El éxito y el liderazgo de una persona no se pueden medir o cuantificar fácilmente, toda vez que se trata de procesos más que de resultados. Si bien se dice que algunos individuos nacen con un don casi natural que les permite llegar a puestos importantes de decisión e influencia, los especialistas hacen hincapié en que un líder debe trabajar sus cualidades paulatinamente.
En ese sentido, uno de los preceptos fundamentales es la visibilidad. Hay quienes tienen dificultades para promocionar su aporte en una organización o en un grupo, en general, por temor a parecer egocéntricos o engreídos. No obstante, esta postura puede relegar el perfil profesional de la persona.
“Desafortunadamente, este tipo de renuencia significa que, a menudo, el individuo es ignorado para puestos de liderazgo y para promociones. Para lograr el progreso profesional, es importante elevar el perfil”, sugiere Palena Neale, asesora y especialista en liderazgo, quien acuñó el término de autopromoción positiva.
Las 7 claves para lograr visibilidad en el entorno de trabajo
1-Adoptar el estado de ánimo adecuado
“Hay una gran brecha entre fanfarronear y comunicar lo que has hecho o logrado”, dijo Neale, y expresó que para no confundir las dos actitudes hay que pensar e inspirarse “en alguien que haga bien la visibilidad (alguien que conozca en la vida real, en las noticias, en los medios, etcétera)”.
¿De qué se trata? De identificar al menos tres aspectos o características de estas personas a la hora de darse a conocer. “Pregúntese: ¿Cómo puedo replicar estas acciones, comportamientos o cualidades en mi propia vida? Este ejercicio le proporciona algunos ejemplos prácticos de lo que puede hacer y le ayuda a ver la visibilidad bajo una luz más positiva”, afirmó Neale, experta que integra el consejo consultivo de Forbes.
2-Alinear su visibilidad con su personalidad
Algunas personas se sienten incómodas a la hora de visibilizar su aporte o su labor en una empresa o ámbito profesional. “Sienten un choque incómodo entre la visibilidad y sus valores o creencias personales. Pero, ¿y si pudiera crear una visibilidad a partir de lo que usted es? Hay que pensar en cómo y por qué se quiere ser visible, y hacer propio ese enfoque”, indicó Neale.
Y sumó: “Hay que preguntarse qué tipo de visibilidad se alinearía mejor con mi personalidad, mis objetivos y mis valores, y elegir tres palabras que usaría para articular este tipo de visibilidad. Lo mejor es predicar con el ejemplo y crear un plan de acción”.
3-Decir su verdad y compartirla con gusto
“La modestia tiene su lugar, pero si lo invitan a compartir sus propios resultados, contribuciones o cosas positivas sobre usted o cosas que ha hecho, hágalo con gusto”, indicó la especialista.
Según observa Neale en su trabajo diario, dijo, “cuando se hace una pregunta directa sobre uno mismo o sus logros, si alguien responde, la gente no piensa mal de esa persona. Por el contrario, si se niega a responder o actúa con timidez, pueden encontrarla desagradable o poco confiable, ya que la modestia y la timidez pueden parecer sospechosas y falsas”.
No obstante, no hay que presionar o incitar a que los demás pregunten sobre nuestro éxito, ya que esto puede ser demasiado obvio. “Cuando la gente le haga preguntas de forma natural en conversaciones, reuniones o entrevistas, aproveche estas oportunidades para hablar sobre sus logros”, recomendó Neale.
4-Elegir su momento
“Hay un momento y un lugar para la autopromoción”, postuló la experta, casi como un lema. Y profundizó: “Todos sabemos que la autopromoción es un requisito activo para el éxito en ciertos contextos, como las entrevistas de trabajo. En general, se acepta y se espera que las personas compartan sus logros en ese momento, pero también hay otras ocasiones en las que podemos aprovechar las oportunidades para hablar de nosotros mismos”.
Así las cosas, en contextos de conversaciones privadas, experiencias de networking, o bien cuando otros comparten sus logros, es más aceptable promocionarse sin que los demás piensen que uno es egoísta, desagradable o está impulsado por el ego. “La reciprocidad ayuda. Cada vez que compartimos, los demás también se sienten bienvenidos a compartir. No parece fanfarronería cuando los demás también hablan de sí mismos o promueven sus habilidades, experiencias y logros”, aseguró Neale.
5-Lograr un equilibrio
La inteligencia emocional es una cualidad esencial en cualquier entorno, pero especialmente en los de trabajo. Bajo esta idea, Neale llama a “entregar una cuenta equilibrada y precisa de uno mismo, sin limitarse a hablar de todos los éxitos y logrando un equilibrio al mostrar, también, cierta vulnerabilidad y falibilidad. En resumen, ser un humano”.
“Los gerentes pueden beneficiarse al revelar algunas pequeñas debilidades a su personal, lo que los hace parecer más auténticos, invocando así más confianza y ayudando a motivar”, dijo la asesora. Y aclaró: “Este punto solo es positivo cuando la debilidad es bastante leve. ¿Un ejemplo? Admitir que da miedo hablar en público”.
6-Reclutar aliados y defensores
No se trata de obligar a alguien a estar de nuestro lado, pero está claro que las buenas relaciones interpersonales pueden darle mayor visibilidad a una persona. “No se necesita un agente o publicista formal. Sin embargo, encontrar a alguien más que sirva como intermediario, hable por usted y lo defienda puede ayudar a desviar cualquier incomodidad que pueda sentir sobre la autopromoción”, señaló Neale.
“Los compañeros, un jefe, mentores o patrocinadores son vistos como jueces más objetivos y obviamente no son arrogantes ni egoístas al promovernos. Tener a otra persona que nos defienda también reduce la posibilidad de invocar sentimientos negativos como irritación o envidia en los demás”, añadió.
7-Celebrar
Así como hay que ser exigentes cuando el momento lo precisa, también hay que permitirse el festejo y la alegría. “Cada vez que tengas éxito, comparta su alegría con los demás y celebren juntos. Desarrolle un círculo cercano de amigos, dentro y fuera del trabajo, que lo animen y celebren cada victoria como si fuera la suya”, aseguró Neale sobre este punto.
Como ejemplo, la experta habló de “investigaciones que muestran que ocultar buenas noticias a las personas cercanas daña la relación, ya que se sienten resentidos y excluidos”. Por ende, sugirió: “Anote sus éxitos y reflexione sobre su lista de vez en cuando. Saboree sus victorias. Saber cómo y cuándo cantar sus propias alabanzas es invaluable para el progreso profesional. Existe una amplia línea entre fanfarronear y que sus éxitos reciban reconocimiento”.
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