Se conoce a la orientación al logro como la capacidad que tienen (o desarrollan) algunas personas para lograr resultados de manera más eficiente. Las personas que alcanzan sus objetivos presentan grandes niveles de autoeficacia, valoración por la autonomía y sensación de competencia, lo que se traduce en un mayor bienestar.
Los logros traen como consecuencia un sentimiento de superación personal, un aumento de la autoestima, una mayor autoconfianza y son especialmente significativos cuando vienen acompañados de un propósito.
Para ello, los objetivos deben estar a la altura de las capacidades o habilidades de cada persona, de lo contrario, las metas inalcanzables generan mayor frustración, ansiedad y angustia.
En este sentido, se identifican tres componentes básicos de la orientación al logro. En exclusiva para infobae, Ineco ideo una serie recomendaciones
Hay que contemplar las dificultades a sortear para recién entonces comenzar el camino que nos llevará a la meta.
Puede ocurrir que nos quedemos en la formulación de deseos, sueños y aspiraciones que pueden ser respetables, pero que terminemos por aplazar o nunca realizar.
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