Afortunadamente, la brecha de género entre hombres y mujeres fue disminuyendo en las últimas décadas, sin embargo aún existen muchas barreras que impiden el desarrollo pleno de la mujer en lo personal y lo laboral. El peso de los estereotipos aún persiste, y también afecta a las nuevas generaciones.
A la hora de analizar los obstáculos que aún afrontan las mujeres tanto en los entornos domésticos como profesionales, los datos son elocuentes. Recientemente, una encuesta reveló que 7 de cada 10 mujeres coinciden en que la reacción más habitual cuando manifiestan públicamente sus ideas es ser juzgadas negativamente.
“La brecha que hay que cerrar es la que se encuentra justo después de todo aquello en lo que nos sentimos plenas y libres. Ese lugar donde aparecen los obstáculos, donde retrocedemos ante la mirada de los demás, donde nuestra voz no se escucha”, postuló el informe “Convicciones vs Barreras. Radiografía de los avances y tensiones actuales”.
Es que para el 77% de las encuestadas, el rol de la mujer en la sociedad “cambió mucho o cambió bastante” en los últimos 10 años, según precisó el relevamiento desarrollado por la consultora en análisis de datos Neuronal en alianza con Ser, la compañía de alimentos saludables del Grupo Danone.
Para llegar a estos resultados, se realizó un sondeo digital en el que participaron 350 mujeres de entre 25 y 45 años. El 86% de ellas consideró que está más empoderada que en otras épocas: un signo alentador que muestra que algunos obstáculos están siendo superados.
De acuerdo a los escenarios analizados en la encuesta, “las mujeres más jóvenes, protagonistas ‘nativas’ de esta transformación, se sienten más libres que las generaciones anteriores”.
En ese tono, el 91% de las relevadas en el rango etario de entre 25 y 35 años percibió un mayor empoderamiento, mientras que en la franja entre 36 y 45 años, el empoderamiento alcanzó a un 83%.
Libertad para expresarse y decidir, una cuenta pendiente
¿En qué áreas la mujer se siente más libre para expresar lo que piensa? Este fue uno de los interrogantes planteados en el estudio. Los resultados mostraron que el 34% experimentó libertad “en poder elegir si quiere ser madre o no; el 30% en el acceso a la educación; y el 26% en poder decidir sobre su imagen: qué ponerse, cómo vestirse y cómo cuidar su cuerpo”.
La mirada de las participantes del relevamiento coincidió en que la libertad absoluta no existe. Si bien el 75% de las mujeres postuló que “casi siempre y usualmente se siente libre de decir lo que piensa de modo parejo en todo el país”, menos del 10% cree que no va a ser juzgada por hacerlo y como se mencionó antes, 7 de cada 10 percibe un juicio negativo sobre sus ideas.
En ese sentido, el coraje, la autonomía y la convicción aparecieron como los valores más ponderados por las encuestadas a la hora de expresarse en público. Desafortunadamente, aún muchas mujeres eligen no hablar ante el temor del juicio ajeno.
¿Cuándo y por qué optan por no manifestar su pensamiento? “El 34% cuando sabe que eso la expone; el 58% cuando sabe que no le conviene; y el 31% cuando sabe que los demás no la van a entender”, detallaron.
Bajo estos preceptos, los autores de la encuesta preguntaron qué impulsa a las mujeres a la hora de luchar por sus convicciones. “Ellas mismas y la contención de red”, introdujeron; y profundizaron que el amor propio, la autoconfianza, los hijos, las amigas y la red de otras mujeres “luchando en la calle” son los principales disparadores.
En segundo término, la encuesta realizada por Ser y Neuronal reveló que el 40% de las mujeres argentinas cree que hay que luchar “por contar con más oportunidades laborales”, mientras que el 39% por “tener los mismos sueldos que un hombre por realizar la misma tarea”.
En los entornos domésticos se replica las inequidades que las mujeres experimentan en el plano social y laboral. Las nuevas generaciones siguen sintiendo la disparidad en las tareas de cuidado y la gestión de las rutinas familiares.
En ese sentido, el 37% de las participantes apuntó la necesidad de tener mayor paridad en la distribución de tareas domésticas y de cuidado de los niños o adultos mayores a cargo. “El mundo laboral, la remuneración y las tareas de crianza siguen siendo pendientes más allá de los logros alcanzados”, concluyó el informe.
Seguir leyendo: