El BAFWEEK 2023 lo hizo de nuevo y sorprendió a todo el público para cerrar la anteúltima jornada. Tal vez de eso se trata gran parte de la moda, de sorprender. En este caso, tuvo un agregado: el movimiento.
El segundo desfile de la jornada del jueves tuvo lugar en la Estación Central de La Rural y arriba de colectivos. Sí, colectivos de línea fueron parte de un despliegue único, en el que la naturaleza y el glam se juntaron creando un ambiente ideal. En un deck de madera bajo un gran árbol se ubicaron los invitados a la espera de lo que fue uno de los shows más prometedores de la semana.
Los murmullos incrementaron lentamente cuando cinco colectivos (12, 59, 39, 64 y 43) se estacionaron frente al público que, expectante, los observó con curiosidad. Los colectivos eran de colores llamativos y vibrantes como el rojo, azul, verde y amarillo; imitaciones perfectas de los típicos que circulan en las calles porteñas.
Al exponer su nueva colección, Sadaels decidió no mostrarle al público sus nuevas prendas en un desfile tradicional, si no que fue por más. Bajo una leve brisa los invitados se sumergieron en una experiencia única.
Cada invitado recibió una tarjeta al entrar a la estación con un número. Como la tarjeta SUBE, ésta permitió subir a uno de los colectivos para apreciar la puesta en escena. Los invitados lentamente se posicionaron en las paradas correspondientes, todas ploteadas con el nombre y outfits de la marca, donde los colectivos se detuvieron para que la gente subiera dando así comienzo a un recorrido mágico.
Los colectivos iniciaron su camino. A la par de la marcha, las modelos caminaron por la calle, subiendo y bajando, mostrando los looks de la nueva temporada de Sadaels.
Glamour y estilo fueron dos palabras que definen a la perfección la esencia de este desfile.
Mientras desfilaban entre los asientos, las modelos llevaron a cabo una performance en donde imitaban a la perfección un viaje en un colectivo porteño esbozando frases como “no nos bajamos acá” “vamos al ramal tigre” “parada”.
Innovación y tradición son dos conceptos opuestos que se juntaron en el desfile de Sadaels. Desde polleras de piel color rosa viejo, poleras blancas y bodys engomados hasta camisas de seda negras con costuras blancas son parte de la nueva colección. Ítems mas tradicionales como tapados largos negros se contrapusieron con outfits extravagantes como polleras hechas de cadenas negras.
Lentamente los colectivos se detuvieron ante el aviso “parada Sadaels”. Los modelos continuaron recorriendo cada uno de los colectivos, desfilando, posando y conversando con el público entre sonrisas.
Texturas como la seda, cuero de cocodrilo, algodón y lana se pudieron apreciar en el despliegue. Los blazers largos escotados y los vestidos dieron que hablar por su caída y frescura.
Uno de los looks más destacados de la noche fue una pollera escocesa larga con una larga abertura en su costado derecho. Los outfits estaban complementados con aros, collares y un makeup super jugado con diversos colores; algunos modelos llevaban un estilo más sutil mientras otros tenían toda la cara maquillada por Avon con líneas finas de muchos colores.
La infinita pasarela de looks deslumbró a los espectadores que fotografiaron cada instante. Uno de los vestidos que más se lució fue el de seda color crema que estaba complementado con un cinturón rojo fino que le aportó estilo y unicidad al outfit.
Outfits jugados como monos negros con cortes y muchas aberturas, catsuits con mangas largas color bordo y remeras al cuerpo con mangas tres cuartos doradas fueron las estrellas en una noche donde primó la originalidad y el buen gusto.
Un gran abanico de color rosa viejo se robó la escena combinado con un blazer del mismo color. Pequeños detalles como el abanico, el make up, las cadenas y una cartera con forma de caballo mostraron a la perfección la esencia de la colección.
Sadaels pudo innovar y mezclar estilos, manteniendo también texturas y colores clásicos como lo son el negro, el crema, beige rosa y rojo. La marca supo presentar una colección con una propuesta arriesgada que supo mantener el estilo, la clase y el glam.
Lentamente las modelos se retiraron bajo un aplauso unánime. Los invitados, al compás de la cumbia, bajaron sonrientes y sorprendidos por la innovadora puesta en escena que presenciaron.
Un puesto de choripanes ocupó el centro del lugar permitiéndole a los invitados elegir entre uno tradicional o uno vegano para concluir la noche.
Bajo un gran árbol, la noche se hizo presente mientras los invitados bailaron y disfrutaron de buena música, buena comida y buena compañía.
Sadaels no decepcionó en una noche de verano donde su desfile demostró a la perfección la esencia de su colección: glamour, estilo y modernidad.
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