Los seres humanos olemos, emitimos olores y nos huelen. Los olores emanan de la piel, y es necesaria su higiene para oler bien; suele escucharse: “Esa persona huele rico”. Son muchos los adjetivos que se emplean para definir los olores que, en general, se comparan a través de la evocación de recuerdos gracias a su conexión con el hipocampo, estructura nerviosa que se ubica en el lóbulo temporal de nuestro cerebro y se asocia a la memoria.
El olfato es uno de los sentidos que más utilizamos en las relaciones interpersonales. El olor corporal genera en el ser humano una atracción sexual inmediata, que actúa como una tarjeta que nos invita a acercarnos e iniciar una relación, o también, a alejarnos.
Entonces podemos decir que existe el “olor a sexo”, el cual puede ser muy variable, siempre según el aseo. Sin duda, la sexualidad pasa por la higiene. Durante el acercamiento de la pareja y el desarrollo de las relaciones sexuales, junto con el sudor generado de las diferentes partes del cuerpo, aparece un olor característico y especial.
El olfato es un poderoso hechicero que se vale de las feromonas, que son sustancias químicas que usan los animales para comunicarse entre sí y desencadenar respuestas determinadas.
El sudor que aparece durante la actividad física o esfuerzo tiene feromonas. Estas sustancias son las responsables de generar el deseo sexual y, por lo tanto, de causar atracción. Tienen información acerca del estado de ánimo de la otra persona, y, en consecuencia, de la disponibilidad o compatibilidad sexual. Están presentes en la saliva, el sudor, el semen y las secreciones vaginales; es transmiten por el aire y así se dispersan por el ambiente.
El “olor a sexo” está dado, entonces, por la secreción corporal de cada persona, con un olor particular y personal que nos distingue unos de otros.
Un estudio realizado en la Universidad de Bremen, Alemania, que incluyó hombres y mujeres de entre 15 y 84 años, permitió precisar que los olores más estimulantes son el propio olor corporal sin perfume, siguiendo el de las axilas y luego el del pecho. Podemos decir entonces que el amor es cuestión de olor.
Los olores al momento de la conquista
La piel es el órgano más extenso del organismo y los olores emanan de ella desde lugares específicos: la capa más superficial (la epidermis) se compromete con la higiene individual y es donde se sitúan las glándulas sudoríparas que secretan el sudor. Debemos cuidarla y mantenerla limpia con agua y jabón. El uso de perfumes, una costumbre ya arraigada en nuestra sociedad, no hace más que enmascarar ese olor tan personal.
La percepción de los olores es subjetiva y varía en las diferentes personas. los olores son agradables o desagradables según para cada quién. El olfato tiene un papel importantísimo en la atracción sexual y en la química que se puede generar, creando la compatibilidad sexual.
Todos hemos oído hablar del “flechazo” (el amor a primera vista). La química tiene una explicación, y su protagonista es el sentido más poderoso y misterioso: el olfato.
En el 2018 se publicó el estudio Olfactory Function Relates to sexual Experience in Adults (“La función olfatoria se relaciona con la experiencia sexual en adultos”). En él, se explica que las personas con mayor sensibilidad olfativa informan tener una vida sexual más placentera. Es decir, los olores que emanan de nuestros cuerpos pueden determinar esa conexión física y emocional tan importante.
En este Día de los Enamorados, tengamos presente cómo se produce esa atracción tan particular hacia la persona deseada.
* La Dra. Stella Maris Cuevas. MN: 81701, es Médica otorrinolaringóloga - Experta en olfato – Alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)
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