Las 3 prácticas de los mejores líderes para perfeccionar su desempeño en la vida laboral y personal

Para liderar a otras personas es necesario llevar las riendas de la propia vida. Si bien hay picos de alto estrés y exigencia, para ser buenos conductores hay tres factores a considerar para equilibrar lo profesional y personal

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John Maxwell tenía esta fórmula: “Si quieres mejorar, dedica el 85% de tu tiempo en hacer mejor lo que ya haces muy bien. El 10% del tiempo en aprender algo nuevo para mejorar aún más ese 85%. Y solamente un 5% para pulir tus debilidades”
John Maxwell tenía esta fórmula: “Si quieres mejorar, dedica el 85% de tu tiempo en hacer mejor lo que ya haces muy bien. El 10% del tiempo en aprender algo nuevo para mejorar aún más ese 85%. Y solamente un 5% para pulir tus debilidades”

El estrés parece ser una parte inevitable del mundo de las organizaciones modernas. Las largas jornadas laborales, los plazos ajustados y la presión por rendir pueden hacer mella, por igual, en la salud física y mental de directores generales, ejecutivos y profesionales.

Si bien en los últimos diez años muchas compañías van adquiriendo una mayor consciencia de bienestar laboral, aún queda un trecho por recorrer para ajustar el balance entre lo personal y el desgaste laboral. Basado en cientos de ejecutivos con los que trabajé en los últimos treinta años como su coach ejecutivo, sé que la salida es individual, porque la noción de hasta dónde involucrarse, cuándo cortar la jornada, poner límites, y saber manejar con igual destreza los niveles de responsabilidad, necesitan de un trabajo interno profundo.

Es complejo para cualquier persona liderar a otras cuando no se tienen las riendas de su vida. Si bien hay picos de alto estrés, demanda y exigencia, para ser buenos CEOs y estar en posiciones ejecutivas altamente expuestas, hay tres factores que te invito a considerar para encarar un proceso de balance, sin resignar tu rol profesional:

1) Entiende que nadie es Superman ni La Mujer Maravilla

Por más condiciones excepcionales que tengas para ejercer tu posición, el rasgo de humanidad necesita prevalecer y estar muy presente en tu vida. No hacerlo puede llevarte a cometer errores que luego de pagan caro, como perder la familia, parejas, la relación con los hijos, y hasta la salud. Y, al final, terminar una carrera muy renombrada y exitosa, llenos de dinero, y sin lo esencial. Perdiste el sentido de la vida y de tantos años de esfuerzo.

El otro factor es aprender a decir no sé. Nadie “sabe” todo. Puede que tengas un amplísimo conocimiento de tu sector, aunque no de absolutamente todo, y menos a la velocidad del mundo actual
El otro factor es aprender a decir no sé. Nadie “sabe” todo. Puede que tengas un amplísimo conocimiento de tu sector, aunque no de absolutamente todo, y menos a la velocidad del mundo actual

¿Cómo practicarlo?: Con desarrollo personal más que profesional. Puedes nutrirte con terapia y coaching empresarial; tomar seminarios y hacer experiencias que, en algún punto, puedan resultar desafiantes e incómodas para ti. En la labor diaria, aprende y practica el saber delegar en forma efectiva y decir que no, para empezar a construir una vida con mayor calidad.

También te sugiero que no postergues los compromisos personales: un hobby, la actividad física, meditación y mindfulness, rodearte de afecto y de amistades genuinas, hacer los chequeos médicos y ajustar tus horas de sueño y alimentación, serán factores de gran ayuda para encaminar el balance.

2) Aprende a rodearte de personas mejores que tú

El gran secreto del buen liderazgo que comparte mi maestro y mentor John Maxwell, considerado el máximo referente mundial en la materia, consiste en tener la astucia de convocar y rodearte de gente que no sólo tengan el conocimiento técnico, sino que sean los mejores expertos en el área. Es decir, -entre nosotros-: que te superen en todo.

Cuando te rodeas de personas mejores que tú, lograrás un mayor balance entre tus preocupaciones, la estrategia y la gestión diaria. Este grupo de elite estará siempre acompañándote y conformarán un equipo de asesores altamente calificados, que te ayudarán a definir temas, aportando mayor claridad y perspectiva.

Para ejercitarte, sugiero que profundices en tus puntos débiles y las oportunidades de mejora
Para ejercitarte, sugiero que profundices en tus puntos débiles y las oportunidades de mejora

Un punto que te puede ayudar para empezar es practicar la humildad como un valor central de tu liderazgo, para que, independientemente de lo que suceda, tu ego se mantenga lo más regulado posible, y no interfiera en las mejores decisiones que necesites tomar. ¿Y sabes qué? Cuando entablas amistad con tu ego —ya que no puedes eliminarlo de tu vida—, también aprendes a convivir en forma más armónica con el entorno.

Otro aspecto clave es trabajar en la regulación de las emociones, un campo que te permitirá explorar qué sientes en cada momento, y cuál sería la respuesta más asertiva, en vez de reaccionar por impulso, o precipitarte con tu velocidad de querer resolver todo rápidamente. Claro que hay situaciones excepcionales, es la diferencia entre algo urgente y una emergencia.

