La región de Biobío en Chile se convirtió en un infierno en la Tierra. Pese a los esfuerzos internacionales por controlar los incendios forestales, el fuego consumió más de 400.000 hectáreas a inicios de 2023. No fue la primera noticia de ese tipo en Chile y en Latinoamérica, ni será la última. El cambio climático ha agravado este cuadro en el mundo entero: se espera un aumento del 14% de los bosques incendiados durante 2023, y del 50% hasta 2050, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las cifras del informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) subrayan que, si bien la mayoría de incendios forestales comienzan por el accionar humano (por ejemplo, personas que arrojan restos de cigarros al follaje), el calentamiento global propicia un ambiente más seco y por ende un aumento en la frecuencia de estos desastres.
Los niveles actuales de incidencia de los bosques incendiados en América Latina son muy altos, con más de 40 millones de hectáreas quemadas anualmente, lo cual representa el 14% del área quemada a nivel mundial, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Las medidas que han implementado para solventar el problema han impedido la propagación de estos desastres, pero las olas de calor también representan otro desafío en la situación actual.
Errores humanos y altas temperaturas
El consenso entre los países más importantes de la región explica que los descuidos humanos son la principal causa de incendios forestales. Sin embargo, las altas temperaturas han elevado la probabilidad de que ocurran. Además, el cambio climático ha reducido la capacidad de almacenar agua, producir comida y preservar áreas naturales como los bosques, según advirtió la ONU en 2021.
Por ejemplo: cuando las temperaturas superan los 38°C (100°F) los estragos se exacerban, advirtió la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En las circunstancias actuales, los bosques del hemisferio norte —Canadá, México, Estados Unidos, las islas Antillas y Bahamas— se secan y queman a un ritmo que solo había sucedido hace 10,000 años, cuando la acumulación de carbón alimentó un fuego que consumió gran parte de la fauna en el planeta.
Las olas de calor representan una de las principales causas de los bosques incendiados. Incluso durante el 2023, el panorama resulta desalentador por las cifras históricas que han superado los 40°C en países como Argentina, Brasil y Paraguay. Los primeros dos han sido las zonas más afectadas.
El mayor peligro: los bosques primarios
Si bien suceden en América del Sur, estos incendios forestales podrían causar daño al mundo entero. Eso se debe a que la región contiene aproximadamente el 57% de los bosques primarios de la Tierra. Si la incidencia continúa al alza, la concentración de carbono podría elevar la probabilidad de experimentar un incendio forestal con más intensidad entre intervalos breves.
Desde mediados del 2022, Chile captó la atención debido a los siniestros que se registraron. El último en la región de Magallanes devoró 1,200 hectáreas de bosque en un mes, según el PNUMA. La cifra fue superada con la ola de incendios en febrero de 2023, que consumió 40,000 hectáreas.
Argentina fue uno de los países con más daños por el fuego. En los últimos 30 años se consumieron más de 1.200.000 hectáreas de bosques. Tan solo a finales de 2022, los incendios forestales en la provincia de Salta consumieron 95.000 hectáreas, según el Servicio Nacional de Manejo de Fuego (SNMF). La sequía propició el contexto.
Brasil también aparece en el mapa como uno de los países con mayores afectaciones por incendios. El área de los bosques incendiados se duplicó en 2022 y terminó con 2.8 millones de hectáreas, lo que representó un aumento del 93% la incidencia de este problema, según el Monitor de Incendios de Mapbiomas.
El peligro se extiende también hacia el norte. México se une a la lista de estos territorios. Al menos 1,172 hectáreas han sido afectadas por el fuego en los primeros tres meses del 2023 y el Servicio Meteorológico Nacional (SMS) pronosticó más de 2,390 incendios forestales con el inicio de la primavera.
Medidas para combatir los incendios forestales
Ante un futuro con cada vez más bosques incendiados, han surgido distintas iniciativas para aminorar el desastre. Restaurar el verde se ha convertido en una prioridad para la ONU, que propone instalar un sistema de drenado que retire el follaje muerto y ayude a regar algunas partes de estos ecosistemas. Esta solución también incluye a las poblaciones indígenas de las regiones más afectadas, con el objetivo de perfeccionar la quema controlada para eliminar plagas o maleza sin vida.
La ONU también ha llamado a los líderes de estos países a invertir en un riego más eficiente, pues la agricultura representa el 70% de todas las extracciones de agua dulce a nivel mundial. También recomendó emitir advertencias a la población para evitar salir a los bosques durante las temporadas de calor mientras se concretan esfuerzos para restaurar áreas protegidas.
En la región, los países que más incendios combaten al año, Argentina, Chile y Brasil, han desarrollado campañas de concientización para evitar que las personas provoquen un desastre: evitar arrojar colillas de cigarro a los bosques, reducir al mínimo las fogatas en tiempo sequía y mantener las áreas verdes limpias de botellas rotas de plástico, que son combustibles.
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