Una triste noticia para el mundo de la moda. El diseñador español Paco Rabanne, que introdujo el uso del metal en la moda y que fundó una conocida línea de perfumes, murió el viernes a los 88 años, informó la casa matriz, Puig.
“Paco Rabanne hizo de la transgresión algo magnético. ¿Quién sino él podía convencer a la mujer parisina para que exigiera vestidos hechos de plástico y metal?”, explicó Puig en su comunicado.
Puig y Paco Rabanne empezaron una carrera en conjunto a finales de la década de 1970 con el lanzamiento del perfume Calandre; luego el diseñador crearía 12 vestidos propios.
El show, provocador, presentó por primera vez en la pasarela modelos que bailaban con los pies desnudos. El éxito fue fulminante. Pero sus primeros vestidos metálicos pesaban más de 30 kg.
Distinguiéndose por su visión futurista, Rabanne revolucionó la industria de forma global: desde ser el primero en poner musicalizar sus desfiles, pasando por el uso de materiales inesperados como metal, fibras ópticas, plástico, papel crepé; hasta la creación de perfumes insignia que se fueron en el pilar que sostuvo la marca tras la partida de su fundador.
Con tejidos de cuero de efecto iridiscente, papel y aluminio —que moldeaba inspirándose en las esculturas de Alexander Calder o César, Rabanne—, vistió a Elizabeth Taylor, Jane Birkin, Brigitte Bardot, Jane Fonda, Audrey Hepburn o Françoise Hardy, para quien ideó un vestido de oro y diamantes.
¿Quién fue Paco Rabanne?
Nació el 18 de febrero de 1934 en Passaia, Gipuzkoa, donde empezó a ser conocido por sus creaciones textiles y la marca de sus perfumes.
Su padre fue Francisco Rabaneda Postigo, fusilado en 1937, y su madre era miembro del Partido Comunista de España. A los cinco años se mudó a Francia y estudió en Arquitectura en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes.
Su incursión en la moda fue porque su madre trabajó en el taller del modisto de Balenciaga en San Sebastián. Más tarde creó accesorios para modistos como Givenchy, Balenciaga y Dior.
En 1963 presentó su primera colección de trajes, materiales plástico, papel, aluminio. Su imperio abarcó desde alta costura, confección y perfumes. Desde 1986 perteneció al grupo español Puig.
Saltó a la fama en la moda en el París de finales de los 60 y fue bautizado por Coco Chanel como “el metalúrgico de la moda” gracias a su textil de placas metálicas.
Se retiró de las pasarelas en 1999 y su firma quedó en un limbo durante más de una década, con fichajes que fracasaron en su intento por revitalizarla.
Pero en 2013, la llegada del francés Julien Dossena dio un vuelco a la marca y consiguió volver a posicionarla revisitando los éxitos de 1960.
Con su modo de abordar la moda, también labró una trayectoria en el cine: por un lado, Audrey Hepburn lució en Dos en la carretera (1967) uno de sus vestidos metalizados. Pero si hubo un vestuario que marcó un antes y un después, ese fue el de Barbarella (1968). Para la película, el español vistió a la actriz Jane Fonda con lo que consideró que era el epítome de la sensualidad de su época: botas de cuero de estilo pirata, capas y tops de plástico transparente.
También era conocido por sus actividades artísticas y su faceta filosófica. El modista español llegó a la conclusión, fruto de su particular interpretación de las profecías del gran Nostradamus, de que la estación Mir se abatirá el 11 de agosto de 1999 sobre la capital francesa, así lo dejó por escrito en un libro.
Con Rabanne, reconocido con los mayores méritos en Francia y endiosado por todos sus sucesores en el mundo de la moda, se fue uno de los últimos testigos de una época. Aquella en la que aún parecía posible inventar algo nuevo y revolucionario.
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