En línea con la tendencia de verse y sentirse mejor de manera natural, y de “amigarse” con el paso del tiempo sin intentar detenerlo, la práctica del yoga facial fue ganando adeptos entre quienes buscan disminuir los signos del envejecimiento sin recurrir a técnicas invasivas.
Y si bien la técnica tuvo un boom en el último tiempo, se trata de una práctica holística basada en la medicina tradicional china que, entendida como un entrenamiento de los músculos del cuello, cráneo y rostro, no es nueva. Algunos historiadores incluso afirman que ayudó a Cleopatra a mantener su papada a raya.
El hecho de que muchas celebridades, como Jennifer López, Cindy Crawford y Meghan Markle aseguren que deben su impecable jovialidad a los ejercicios faciales, es una de las razones por su popularidad en la actualidad.
“El yoga facial es una práctica holística diseñada junto a médicos, odontólogos, fisioterapeutas y especialistas en medicina tradicional china, que no sólo libera tensiones, activa y tonifica la musculatura, y mejora el estado de la piel, sino que, más importante aún, devuelve vitalidad, ayuda a respirar mejor, a mejorar la postura, armonizar el sistema nervioso y hormonal, además de que ayuda a ganar movilidad facial y simetría facial”. Carolina Winograd es instructora de yoga facial y así comenzó a explicar a Infobae sobre la práctica que suma seguidores.
Para la médica cirujana estética Johanna Furlan (MN 122.975), “el yoga facial es sin dudas un ejercicio fundamental y que complementa la rutina facial diaria ya que fortalece, tonifica, levanta y relaja los músculos faciales que son los sostenedores de la piel”.
En su opinión, “toda práctica saludable que se realice de manera constante es un hábito que merece formar parte de la salud del cuerpo”. Y teniendo en cuenta que la piel del rostro es la más expuesta a los factores externos durante todo el año, “amerita darle un cuidado 360″, consideró.
Así, según Furlan, “además del ejercicio físico en sí, el acompañamiento de los tratamientos que puedan realizarse en gabinete y de la rutina de cuidado de la piel que se lleve en casa, el yoga facial brinda la sensación de bienestar y es un aspecto no menor, ya que a través del masaje se logra una armonía con el cuerpo”. “Además, tener un espacio de tranquilidad, que requiere de una pausa y dedicación de tiempo a uno mismo, se traduce en nuestro rostro inmediatamente”.
Y como suele suceder con estas prácticas que se vuelven populares, la oferta se multiplica en las redes sociales, por lo que dar con un buen profesional es clave, para no caer en manos de aquellos que prometen resultados mágicos en diez días.
“Frente a este auge del yoga facial en el mundo, se ha desatado una ola de pseudos expertos en la materia que prometen la eterna juventud o, por ejemplo, borrar todas las arrugas del rostro en 15 días, a través de ‘masajes’ o ‘ejercicios faciales’ sin ningún tipo de conocimiento de la anatomía o funcionalidad facial, lo que puede hacer más mal que bien”, destacó Winograd, quien entre los efectos no deseados de una práctica mal realizada pueden encontrarse “más arrugas, más asimetría, y sobre todo, más decepción. Porque quien sigue esos movimientos faciales con la esperanza de verse diez años más joven, está destinado a la decepción”.
Y amplió: “Cuando se practica un método certificado por especialistas de yoga facial de forma constante y regular, nos sentimos renovados, y no porque nos sacamos diez años de encima, sino más bien, porque nos sentimos fantásticos habitando nuestra propia piel. Que, además, gracias a la activación muscular, sanguínea y linfática diaria, se verá radiante”.
El que ella practica es el método Glow In Face, certificado por una de las escuelas de yoga facial más reconocidas de Europa. “Nuestra práctica y nuestro programa de entrenamiento activa, tonifica y esculpe todos los músculos del rostro, y es diferente a cualquier otro programa —aseguró—. Está estructurado y compuesto en una forma única: activamos los músculos en un orden y con una secuencia que nos garantiza los mejores resultados de la manera más efectiva”.
Cuando Infobae consultó a la médica dermatóloga Claudia Ponsone Bohn (MN 118.711) acerca de los motivos del auge que está teniendo la práctica, consideró que “se debe a la mayor exposición que se hizo del tema en el último tiempo”. “Como se sabe, la información es poder, y cuanto mejor informada está la gente más y mejor uso puede hacer de ella”, opinó la especialista.
Y tras señalar que “todo lo que dé movilidad al organismo seguro aporta más oxigenación porque mejora la circulación”, señaló que “debido a que el yoga facial oxigena la piel, es lógico que como consecuencia brinde textura y luminosidad”.
Acorde a sus conocimientos del funcionamiento de los músculos y la piel del rostro aportó: “En todas las regiones del rostro que hay movimiento siempre hay aparición de arrugas. Esta técnica trabaja en la cara anterior del rostro, que es la que se mueve, la de la mímica, en tanto la cara lateral es la que sostiene a la anterior”.
Cuatro beneficios del yoga facial
Sobre los principales beneficios de la práctica, Furlan enumeró:
1- Relajación muscular: relaja los músculos donde se acumula tensión como puede ser el masetero en zona mandibular o entrecejo. Es por eso por lo que se considera que los masajes ayudan a atenuar líneas de expresión porque ayudan a liberar la tensión acumulada que genera esas arrugas.
2- Descongestión: a través de la activación del sistema linfático y la aplicación de maniobras de drenaje, logramos descongestionar el rostro y aliviamos la retención de líquidos que se concentran principalmente en zona de ojos y nariz.