Al conocerte mejor, balancearás las emociones empezando por reconocerlas y disminuirás la tensión en ti y en el entorno. Y, paso a paso, como líder, dejarás la tendencia de comprar el engañoso concepto de “trabajar bajo presión” (como si fuese algo saludable y beneficioso) para conectar con el trabajar con pasión.

Así lograras que tus bajones no sean tan profundos ni duraderos, y tus picos altos no sean tan eufóricos: estarás en un saludable estado de contento, un concepto budista relacionado con la posibilidad de vivir en plenitud y compasión la mayor parte del tiempo.

También, que trabajes diariamente en el reconocimiento de tus fortalezas: hazlas conscientes, dilas en voz alta, escríbelas, reafírmalas. ¿Cuánto hace que no te felicitas mirándote sinceramente al espejo?
También, que trabajes diariamente en el reconocimiento de tus fortalezas: hazlas conscientes, dilas en voz alta, escríbelas, reafírmalas. ¿Cuánto hace que no te felicitas mirándote sinceramente al espejo?

3) Acepta la vulnerabilidad: practica la escucha y decir “no sé”

Para grandes líderes que conducen decenas o miles de puestos de trabajo, a veces les cuesta bajar a la realidad. Muchos provienen de áreas de las ‘duras’ como finanzas, tecnología e ingeniería, y quizás les quede un camino por recorrer en cuanto a habilidades soft.

El conocerte, apreciarte y conocer tus puntos fuertes y débiles, permitirá que te conectes con tu propia vulnerabilidad. Algunas personas la confunden con debilidad, y no tienen nada que ver. El rasgo de profunda humanidad al sentirte vulnerable en determinadas situaciones te convierte en alguien cercano, empático y con sensibilidad hacia ti y hacia los demás.

Quizás sea hora de revisar algunas máscaras que tal vez sostuviste demasiados años y animarte a expresar lo que piensas y sientes sin pruritos. Y verás que el mundo (y la empresa) siguen girando. Un aspecto que también te ayudará es practicar la escucha el 80% del tiempo, y hablar el otro 20%. Con esta simple herramienta, grandes líderes se han convertido en personas más sutiles, observadoras y profundas. También, menos atropelladas a la hora de procesar información y tomar decisiones sensibles, y, a la vez, conectarás mejor con lo que sucede de forma más asertiva.

El otro factor es aprender a decir no sé. Nadie “sabe” todo. Puede que tengas un amplísimo conocimiento de tu sector, aunque no de absolutamente todo, y menos a la velocidad del mundo actual. Esta honestidad profunda para expresar ese campo denominado más técnicamente “competencia consciente” —eres consciente de que no sabes y lo expresas, sin titubear—, no te resta profesionalismo ni afecta tu liderazgo. Al contrario: abre puertas para que pidas ayuda si lo necesitas, la recibirás. Y además, declaras tu disposición a aprender.

Es bueno practicar la escucha el 80% del tiempo, y hablar el otro 20%
Es bueno practicar la escucha el 80% del tiempo, y hablar el otro 20%

Para ejercitarte, sugiero que profundices en tus puntos débiles y las oportunidades de mejora. También, que trabajes diariamente en el reconocimiento de tus fortalezas: hazlas conscientes, dilas en voz alta, escríbelas, reafírmalas. ¿Cuánto hace que no te felicitas mirándote sinceramente al espejo?

Siguiendo con maneras prácticas de implementar tu mejora, seguramente utilizas alguna herramienta en tu empresa: puedes adaptarla para tu vida personal para tener indicadores de cómo es tu evolución, si deseas cambiar.

Aquí van varias ideas adicionales:

- Evalúate de 1 a 10 en tus estados emocionales diarios, saca un promedio semanal y mensual. Haz un plan sencillo, con micro-objetivos, para los puntos que quieras mejorar.

- Intercala en tu agenda tiempos a solas para reflexionar.

- Empieza a escuchar, leer y experimentar otro tipo de realidades que no sean exclusivamente las del trabajo, por ejemplo, súmate a un voluntariado.

- Reúnete una vez por semana con mentores que te inspiren.

- Mantén de una vez todas las conversaciones difíciles que vienes postergando hace años, en lo personal y profesional: será muy liberador emocional y mentalmente.

Al conocerte mejor, balancearás las emociones empezando por reconocerlas y disminuirás la tensión en ti y en el entorno
Al conocerte mejor, balancearás las emociones empezando por reconocerlas y disminuirás la tensión en ti y en el entorno

Para concluir, sé que a muchos de nosotros se nos ha enseñado que, para transformar cualquier plano de la vida, necesitábamos pulir todas las debilidades: ¡qué trabajo más extenuante! Literalmente nos llevaría toda la vida.

Trayendo otra vez a John Maxwell, él nos regala esta fórmula que para mí fue una revelación absoluta: “Si quieres mejorar, dedica el 85% de tu tiempo en hacer mejor lo que ya haces muy bien. El 10% del tiempo en aprender algo nuevo para mejorar aún más ese 85%. Y solamente un 5% para pulir tus debilidades”.

*Daniel Colombo: Facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos; mentor y comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 32 libros. LinkedIn Top Voice América Latina. Coach profesional certificado por ICF en su máximo nivel, Coach certificado, Miembro y Mentor en Maxwell Leadership, el equipo de John Maxwell.

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