El crecimiento demográfico que Pinamar experimentó durante la pandemia acompañó una amplitud de la oferta gastronómica. El rubro pasó en el último año de contar con unos 320 locales en todo el partido a cerca de 380 en la actualidad. Entre las nuevas propuestas sobresale una que no existía antes del COVID y que ahora cada vez gana más espacio y atrae muchos turistas: el café de especialidad.
El primer comercio de este estilo que se estrenó en el corazón de Pinamar fue Ok Kaffe, en diciembre de 2021. Fue por iniciativa y obra de Delfina Ferreiro (25). Ella es pinamarense y desde muy joven se fue a estudiar a la Ciudad de Buenos Aires. Allí se hizo “fan” de esta clase de infusiones y cada vez que regresaba a su ciudad natal le ocurría que la extrañaba. Esta situación la llevó a proyectar el negocio que hoy se emplaza en Av. del Libertador y De las Artes y atiende de 9 a 12 y de 17 a 21.
La joven es economista e hizo un breve estudio antes de emprender. Sabía que estaba por ingresar a un mundo desconocido (nadie de su familia trabajó en el rubro) por lo que trazó un horizonte de lo que iba a afrontar.
La idea de Delfina fue implementar el modelo de take away, un concepto poco arraigado en la ciudad balnearia. “Fue una apuesta porque en Pinamar no está ese público que tiene Capital, que pasa, agarra el café y se va. Acá es un tipo de público que tiene tiempo y quiere sentarse a merendar. Entonces, había que romper un poco ese paradigma”, contó a Infobae.
En el lugar trabajan con recetas propias y granos que se cultivan en el exterior. “Ahora estamos trabajando con una finca orgánica de Brasil”. Entre los productos más demandados aparecen el choco latte, que se sirve frío y trae un shot de café, leche y salsa de chocolate. También el red shake, una bebida que mezcla frutos rojos, frutos secos, hibiscus y limón, agua. Algo a destacar es que los envases son biodegradables.
En tanto, la pastelería se va renovando a diario y cuenta con propuestas sin TACC y veganas. Hay budines de banana y nuez, de limón y arándanos, cookies de vainilla y chocolate rellenas de dulce de leche, pancakes de manzana y canela, alfajores celíacos de masa sableé de almendras y dulce de leche de cajú, scones de queso y sándwiches de focaccia rúcula y queso, entre otras opciones.
El plan original de esta cafetería era abrir sus puertas solo en temporada de verano. Pero la respuesta del público fue mejor de lo provisto y continuó funcionando todo el año. Es más, ya tiene otros locales en los barrios porteños de Núñez y Parque Chas. Antes de finalizar, Delfina habla sobre las claves del éxito y dice que “conocer al cliente y hacerlo parte de la experiencia” es la otra especialidad de la casa.
También en diciembre de 2021 se inauguró un café de especialidad en Cariló: Rosarito Concept Café, de Marina Barvato Bonorino y Fabián D’Angela. Ellos tienen experiencia como gastronómicos desde 1994 y con el correr de los años también se desarrollaron en la industria de la moda: así, en 2004 iniciaron camino con la marca Rosarito, dedicada al diseño de prendas tejidas artesanalmente con hilados de calidad, calzados y otros accesorios.
En el marco de este proyecto, en 2020 la pareja comenzó a adentrarse al mundo del café y a fines del año siguiente desembarcaron con su propuesta en esta localidad pinamarense.
Detrás de esta iniciativa hay un concepto: complementar el café con la ropa, sumar el espíritu gourmet simple y artesanal -también con sándwiches, tostadas, tortas y chocolatería- a las tiendas, fusionar los dos rubros en un multiespacio único. “La idea es que sea una experiencia divertida en la que puedas comer algo rico, comprar ropa y pasar un buen rato”, dicen Marina y Fabián.
Su local se ubica en Av. Divisadero 1598, justo al lado del de ropa. Está decorado con acento vintage y una estética hindú. Tiene mesas en el interior y en dos terrazas (una delantera y otra en el fondo). La música tenue genera un ambiente relajado, adecuado para apreciar el arte latte que se luce en el producto final, con formas de paisajes o rostros de ositos pensados para los más chicos. Un detalle peculiar son las frases escritas en los fondos de las tazas, como “Siempre terraza, nunca sótano”.
“El verano pasado le tenías que explicar bastante a la gente en qué consistía un café de especialidad. Ahora tenemos a un público con más conocimiento”, recuerda la pareja sobre la temporada anterior, mientras explica que cada café es una receta en sí. En este lugar trabajan con uno de altura, cultivado en Colombia a 1600 metros, lo que, explican, le da un sabor “más intenso y sabroso”.