3- Nutrición/oxigenación de tejidos: los masajes aumentan el flujo sanguíneo generando mejor circulación de nutrientes hacia los tejidos favoreciendo el funcionamiento celular.
4- Efecto lifting: una correcta maniobra muscular puede ayudar a reducir temporalmente el óvalo facial y a lograr que las facciones se vean más marcadas y la piel más sana.
¿Es posible aprender la técnica para hacerlo en casa?
- Winograd: ¡Por supuesto! Con la orientación y técnica adecuadas, se puede practicar yoga facial donde sea, ya que lo único que necesitamos son nuestros músculos y nuestras manos.
Lo más difícil es comenzar. Una vez que se da el primer paso, y empezamos a liberar tensión y a activar nuestros músculos, la práctica se vuelve parte de uno.
Al principio, puede ser difícil ya que la mayoría de los músculos faciales están débiles, atrofiados o demasiado tensos, debido a la falta de uso o al uso excesivo.
Nuestro Programa Integral de Bruxismo & Revitalización Facial online está diseñado para entrenar cada uno de los músculos de la cara, el cuello y el cráneo en cinco semanas. Aunque hay más de 50 músculos, no necesitamos cientos de ejercicios sueltos para entrenarlos. Con las posturas correctas y una secuencia anatómicamente funcional, una serie de 15 posturas son más que suficientes para experimentar cambios asombrosos y sobre todo, ganar bienestar.
Cinco ejercicios para hacer en casa e iniciarse en la práctica
Bien sabido es que lo más difícil de incorporar un nuevo hábito a la vida cotidiana —que ya demasiado cargada suele estar— es precisamente eso: incorporarlo. Y en el caso de este tipo de prácticas, la idea de que demandará mucho tiempo puede predisponernos de manera negativa por adelantado.
Según la instructora consultada, “el método está pensado para que la práctica no lleve más de 10/15 minutos diarios”. “Nuestra rutina siempre empieza relajando los músculos del cuello, hombros y cráneo. ¿Por qué? Porque si estos músculos están tensionados, no vamos a obtener buenos resultados en el rostro, aunque nos la pasemos haciendo posturas de yoga facial todo el día”, explicó Winograd, quien destacó que “luego se activa el sistema linfático para que el drenaje durante y al finalizar la práctica sea más potente”.
“Sólo después de relajar los músculos más tensos y de activar la linfa, comenzamos a realizar las posturas de yoga facial de nuestra práctica, en un orden que nos garantiza un trabajo consciente, controlado, agradable, potente y efectivo”, señaló. Y compartió cinco ejercicios para hacer en casa e iniciarse en la práctica.
1- Relajación cuello: con los pies apoyados en el suelo, cuello centrado y hombros relajados, colocar la mano derecha sobre la oreja izquierda, llevando la cabeza hacia el hombro derecho. Extender la mano izquierda hacia abajo con peso. Respirar profundamente por la nariz durante 30 segundos. Volver al centro ayudándose con una mano. Repetir del otro lado.
2- Relajación espalda: entrecruzar las manos y colocar las palmas sobre la parte de atrás de la cabeza, empujándola suavemente hacia abajo sintiendo cómo se estira la musculatura del cuello y espalda. Mantener la postura por 30 segundos. Volver al centro ayudándose con una mano.
3- Temporal: colocar las yemas de los dedos sobre las sienes y empezar a movilizar las manos de arriba hacia abajo de manera enérgica, movilizando los tejidos y liberando tensiones de los músculos temporales.
4- Lifting facial completo. Esta postura rejuvenece, según la instructora, “levanta y tonifica prácticamente los 57 músculos de la cara y del cuello. Es la postura perfecta para elevar los pómulos, reducir las arrugas nasogenianas, voluminizar los labios, y eliminar tensión del rostro, especialmente de los músculos masticatorios. También equilibra las glándulas más importantes del cuerpo —hipotálamo, pituitaria, glándula pineal, tiroides y timo—. Suaviza y revitaliza increíblemente la piel del rostro, cuello y escote”.
El mejor momento para implementar esta postura en la rutina es durante la mañana, porque da energía, despierta y despeja la mente.
¿Cómo hacerla?
- Respirar profundamente y luego elevar las comisuras de la boca y sonreír.
- Con la boca hacer una “O” larga y estrecha.
- Mantener esta postura durante unos segundos, respirar y sentir cómo se estiran los músculos.
- Llevar los labios superior e inferior hacia adentro cubriendo los dientes con fuerza y mantener esa posición.
- Asegurarse que la “O” aún sea larga y estrecha y que los labios no se cierren.
- Elevar las mejillas como cuando se sonríe, y llevar las comisuras de la boca hacia arriba. Tener cuidado de no crear arrugas alrededor de los ojos.
- Cuando se haya dominado la postura, cerrar los ojos y llevar la mirada hacia atrás para fortalecer el párpado inferior y activar el hipotálamo. No elevar la frente, ni subir los párpados superiores, al igual que los hombros deben estar relajados en todo momento.
- Seguir manteniendo la “O” aún más larga y levantar las mejillas, luego llevar la cabeza ligeramente hacia arriba y hacia atrás.
- Para evitar arrugas, colocar los dedos en las sienes, presionar los músculos y empujar hacia arriba.
5- Drenaje: forma una V con los dedos índice y mayor y rodea cada una de las orejas con esa V. Empezar a friccionar las orejas y contar hasta cinco. Luego, arrastrar las manos hasta la clavícula y con los dedos hacer cinco pequeños círculos por encima de la clavícula. Repetir esta secuencia dos veces más.
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