Un trauma es una experiencia de alto impacto emocional, que puede afectar de manera significativa el bienestar de una persona. Podríamos clasificarlo como una herida duradera que puede ser provocada por diferentes situaciones, dado que no existe un único evento que sea causal de esto.
Los eventos traumáticos pueden ser variados, entre ellos podemos encontrar: desastres naturales como inundaciones, accidentes de tránsito, muertes inesperadas de seres queridos, violencia física y sexual, etcétera. Luego de atravesar alguna de estas situaciones, las personas pueden presentar síntomas de reexperimentación (recuerdos involuntarios del trauma), problemas de sueño, estado de alerta, ánimo negativo y emociones displacenteras tales como la culpa, la vergüenza, el miedo y la bronca.
“Evitar emociones, sentimientos y conductas asociadas al evento traumático posteriormente a que éste haya ocurrido, puede llevar a un cuadro de Estrés Agudo”, afirmó la licenciada Liliana Traiber, Coordinadora de la Clínica de Ansiedad y Trauma del Departamento de Psicoterapia de INECO. Asimismo, la profesional agregó: “Normalmente, los síntomas mencionados disminuyen con el paso de los días y la persona vuelve a su funcionamiento normal. Cuando los mismos no disminuyen, sino que se mantienen y/o aumentan con el correr de las semanas, podemos estar en presencia de un Trastorno por Estrés Postraumático, el cual debe ser evaluado por profesionales de la salud mental especializados en el tema para brindar un tratamiento adecuado”.
A continuación, Traiber brindó una serie de recomendaciones que podrían ser útiles al atravesar algún evento traumático:
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