El mocaccino y capuccino son de las infusiones más elegidas. La recomendación de la casa es no agregarles azúcar para percibir en el paladar la máxima expresión del café. La carta para acompañar varía constantemente, pero siempre con la premisa de usar aquellos que no tengan conservantes y que sean naturales. Hay variedad de bollería, tostas y lingotes.
La heladería y cafetería Don Salvatore llegó en el verano pasado al paseo comercial de Pinamar Norte, en Av. del Olimpo e Iliada. Es parte de un proyecto que Facundo Nues (26) y Guadalupe Gaiero (25), pareja oriunda de Tigre, empezaron hace tres años, con una heladería artesanal en el barrio Costa Esmeralda, en el Partido de La Costa. “Nos fue bien allá y decidimos poner una acá en Pinamar. Pero como además soy barista y me gusta el café, propuse que acompañar el helado con un café, aunque no cualquiera”, relata el joven. En su caso, trabajan con uno que proviene Brasil, “que es amable, rico, tiene buen cuerpo y un equilibro entre la acidez y el amargor”.
Esa posibilidad de combinar ambos productos para poder experimentar nuevos sabores es justamente su diferencial. El affogato es la opción estrella e incluye tres bochas de helado y doble shot de café tibio. La recomendación de los dueños es probarlo con bochas de americana, chocolate con almendras y pistacho, que tiene frutos secos.
“El maridaje entre lo frío, lo caliente, lo dulce, lo amargo y lo ácido, queda buenísimo”, resalta Facundo.
El comercio abre todos los días de 10 a 1 a.m. Allí, además, se ofrecen medialunas, mini budines hechos a base de harina de almendras, muffins elaborados a base de queso crema y frutos rojos. El combo se presenta como ideal para disfrutar en familia: mientras los padres prueban un café, los chicos toman un helado. Todo en un entorno de mucha paz, al aire libre y en medio del bosque.
Guada dice que el cliente joven se adaptó rápido a su propuesta. En cambio, “al que tenemos que trabajar un poco más es al público adulto, que viene de la vieja escuela”.
En ese sentido, resalta la importancia de la buena atención: “La gente está de vacaciones y quiere pasar un buen momento, y eso va a depender de que lo traten bien, de que le recomienden lo que quieren, de que les puedan explicar lo que es el café de especialidad. Siempre le damos como una mini clase de barismo al cliente”.
La cafetería más reciente es Time Coffee. Es una iniciativa de Josefina Espósito (21). Ella es oriunda de Tandil y estando de vacaciones descubrió que su lugar para iniciar un proyecto de vida era Pinamar.
Acompañada de su hermana, Agostina (19) -que es barista-, viajó a dedo a fines de 2020. Ya instalada, empezó a trabajar en el rubro inmobiliario hasta que sintió la necesidad de crear un lugar que sirva de espacio común de trabajo, de reuniones, de encuentros, de momentos para distenderse. Enseguida encontró una socia, Marcela Melia (33), y avanzó en la creación de este café de especialidad, que finalmente se inauguró en julio en la galería Marvento (Jason 350), en el centro de la ciudad.
El nombre de este espacio responde a la importancia que Josefina le da al tiempo y a cómo gestionarlo. De hecho, el logo son dos manos agarrando un reloj. El local se ubica en un primer piso, tiene una barra, mesas repartidas en el interior y exterior, sillones tapizados y varios detalles de diseño que le dan un perfil distinguido, como una taza de neón blanca sobre una pared negra.
Los granos que utilizan provienen de Perú, Guatemala, Colombia y El Salvador. Van rotando “para que la gente no se canse”. El favorito aquí es el flat white. Para acompañar, hay opciones sin TACC y veganas que se complementan con alfajores, cookies, budines, pan de chocolate, cheesecake y tortas del día elaborados por seis proveedores diferentes y especialmente seleccionados: “Estuvimos un mes y medio probando todo porque queríamos tomar la mejor especialidad de cada uno”. También se ofrecen ensaladas de repollo y zanahoria como una opción fresca para un almuerzo rápido. Ahora abren todos los días, de 8 a 13 y 17 a 23 (aunque por la tarde el horario se puede extender dependiendo el clima).
Con miras a futuro, en la mente de Josefina merodea el deseo de llevar su cafetería a Tandil, donde en la actualidad existen dos de especialidad. “Me gustaría, siempre con la misma estética y estructura. Estamos también pensando en Cariló, pero por ahora son solo ideas”, finaliza la joven.
Seguir leyendo: