sesiones, aunque los resultados se hacen visibles desde el primer momento. Debido a que el colágeno tiene un tiempo de reestructuración de 21 días, los resultados definitivos no se apreciarán pasados dos o tres meses.
5- Coolsculpting y cool mini, adiós a la adiposidad localizada en una sola sesión
Si de tratamientos corporales se trata, llega una edad en la que deshacerse de la adiposidad localizada no es sencillo de lograr sólo mediante la dieta o la actividad física.
En ese sentido, según explicó el médico dermatólogo Christian Sánchez Saizar (MN 97.895), señaló que “la tecnología de CoolSculpting, que ya es furor en Europa, es capaz de solucionar uno de los mayores desafíos estéticos masculinos: lograr la destrucción selectiva de cúmulos de grasa localizada de forma no invasiva. Mediante la criolipólisis, se destruyen las células grasas sin dañar otros tejidos”.
“El tratamiento es ideal para tratar el abdomen, así como los “rollitos” de la cintura, o flancos, dos de los problemas estéticos que más molesta a los hombres”, sostuvo el especialista, quien precisó: “El frío se aplica externamente sobre la piel y, sin dañarla, se consigue destruir los adipocitos. Luego, en un período de tres meses, las células grasas cristalizadas se degeneran y son eliminadas del cuerpo de forma natural obteniendo resultados visibles y naturales en las áreas tratadas”.
Por otro lado, la misma tecnología, pero especialmente diseñada para tratar la zona de papada, “es una innovadora solución para tratar la grasa localizada en el rostro”, apuntó Sánchez Saizar. “La papada es un tejido que va acumulando grasa y perdiendo tensión con el paso del tiempo, acompañando el proceso natural de envejecimiento -describió-. Es una zona problemática y muchas veces difícil de tratar con éxito con dieta y ejercicio”.
Los especialistas coincidieron que “los hombres de entre 20 y 45 años son el grupo que presta especial cuidado a su aspecto”. Son los que hoy más se animan a los tratamientos no invasivos o mínimamente invasivos, aunque “los mayores de 45 años poco a poco van incorporándose a esta nueva tendencia”.
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